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DE LA
TOMO IV"
SANTIAGO:
PARTE PRIMERA
f
X.
á D. Diego
EJAMOS
Gelmírez, al final
del libro anterior,
en posesión de los
documentos por los
qué se acreditaba,
no sólo la trasla
ción de la Metrópo
li emeritense á la Sede compostelana, sino el cargo de
Legado Apostólico que acababa de confiarle el Papa(*)
(*) Esta inicial, lo mismo que todas las demás de los capítulos de este
tomo, ha sido tomada por el distinguido grabador D. Enrique Mayer, por
medio del calco, del Códice de Calixto II,
8 LIBBO TEBCEBO
(1) La Carta particular del Papa Calixto á Gelmírez, que trajo tam
bién el Obispo de Oporto, era como sigue: «Calixto, etc... Con cuanto amor
distingamos á tu persona y á la Iglesia, que te está encomendada, lo
demuestran las obras; pues á tí te cometemos nuestras veces sobre las pro
vincias Emeritense y Bracarense, y á la Iglesia de Santiago la hemos
decorado con el esplendor de la dignidad Metropoli ti'ca. Te exhortamos, por
tanto, y te aconsejamos en el Señor, que reconozcas los beneficios de la
Iglesia Romana; y que procures de tal modo aceptar la obediencia que te se
impone, que puedas proveer á la salvación de aquellos que están encomen
dados á tu cuidado, y merecer á la vez la protección del Bienaventurado
Pedro. Dada en Valencia á ‘28 de Febrero» (1120). (Hist. Compost., lib. II,
capitulo XVIII).
La Compostelawa (lib. II, cap. XIX), dice que desde que el 25 de Julio
de 1120 se publicaron en la Catedral los documentos á que nos referimos en
el texto, Gelmírez se llamó Arzobispo. Esto no es del todo cierto, porque
en un Diploma otorgado por D.a Urraca al monasterio de Samos,- que se
conserva original en el Archi vo Histórico nacional, y que está datado en 8
de Agosto de 1120, firma y subscribe aún como Obispo.
(2) La Compostelana (lib. II, cap. XX, pág. 299), dice que D. Hugo
había estado un año ausente á causa de la tardanza en la expedición de las
¡Bulas y á causa de los contratiempos que había sufrido en el viaje.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMEOSTELANA
y
Q Hubo,
Narca pues, de dejar al Cardenal de Roma, y trazar
aragonés.
de10 1^,neraHo. Para ello retrocedió de Olerón á Audi, y
tosr ^ Lapurdium (Bayona), en donde depues-
Ua °S ^^itos propios de su dignidad, con sus dos fami-
iio rl ^ Gn COniPaíiía de un práctico conocedor del torre
at ? , 6 lengua del país, traspuso los Pirineos, atravesó
puzcoa, Vizcaya y parte de las montañas de San-
(1) Pilari, dice la Compostelana (lib. II, cap. XXV, pág. 307).
(2) Hist. Compost., lib. II, cap. XXV, pág. 308.—En el lado opuesto,
es decir, en la parte de la galería que está sobre el pórtico del Sur, dispuso
poco después, hacia el año 1122, otra capilla, en la cual, según la Composte
lana (lib. II, cap. LV), colocó las altares de San Benito, San Pablo, San
Antonino y San Nicolás. En esta reforma, en la capilla del Norte, dejó sólo
dos altares dedicados á San Benito y á San Antonino, en memoria de los
que esto$ dos Santos habían tenido en las torres que á mediados del si
glo XI había edificado el Obispo D. Cresconio para defensa de la Iglesia.
Del altar de San Gregorio ya no vuelve á hacerse mención en estos sitios.
Es de creer que desde entonces habilitase Gelmírez para capilla otro local
en el interior del Palacio.
En la galería que rodea el ábside, dedicó también un altar al Arcángel
Stan Miguel. (Véase Ay merino, cap .De altaribus, en el Apéndice II del
tomo III). t
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 13
para meterse dentro de las Torres, íué una sola cosa, ejo, ^ ¿
orden para que cuanto antes corriesen en auxi m ot os anarato de
armas existentes en la ciudad y en los puntos del transito. Este aparato^,
fuerzas presentado con tanta oportunidad alrededor de casti o, &
ó los Almorávides, los cuales se miraron bien antes de dar una ^
vDarante la noche del día 25, el General enemigo, con veinte de ^
expertos guerreros y marinos de su armada, se aceito cuan o
muros de la fortaleza para enterarse de su forma, solí ez y “j*0 ad_
dar al día siguiente el ataque por la parte que estimase mas e pata-
virtiendo que el castillo estaba bien guarnecido \ que en orn ,
ban acampadas numerosas tropas, desistió de la empresa,
dejó en paz por entonces á los habitantes de la ría de Arosa,
‘22 LIBRO TERCERO
(1) Hist. Compost., lib. II, cap. XXVIII.—Entre los caballeros galle
gos que acaso con motivo de estas apremiantes súplicas del Patriarca Ve-
ramundo, tomaron el camino de Jerusalén, debe contarse el Conde de Sarria,
D. Rodrigo Vélaz, del cual la Compostelana hablando de hechos acaecidos
á mediados del año 1121 (lib. II, cap. XLII, pág. 329) dice que acababa de
venir de Jerusalén.
