Historia del porno: ¿cómo y cuándo nació este fenómeno?

El porno tiene una historia que empezó mucho antes que llegara a tu computadora
historia del porno ilustracion de una boca con lengua sexual
Historia del Pornoheavypred

El porno es hoy algo tan cotidiano que muchos pensarían que es cosa de finales del siglo XX... Para nada. ¿Qué?, ¿creían que los antepasados no estaban para eso? Claro, a falta de internet por aquellos días se dibujaban o se hacían estatuillas con senos enormes estilo Venus paleolíticas, o tipos con falos XXL con el cuento de pedir a sus dioses fertilidad y buenas cosechas. Un poco después, como unos 2.500 años atrás, los hindúes empezaron a decorar templos con relieves y esculturas de parejas en plena acción. En el Lejano Oriente, durante la dinastía Chin, circulaban dibujos y grabados con representaciones de jóvenes en el acto sexual. Y ni hablar de los griegos y romanos, que dejaron testimonios de orgías en todo, desde jarrones hasta murales y textos eróticos. 

Breve historia del porno

Escultura del Grupo de Monumentos Khajuraho, que datan de entre el año 950 y 1050. Universal History Archive

La diversión se frenó con el cristianismo, que convirtió en tabú pecaminoso las manifestaciones gráficas de cualquier alternativa de la sexualidad. Aún así, los que vivieron el Renacimiento se las agenciaron para seguir “pornografiando” de manera más discreta y encubierta, algo que se ve, incluso, en las obras de los grandes maestros de la pintura. Así se anduvo todo hasta finales del siglo XIX, con la Belle Epoque y la aparición de la fotografía. Eso ya se parece más a lo que hoy conocemos como pornografía. Nada más Daguerre inventó su daguerrotipo, aparecieron las primeras fotos de desnudos y de parejas en pleno acto sexual. La primera fotografía de sexo oral es inglesa, de1890. En medio del puritanismo victoriano que limitaba el sexo al matrimonio para procrear —con la fórmula “entra, sale, embarázala y a dormir”— de un lado las mujeres estaban condenadas a sufrir al marido que le tocara y, del otro, los hombres cumplían con “la sociedad” y luego iban con prostitutas a divertirse. Si no había tiempo o no les alcanzaba la mesada, las fotografías y los relatos eróticos estaban ahí para entretenerse con el juego de manos.  

El cine y las primeras stags

Como pueden imaginar, la invención del cinematógrafo fue un tremendo regalo. Las primeras películas solo mostraban a mujeres desnudándose y se les conoce como “stag films”, que circulaban clandestinamente, sin título y asociadas a los prostíbulos a los que solo podían acceder aristócratas, políticos de altos cargos y, no podían faltar, los varones miembros de la realeza europea. El negocio fue creciendo y se puso de moda que las “actrices” fueran las prostitutas de los burdeles que pagaban la producción para consumo de sus clientes vouyeristas y, a la vez, como publicidad para el lugar. Este se considera el inicio del porno como lo conocemos hoy. Ahí empezaron a filmarse masturbaciones, sexo oral, penetraciones vaginales y anales, eyaculaciones, escenas lésbicas y muchos penes para satisfacer también a los homosexuales, que entonces tenían que vivir dentro de un clóset con doble puerta y siete llaves. 

Entre las primeras Stags está una película argentina, El Satario, de 1907, y que se distingue por tener un argumento, aunque precario: un grupo de mujeres desnudas están en un rollo lésbico, cuando aparece un sátiro endemoniado y empieza a perseguirlas. Al fin, cuando captura a una, la viola y termina eyaculando profusamente sobre ella. ¡Como para el Óscar! De ese corte siguieron saliendo cientos de stags en la década de 1910. En los años 20, “The Casting Couch”, producida en Estados Unidos, ya se consideró algo más “serio”, con narrativa y todo: una actriz principiante que quiere un papel tiene que acostarse con el Director para conseguirlo… y ahí pasa de todo y se enseña el repertorio de sexo heterosexual con aderezo de misoginia, abuso de poder y humillación de la mujer, tal como si la hubiera producido el mismísimo Harvey W. En los 60s y 70s resalta el trabajo de Russ Meyer.

Fin de la Guerra Mundial y la ciber era

El otro gran salto para la industria del porno se dio después de la Segunda Guerra Mundial y, mucho más en los años 60, con su llamada revolución sexual.  La sexualidad se trató desde entonces de manera más abierta y pública, con el consecuente mega destape, incluyendo la categoría de estrellas para actrices y actores, y los grandes éxitos comerciales como Deep Throat, Taboo e Inside Jennifer Wells. Pero hasta entonces había que ir al cine a ver estas películas, a menos que fueras un soltero liberado y tuvieras un proyector en casa para esos avatares. Todo eso cambió con el gran democratizador del porno: el videocasette. El video llevó las películas porno a cualquier casa, convirtiendo casi en amigos íntimos de los “pornofílicos” de entonces a Cicciolina y Rocco Siffredi. Ya de la ciber-era no hay que hablar, porque la hemos vivido y la estamos viviendo.

Una última nota curiosa es el tema de la legalidad de la pornografía en estos días que corren. Eso depende de cada país. En algunos, toda la pornografía es ilegal, otros tienen leyes muy abiertas siempre que actores y consumidores consientan y sean mayores de edad. En otros países, como los países islámicos, todo lo que tenga que ver con el tema, probablemente incluyendo este artículo, es ilegal.