(2) Hist. Compost., lib. II, cap. XXXIV.—En el cap. XLIV hay otra
carta de este insigne Abad, si no es de su sucesor Pedro el Venerable, en
la cual da á Grelmírez las gracias por las ofrendas que había enviado á
Cluny, cuya gran iglesia se estaba por entonces edificando. Le invita tam
bién á que vaya á visitar la casa de Cluny.
LOS DOS SIGLOS DE OBO DE LA I. COMPOSTELANA
fueron é intrin
rayes
cados los asuntos en
que acabamos de ver,
en el capítulo ante
rior, envuelto á Don
Diego Gelmírez; sin
,. embargo, no absor-
Uon de tal modo su atención, ni embarazaron su
^Gvidad, que le impidieran el ocuparse en el ejercicio
C su autoridad, como Metropolitano y como Legado
26 LIBRO TERCERO
ti) Hist. ComposL, lib. II, cap. XLIIL—Con esta misma fecha escri
bió el Papa á Gelmírez declarando nulo el matrimonio que había contiai o
un tal Gerardo; recomendado del Prelado compostelano, á causa del impedi
mento de afinidad en tercer grado. (Lib. II, cap. L\ III, pág. 380).
28 LIBRO TERCERO
(1) Ipsi (Regí Alplionso) quoque parabantur vincula, sed peracta Ar-
chiepiscopi captione. (Hist. Compost., lib. II, cap. XLII, pág. 333).
LOS DOS SIGLOS DE OBO DE LA I. COMPOSTELAKA 35
(1) Hist. Compost., lib. II, cap. XLIV, pág. 339 y cap. XLV.
(2) Tanta Cleri ac populi, Principumque Gallaeciae convenit multitu
do, quod vix in Apostólica, licet magnae sit quantitatis, contineretur eccle
sia. (Hist. Compostlib. II, cap. LII).
LOS DOS SIGLOS DE ORODE LA I. COMPOSTELANA 57
(l) Esta última circunstancia tíos hace sospechar que el Concilio gene-
ral que se cita en el tomo XXII de la España Sagrada, pág. 74, como
celebrado en el monasterio de San Bartolomé, en el suburbio Tudense, a, 13
(íe Abril del año 1118, era este mismo de Santiago que se reunió el 8 de
Marzo de 1122; el cual después se trasladó á Tuy para conocer desde más
cerca la causa del litigio entre los Prelados de Braga y O porto. Nótese que
fueron seis los Obispos que con D. Diego asistieron al Concilio de Santia-
£°> y seis bs que con el mismo asistieron al Concilio de Tu)^. De todos mo-
Ls, no puede admitirse que este Concilio de Tuy se haya celebrado, como
80 dice en el texto exhibido por Flórez, en la era MCLVI, año 1118; porque
cu este año, ni Gelmírez era Arzobispo, ni podía convocar Concilios gene*
rales. Es, por lo tanto, de presumir que en el diploma original se leyese
°tra era distinta de la de MCLVI.
(■b Hist. Compost., lib. II, cap. LII, pág. 359. D. Gerardo había sido
consagrado por el Papa Calixto II, y de vuelta en España había hecho la
ucostumbrada promesa de obediencia á su Metropolitano D. Diego Gel-
mirez- (Lib. II, cap. XLVII.)
58 LIBBO TERCERO
(1) Esta gran pila ó conca ya hacía tiempo que la tenía labrada Grelmí-
ez (on el designio de colocarla en el primitivo Claustro de los Canónigos.
68 LIBRO TERCERO
lana, recoi damos haber visto dicho vocablo en otros cuatro documentos: en
el testamento del Conde San Osorio (Esp. Sag., tom. XVIII, pág. 337); en
una donación del Conde de Traba, D. Pedro Fróilaz, del año 1105
(tomo III, Apéndice XVIII, página 58); en el testamento de la Condesa
D.a María Fernández, otorgado en 1169, y en la Crónica de D. Alfonso VII.
En el primer documento se lee: Vestimenta ad conversis decem citharas...; en
el segundo: Vestimenta de altare, frontale grizisco, citara grizisca, capas
duas, etc.; en el tercero: mando copam meam argenteam et unam citharam
perobtimam; y en la Crónica al tratar de los festejos con que se celebraron
en León en el año 1144 las bodas de la Infanta D.a Urraca, se pone la
cithara entre los instrumentos músicos.
(1) El Syon era un colador especial de forma esférica, con un cuello
largo, estrecho y encorvado, en cuyo extremo había un agujero casi imper
ceptible por donde salía el vino. Tal forma tenía el Syon que el Obispo de
Mans, Hugo Payen, regaló á su Iglesia en el año 1140, (Véase Quicherat,
flfelanges... árcheologie du moyen age, pág. 254).
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 71
(1) Hist. Compost., lib. III, cap. I.—El P. Flórez coloca este acuerdo
del Prelado y del Cabildo en el año 1128. Ya hemos demostrado en el
tomo III, cap. II, pág. 40, que por los mismos datos cronológicos que ofre
ce en aquel pasaje la Compostelma, se ve que dicho acuerdo tuvo que to
marse en el año 1124. Véase la Compostelana, tomo I, cap. LXXVIII, pá
gina 138.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTttLANA. 73
[1) Acta Sanctorum, tít. VIII del mes de Julio, part. I, § VIII, num. 91,
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 75
il) He aquí el texto del mencionado capítulo: <Hec sunt nomina quo
rumdam uiatorum, qui temporibus Didaci Archiepiscopi Iacobite, et Ade-
°usi imperatoris yspanie et Grallecie et Calixti Pape uiám sci. Iacobi a Ra-
pbanello usque ad Pontem Minee pio amore Dei et Apostoli citra annum
Dominicum MCXX, regnante Adefonso rege Aragoni et Lodouico pinguis
simo rege galliorum refecerunt; Andreas, Rotgerius, Aluitus, Portus, Ar-
nuldus, Stephanus, Petrus qui pontem Minee a regina Hurraca confractum
refecit. Istorum adiutorum suorum anime requiescant in pace sempiterna.»
A este Pedro, que llevaba el sobrenombre de Peregrino, en 15 de Octu-
16 (*e H26, otorgó D. Alfonso VII un Privilegio por el cual le dona
76 LIBBO TERGEBO
ESEMBARAZADO Don
Diego de las obras
que hemos visto en
el capítulo ante
rior, tuvo que de
dicar su atención á
otros cuidados no
menos urgentes pe-
ro ingratos, si se quiere. El Arzobispo de Toledo,
_ • Bernardo, había llevado á mal que el Compostelano,
Sln °ontar con él para nada, hubiese consagrado al Obis
po de Avila, D. Sancho. También se creyó desairado al
VGr T16 ol Obispo de Salamanca, D. Gerardo, sólo al Pre-
78 LIBRO TERCERO
(1) Hist. Compost., lib. 11, cap. LXIII y LXIV, pág. 397.
LOS DOS SIGLOS DE OBO DE LA I. COMPOSTELANA 79
(1) Véase el texto de esta Bula en la Compostelana, lib. II, cap. LXIII
y xviii.
Ya antes había recibido Gelmírez una Bula pequeña del Papa, en que
le decía que, sabedor por los enviados de la Iglesia y del Obispo de Lugo,
del poco aprecio que se hacía de su autoridad como Legado, no había deja
do de dolerse y de extrañarse, y que por tanto le confirma la Legacía y le
exhorta á cumplir con celo los deberes que este cargo le impone. Datóse la
Bula en Letrán á 6 de Marzo (de 1123). (Véase la Ccnnpost., lib. II, cap. LX).
80 LIBRO TERCERO
(t) Hist. Compost., lib. II, cap. LIX, pág. 382, cap. LXII, pág. 389.
LOS DOS SIGLOS DE OHO DE LA I. COMPOSTE LANA 91
perseguir y á molestar á todos aquellos que dos años antes habían pro
testado contra la prisión del Arzobispo; tanto que éste para redimirlos de
tal vejación, tuvo que entregar á la Reina 300 marcos de plata. (Historia,
Compostelana, loe. cit., pág. 389).
LOS DOS SIGLOS DE CEO DE LA I. COMPOSTELANA 95
(1) D.a Teresa repetía en Portugal lo que su hermana D.a Urraca ha
cía en Galicia. En el año 1123 recibió Gelmírez una Bula de Calixto II en
que se le ordenaba que intimase á la Reina de Portugal que pusiese en
libertad al Arzobispo de Braga, D. Pelayo, bajo pena de excomunión y en
tredicho en todo el Reino. (Ilh't. Compost., lib. II, cap. LVIII).
(2) Debía de ser distinto del Deusdedit, que era especial amigo de
Gelmírez y Canónigo de Santiago.
(3) Lib. II, cap. LXX.
Tomo IY,—7.
98 LIBRO TERCERO
(1) El P. Flórez corrige año 1124, fundado en que por lo que sigile
se ve que al tiempo en que se celebró este Concilio, aún vivía el Papa Ca
lixto, que falleció el 13 de Diciembre de dicho año 1124. Como ya hemos
advertido, en esta parte la Gompostelana atendió poco al riguroso orden cro
nológico.
LOS DOS SIGLOS DE OBO DE LA I. COMPOSTKLANA 105
CAPÍTULO VI
Coronación de D. Alfonso Vil.—Niéganse algunos
Magnates á reconocerlo por Monarca.—Actitud
de D. Diego Gelmírez.—Exigencia de D. Alfon
so Vil.—Promete elegir su sepultura en la Igle
sia compostelana.-Hacen la misma promesa la
Infanta D.n Sancha y el Conde de Traba.
il) Lib. II, cap. LXXX, pág. 432 y LXXXI, pág. 437.
(2) Esp. Sagr., Proemio á la Crónica de D. Alfonso VII, núm. 28.
(3) Hallábase á la sazón Gelmírez ocupado en reprimir y castigar las
insolencias del caballero D. Hernando Yáñez; el cual pretextando ciertas
injurias que, decía, haber recibido de los vecinos de Santiago, echó mano
de varios burgueses compostelanos, los encerró en los calabozos del castillo
de Sampayo y los sujetó á tormento para obligarlos á redimirse con dinero.
Apenas D. Diego tuvo noticia de lo ocurrido, envió legados á D. Fernando
rogándole que por amor de Dios y del Apóstol se recordase del homenaje
que por dicho castillo le tenía hecho, y que cuanto antes pusiese en liber
tad á los presos compostelanos. Como no hubiesen hecho mella en el ánimo
de D. Fernando ios llamamientos amistosos del Prelado, éste tuvo que ape
lar á otros medios más eficaces, cuales fueron la excomunión y el entredi
cho. Ni con esto se ablandó D. Fernando; y entonces el Prelado, bien con
tra su gusto, tuvo que valerse de la fuerza de las armas. Reunió un gran
ejército, invadió y ocupó todas las tierras del obstinado caballero; el cual, á
trueque de no ver incendiadas y arrasadas todas sus posesiones, consintió, al
fin, en dar libertad sin rescate alguno á los burgueses compostelanos. (Véa
se Hist. Compost., lib. II, cap. LXXX, pág. 432).
D. Diego que bien sabía hasta dónde llegaba el valor y esfuerzo de este
caballero, para congraciarlo, concertó la boda de una sobrina suya con un
hijo de D. Fernando, llamado Pelayo Curvo.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA L COMPOSTELANA 123
(1) El castillo de Cira, según hemos visto, había sido edificado por el
Conde D. Bermudo Suárez; el cual lo vendiera á D.a Urraca para rescatar
se de la prisión en que la Reina lo había metido. Después Gelmírez lo com
pró por 150 marcos, ó sean 1200 onzas de plata; pero consintió que la
Reina lo tuviese en préstamo mientras él, ó su sucesor én la Sede, no se lo
pidiese.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 125
(1) Lib. II, cap. LXXXI, pág. 440.—Esta Infanta D.a Elvira, era
hija de la Reina D.a Urraca y del Conde de Lara, D. Pedro González.
Estuvo casada con el hijo del Conde de Traba, D. García Pérez. Según
una Escritura que cita Flórez (Memorias de las Reynas Catholicas, tom. I, pá
ginas 253 y 257), en el año 1138 ya estaba viuda y los hijos habidos en
este matrimonio, sepultados en el Monasterio de Antealtares de Santiago.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 127
(1) Los restos mortales del Conde de Traba y de su esposa D.a Mayor,
fueron depositados en sendos sarcófagos de piedra berroqueña, uno de los
cuales, á nuestro juicio, es el que hoy se halla en la entrada de la capilla
de San Salvador ó del Rey de Francia. Este sepulcro estuvo antes en la
capilla de las Santas Reliquias en el arco en que hoy se halla la Custodia;
pero tampoco fue éste su sitio primitivo, sino, como se colige de una Acta
capitular de 7 de Abril de 1530, el solar que hoy ocupa la capilla de los
señores Marqueses de Santa Cruz, y por consiguiente, fuera del recinto
de la Iglesia.
Antiguamente en ciertos días del año iba en procesión el Cabildo á.
cantar un responso ad comites, esto es, sobre la sepultura de los Condes.
Al tiempo de ser trasladado este sarcófago al sitio que hoy ocupa, se
reconoció lo que había dentro, y se hallaron unos pedazos de manto ó túni
ca de estofa de seda, de gusto oriental. Sobre un fondo de color de avellana,
3Q destacan unos dibujos verdes y rojos de marcado gusto persa.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANá 139
(1) Hist. Compost., lib. III, cap. X.—Recuérdese que Pascual II, ha
bía autorizado á, Gelmírez para usar túnica y estola aún en la conversa
ción familiar. (Véase tom. III, cap. XVIII, pág. 504).
144 LIBRO TERCERO
(1) Véanse las dos Cartas que trajeron los dos Legados Fulcón y
Martínez en el cap. X, lib. III, pág. 4b 1 de la Compostelana.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 145
(1) Hist. Compost., lib. III, cap. VI.— El administrador que estaba
entonces al frente del Hospital, se llamaba D. Pedro, por sobrenombre Rey
Mancebo.
(2) Lo que en esta ocasión otorgó Gelmírez á Antealtares, fue el
oaractere (ó como diríamos hoy, el derecho de sellar y timbrar, que entonces
I.os DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 147
era uno de los principales signos de exención y señorío) de las tierras que el
Monasterio poseía en las inmediaciones de la actual Noya, entre los ríos
Pala ó Trava y Lusentario, á la falda del monte Erecto con las villas de
Pona (Boa) y Olobre (Obre). Lo da D. Diego en atención á la necesidad
que padecía el Convento, cuyas haciendas con motivo de las guerras que
surgieron á la muerte de D. Alfonso VI (eo mortuo saevissima praelia exor
tu sunt) habían sido en gran parte destruidas. En cambio de esta donación
recibió Gelmírez la mitad de la villa de Santa Marta, cuya otra mitad ya
era propia de la Iglesia compostelana. (Véase Murguía, D. Diego Gelmírez;
Coruña, 1898; Apéndice).
148 LIBRO TERCERO
(1) Ilist, Compost., lib. II, cap. XCI y XCII,— Tumbo A, fol. 52 vuelto,
156 LIBRO TERCERO
L encargarse Don
Alfonso VII defi
nitivamente del
gobierno del Rei
no, halló á la na
ción desquiciada
efecto de las gue
rras y de las con-
tianus discordias civiles. A fin de restablecer los
disueltos vínculos sociales, y armonizar los inte
reses de las diversas clases y estados, y sentar las
bases de una recta y sabia administración, con
vocó á Concilio en Falencia para la primera Do
minica de Cuaresma (3 de Marzo del año 1129) á
los Arzobispos, Obispos, Abades, Condes, Magna
tes y Caballeros do su Reino. La celebración del
Tomo IV.-ll.
162 libro tercero
iglesia, ni que tampoco ejerza allí, acto alguno jurisdiccional sin autoriza
ción del Vicario del Obispo.
3. Que no se admitan ni las oblaciones, ni los diezmos de los exco
mulgados.
4. Que los Señores de las tierras sin justo motivo no fatiguen á los
pueblos con nuevas imposiciones.
5. Que las iglesias no se den á los seglares, ni en préstamo, ni en
administración.
6. Que se expulse á las concubinas públicas de los Clérigos.
^ 7. Que se restituyan á las Catedrales y Monasterios todas las iglesias,
.* heredades y siervos que les hayan sido usurpados.
8. Que los Monjes vagos sean compelidos á volver á sus Monasterios,
y que los Obispos no pueden retenerlos sin licencia de su respectivo Abad.
9. Que ningún excomulgado en una Diócesis, sea admitido en otra.
10. Qjie los adúlteros é incestuosos sean separados.
11. Que dos Clérigos no reciban las iglesias de mano de los legos, ni lo
consientan los Vicarios de los Obispos.
12. Que los Obispos procuren la concordia entre todos sus diocesanos.
13. Que se destierre ó se encierre en un Monasterio al que moleste k
los Clérigos ó Monjes, viajeros, mercaderes, peregrinos y túujeres.
14. Que no se pague portazgo, sino en los sitios de costumbre.
15. Que no se roben, ni embarguen los bueyes.
16. Que todos sirvan al Rey con lealtad.
17. Que no se imponga á los Clérigos el servicio de las armas, ni nin-
gun otro ejercicio incompatible con los Cánones.
18. Que los seglares no perciban las tercias de las iglesias.
19. Que se excomulgue y que se arranque los ojos á los monederos
falsos.
(1) El Diploma fué despachado en Falencia á 26 de Marzo de 1129.
(Véase Hist. Compost., lib. III, cap. VII, pág. 486). Hállase inserto tam
bién en el Tumbo A, fol. 46 vuelto.
164 LIBRO TERCERO
(1) La hermana del Rey D.a Sancha, donó también loque le corres
pondía por razón de infantazgo, en la villa de Carracedo. (Véanse Apén
dices, número VII, pág. 20).
(2) Hist. ComposL, lib. III, cap. XIV, pág. 499.
(3) La consagración del Electo Legionense, por la exención de que
gozaba esta Sede, estaba reservada al Papa.
168 LIBRO TERCERO
ti) ffist. Compostlib. III, cap. XLV. —En el mismo capítulo trae la
Compostelana otra carta, que está sin concluir, del Cardenal romano Guido,
haciendo la misma recomendación en favor del Cardenal compostelano.
(2) ffist. Compost., lib. II, cap. LIV, pág. 370.—De D. Pedro debía
de ser hermano el Alfonso Anaya que con su esposa D.ft Adosinda Menén-
dezen 23 de Diciembre de 1149, fundó el hospital de San Lázaro, cerca
de Santiago.
(3) ffist. Compost., lib. III, cap. XLV,
170 LIBRO TERCERO
i . (l) Hist. Compost., lib. III, cap. XXXII.-En el capítulo XXXIX del
mi8m° litro, se dan algunos pormenores acerca de los lances que precedió-
18ó LIBRO TERCERO
(1) Hist. Compost., lib. III, cap. XL.—D. Fernando era hijo del Con
de de Traba D. Pedro Fróilaz. Aunque pese á los portugueses, vivió mucho
tiempo maritalmente con D.a Teresa, Reina do Portugal. Muerta D.a Teresa,
quiso apoderarse del reino de Portugal, pero vencido por el Rey D. Alfonso,
se retiro á Galicia y se dedicó á las obras de piedad. Estuvo dos veces en
Jerusalén, lué muy amigo de San Bernardo y contribuyó muy eficazmente
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 193
CAPÍTULO, X
Conjuración de algunos de los Canónigos y burgueses de
Santiago contra D. Diego Gelmírez. Asalto del Palacio
Arzobispal y pedrea de la Catedral. Concilio de Burgos.
—Nuevas exigencias del Emperador D. Alfonso. Muerte
de D. Diego Gelmírez.
UEBRANTADO dejó
á, D. Diego Grelmí-
rez la gravísima
enfermedad que
(1) Hist. Compost., lib. III, cap. XLIX, pág. 581.—Al Cardenal Guido
<lue tampoco se hallaba muy sobrado de recursos, al despedirse para volver
* Italia, íe dió Gelmírez trescientos morabetinos para ayuda del viaje.
(Hist. Compostloe. cit., pág. 582).
(2) Hist. Compost, loe. cit.
Tomo IV.— 14.
210 LIBRO TERCERO
11.
M uestra del carácter de letra del Tumbo A, tom ada del íbl.
%
CAPITULO XI
Es elegido Arzobispo de Santiago el Obispo de Salamanca
De Berenguel.—Anula la elección el Papa Inocencio lie—
Elección del Deán D. Pedro Helias,—Donaciones del Rey
D, Alfonso VII,—Concesiones del Papa Eugenio 111,—Pleito
con el Monasterio de Antealtares.—Expedición á Almería.
— Venida á Santiago de un gran ejército de Cruzados.—
Sepelio en la Basílica compostelana de la Emperatriz
D.a Berenguela.—Muerte del Arzobispo D. Pedro I.—El
Códice de Calixto II.
(1) Las copias que hemos visto de este Privilegio (el original ha des
aparecido) colocan su data en el año 1141}, pero del Diploma otorgado por
D. Pedro á San Juan da Coba en 16 de Septiembre de 1143, que se conser
va original y en cuya fecha se dice que corría el primer año del Pontifica
do de D. Pedro, parece colegirse que debe estar errada la data de dichas
copias, á no ser que se diga que en este Diploma de San Juan da Coba, Don
Pedro contó los años de su Pontificado, no desde su elección, sino desde su
consagración.
El Concilio ó Cortes de que se hace mención en dicho Diploma, sin duda
las reuniría D. Alfonso para preparar la gran expedición que este año
1143 hizo en las comarcas de Andalucía.
228 LIBRO TERCERO
> (1) Véanse Apéndices, núm. XII.—El Obispo de Orense aún se llama
Cardenal de Santiago.
(2) En esta ocasión otorgó D. Alfonso VII varios Diplomas á los
Monasterios de su Reino. En la fecha, en casi todos se ve esta cláusula,
como en el de San Esteban de Chouzán: Facta Carta Legioni II KLs. lulii,
Fra MCLXXL1, Rege navarrorum, qui tunc quandam filiam Imperatoris
uxorem duxerat, existente presente.
(3) Véanse Apéndices, núm. XIII,
230 LIBRO TERCERO
(1) Yepes, Coránica de San Benito, tom. IV, Apéndices, núm. VIII.
(2) Dentro de esta recta debían quedar incluidas las capillas del Sal
vador y la de San Juan Evangelista.
234 LIBRO TERCERO
Arquillinos, que por donación de D.a Elvira, hermana del Emperador, era
propia de la Iglesia de Santiago, con intención de establecer en ella una
aldea. (Insuper fecerunt ibi aldeam). D. Alfonso comisionó al Obispo de
Zamora, D. Bernardo, á Esteban Romano y á uno de los Justicias de dicha
ciudad para que abriesen una información sobre estos hechos, como efectiva
mente así se hizo tres semanas después (Véanse Apéndices, núm. XVIII).
Dos días antes, es decir, el 6 de Marzo, asistió D. Pedro á la solemní
sima consagración de la Iglesia colegial de San Isidoro de León.
(1) VE1 Padre Flórez, (Memorias de las Rey nas Catholicas, tom. I, pá
gina 290) describe así la estatua sepulcral: «Tiene en la cabeza una especie
de frontero, que baja en disminución á prenderse debajo de la barba. Re
preséntase moza, como figura la estampa; pero muy bonita; de suerte que en
aquella tierra, cuando quieren ponderar á la que se prende con esmero para
parecer bien, es adagio el decir, que está hecha una Berenguela. No tiene
manga larga, acaso por representarse difunta; pues las enterradas en León,
muestran en el sepulcro, manga ajustada al puño; y en vista deque cuando
vivas, las figuran otros retratos con la manga en punta, parece que no las
enterraban de aquel modo, sino con menos pompa.»
D.a Berenguela era hija del Conde de Barcelona, D. Ramón Bcrenguer,
y de la Condesa de Provenza, D.a Dulce.
240 LIBRO TERCERO
(1) Este Albertino era, sin duda, el Albertino, Secretario del Empera
dor D. Alfonso, padre del Obispo de León, D. Juan Albertino.
(2) Véanse Apéndices, núm. XIX.
(3) En el Tumbo viejo de Aniversarios, al fol. 51 vuelto, se lee la si
guiente nota: «Iten en dia de S. Romao ham de dar por dona ürraqua Aras
madre que foy do arcibispo dom Pedro Elias seteenta Regueyfas e banse de
pagar das Razoes das iglesias de Sta. Maria de Marroqos e da me a dad e de
San Xpouoo do Eijo e de San Jiao de Carvallal e de San Iohane de Calo.
Et estas Regueyfas ha de pagar que beer en voz de Martin Bernaldez da
Rúa noua. Et non pagando, que se tornen estes padreados ao Cabidoo. Et
agora lia de pagar Ioham Pegote Rayoeiro, neto de Martin Bernaldez.»
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 243
(L) Ye pea, Coró nica de San Benito, tom. IV, Apéndices, núm. IX.
(2) Tumbo B de la Catedral, fol. ‘275.
(3) Gil González, Teatro eclesiástico; Madrid, 1645; tom. I, pág. 50,—
Argáiz, La Soledad laureada; Alcalá, 1675; tom. III, pág. 408,—Gil Gonzá-
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 253
lez, (tom. cit., pág. 148) pone también su sepulcro en Sigiienza y publica el
epitafio que se puso en el año 1598. Si esta noticia es segura, habrá que
decir que, ó D. Bernardo mandó labrar su sepulcro antes de salir de Sigüen-
za> ó que' su cadáver fué trasladado de Antealtares á la Iglesia Catedral que
por tantos años había regido con gran fama de ciencia y santidad.
(1) Se apellidaba Curialis, sin duda, por haber desempeñado algún
cargo en la regia curia.
(2) Turnio de Monfero, fol. 9, en el Archivo Histórico Nacional.
(3) Tumbo de Sobrado, fol. 135, en el Archivo Histórico Nacional.
254 LIBRO TERCERO
(1) Teque, le diñe el Papa, sicut ejusdem urbis antiquitus constant exti-
tisse Pontifices, in totis Hispaniarum regnis Primatem privilegii nostri san
ctione statuimus.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE L'A I. COMPOSTELÁNA 257
las. VII idus Februarii Era M.C.L.XíIII. Efc tune dns. ia-
cintus diaconus sce. Romane ecclesie cardinalis celebra-
uit concilium aput Vallem ollit cum dno. imperatore ade-
fonso et cum filiis eius sancio et femando regibus et cum
arcliiepiscopis ioliane tolotano, pelagio compostellano et
cum episcopis totius imperii sui. et cum comitibus suis
almanrrico et poncio, atque baronibus suis» (1).
En este lugar de Tordelos, destinado principalmente
para pasto, había existido en la antigüedad una iglesia
que á la sazón se hallaba destruida. El encargo de
reedificarla y establecer allí una parroquia, lo confió
D. Alfonso II al Cardenal compostelano D. Miguel, con
la obligación de dar todos los años al Cabildo de Santia
go diez morabetinos, y la de dejarla á su muerte á otro
Canónigo compostelano con la misma pensión (2).
Parecía que la Iglesia compostelana, bajo el régimen
de D. Pelayo Camundo, comenzaba á levantarse de la
decadencia con la cual estaba en lucha desde hacía ya
bastantes años; pero nuevas y durísimas pruebas aún la
esperaban. En el año 115G falleció el Arzobispo D. Pe-
layo. Sobre su sepulcro se puso una inscripción que pu
blican Gil González, Argáiz y Risco (3). Indudablemen
te está mal copiada; pero á falta del original, la damos
tal cual se halla en los Autores citados:
HIC IACET PELAGIUS RAIMUNDUS
ARCHIEPISCOPUS COMPOSTELLANUS.—OBIIT
ERA CHRISTI MCXCIIII (Año 1156).
La última memoria que conocemos de D. Pelayo, es
la subscripción de una Escritura del Monasterio de So-
(1) Tumbo B, fol. 59.
(2) Véanse Apéndices, número XXV.
(3) Esp. Sagr., tom. XXXVIII, pág. 150.
262 LIBRO TERCERO
ompostelanoera
también el Obispo
de Oviedo, D. Mar
tín, llamado para
ocupar la Sede que
acababa de dejar
vacante el ilustre
Arzobispo D. Pelayo Camundo. D. Martín rigió la Dió
cesis ovetense desde el 19 de Septiembre de 1143, en
264 LIBRO TERCfiRO
de la página 192, fue uno de los guerreros más ilustres que combatie
ron al lado del Emperador D. Alfonso VII. Estuvo casado con Doña
Sancha González , hija del famoso Conde asturiano D. Gonzalo Peláez,
que tanto dió que hacer á D. Alfonso en los primeros años de su reinado.
Muerto el Conde de Portugal D. Enrique (f 1114), D. Fernando fy esto
nada le honra) se separó de su mujer y vivió bastante tiempo maritalmente
con la Infanta ó Peina de Portugal, D.a Teresa, de la cual tuvo á una hija,
á la Infanta D.a Sancha. Ayudado de su hermano D. Bermudo, quiso
alzarse con el señorío de Portugal, pero derrotado en el año 1128 por el
Príncipe portugués D. Alfonso Enríquez, tuvo que retirarse á Galicia en
donde continuó prestando eminentes servicios al Emperador D. Alfonso VII.
Tuvo por mucho tiempo el gobierno de casi todo el país gallego; y con sus
riquezas y con el prestigio que le daba su elevado cargo, contribuyó pode
rosamente á la fundación y dotación de los Monasterios de Sobrado, Osera,
Monfero, Armenteira y Tojosoutos. Estuvo dos veces en Jerusalén; la pri
mera con ocasión de la Cruzada predicada por San Bernardo; la segunda
en el año 1152, como él mismo dice en una Escritura de Sobrado; anno quo
ego comes Fernandus secundo Ierosoliman perrexi. A fines del año 1153, ya
se hallaba devuelta en Galicia; y del año 1154, se conservan algunos
documentos subscritos por él con el título de Conde de Galicia. Según
Villa!pando, falleció en l.° de Noviembre de 1155; fue enterrado en el
claustro de la Catedral compostelana, desde donde, seis años después fue
trasladado, según su última voluntad, al Monasterio de Sobrado. En San
tiago dejó dotado un aniversario. Algunos suelen confundir á este D. Fer
nando con su sobrino D. Fernando Bermúdez, que también tuvo el gobier
no de gran parte de Galicia. Al primero se le distinguía con los califica
tivos de vetus et bonus.
En el año 1158, á 31 de Mayo, la Condesa D.a Sancha, viuda, donó á
Santiago por el alma de su difunto marido el Conde D. Fernando, las he
redades que tenía en Postmarcos, á saber, en Sabardes, Noya, Corogido
(Gruido), Tallar (Tállara), Taragonio (Taragoña) y Sespaom (Cespón); y
en tierra de Tria, á saber, en Orvom (Erbón) y Lampredariis con sus pes
queras que había comprado á Munio Gelmírez. (Tumbo C, fol. 182).
270 LIBRO TERCERO
(i) Argos divina Sancta María de Lugo; Santiago 1700; pág. 377.
LOS TRES PRIMEROS SIGLOS 1)E LA I. COMPOSTELANA 277
ESGRACIADA figura
hubiera hecho el
nombre de D. Fer
nando II en las pá
ginas de la Historia,
si con otros hechos
gloriosos y de in
disputable religio
sidad no hubiera la
vado la negra mancha contraída con la injusta y arbi
traria persecución del Arzobispo D. Martín. Tanto Don
Lucas de Tuy, como el Arzobispo de Toledo, D. Rodri
go, dicen que D. Fernando pobló á Ciudad Rodrigo, á
284 LIBRO TERCERO
(1) Esto de los dos marcos semanales no debe entenderse de todas las
semanas del año; porque de otro modo, montarían al año mucho más que los
cien morábetinos. Tal vez se entienda sólo de las semanas en que había tra
bajo. O si son de las semanas de todo el año, los dos marcos no serían sólo
para el Maestro, sino también parados demás operarios.
(2) Véanse Apéndices, núm. XXXVII.
(3) La obra del claustro, comenzada en el año 1124, se fué prosiguiendo
con gran lentitud. En el año 11(10, á 22 de Abril, Diego ferrarius de Pra-
danario estando para salir para Jerusalón, hizo testamento, y en él dejó una
considerable limosna para la obra del claustro. (Véase Tumbo (7, fol. 25).
286 LIBRO TERCERO
Respiüdo de uno de los asientos del Coro construido por este tiempo.
Fragmento de respaldo de los asientos del Coro construido por esto tiempo.
Doselete de uno de Ion asientos del Coro construido por este tiempo.
I
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 289
Sevilla, y en tantos otros pueblos, duró, según López Agurleta (Vida del
Venerable fundador de la Orden de Santiago; Madrid, 1731, cap. XXV)
hasta el año 1373, en que hubo necesidad de renovarla, siendo Maestre
D. Fernández Ossórez.
(1) Véanse Apéndices, núm. XLV.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 301
Abril de 1175, hizo Damitte de parte de unas casas que tenía en Santiago,
al Monasterio de Tojosoutos. Al señalar el sitio de las casas, dice: <In rúa
que uocatur uilar siue uallis miluorum, loco certo inter domos que fuerunt
Petri rabadi canonici. .. et ex alia parte domum que fuit Petri mauri, et
nunc est dominorum Sci. Sepulcri.“ (Tumbo de Tojosoutos, en el Archivo
Histórico Nacional, íol. 77).
(1) Véanse Apéndices, núm. XLVII.
(2) Véase tom. II, cap. XXVIII, pág. 535.
(3) De este hospital de Unzola aún se conservan algunos documentos
en el Archivo de nuestra Santa Iglesia. En el año 1171, á 9 de Abril, Juan
de Ginduzo donó á Zubiano, que administraba el hospital en nombre de la
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 309
Iglesia, una heredad. (Turnio C, fol. 228). Al mismo Zubianoen 7de Abril
de 1176, concedieron una viña para el hospital los hermanos Alberto y
Rolandino Ruceto de Unzola. (Tumbo C, íól. 224).
(1) De todas estas iglesias y hospitales, se hace menciónenla Bula
confirmatoria de Alejandro III, despachada el 20 de Marzo de 1178. (Véan
se Apéndices, núm. LII).
/
>
\ ..
CAPITULO XV
El Arzobispo D. Pedro Suárez de Deza. —Reformas que in
trodujo en el régimen y administración de la Diócesis.—
Estatutos Capitulares.—Bulas confirmatorias de los pri
vilegios y posesiones de la Iglesia.—Sus gestiones para
regularizar la cobranza de los Votos de Santiago, y para
constituir la Provincia eclesiástica compostelana.
EGÍSTRANSE
nombres en
la Historia
rodeados de
tal aureola
de gloria y
esplendor, que al sor pronunciados, infunden amoroso
O Inicial tomada de un Breviario compostelano de fines del siglo XII,
312 libro tercero
(1) Véanse los fotograbados de las páginas 28G, 187 y 288.—Los obje
tos á que se refieren estos fotograbados, fueron hallados no hace muchos
años al renovarse el entarimado del actual Coro.
(2) Vease Tumbo B, fol. 238.—Hay otras dos Bulas semejantes, expe
didas por el mismo Papa, la una en el año 1178, que citamos en el texto
(veanse Apéndices, núm. LII); y la otra, en Viterbo á 25 de Junio de 1181.
(Tumbo B, fol. 226 vuelto).
. (3) En la Diócesis de Tolosa, poseía la Iglesia compostelana dos pue
blos que se llamaban Salvitates Bti, Jacobi, (ó sea los exentos de Santiago),
que aún hoy llevan el nombre de Sal vetat.
LOS DOS SIGLOS DE ORO DE LA I. COMPOSTELANA 323
ejts. III
Signo que usaba en las subscripciones de documentos el Arzobispo D. Pedro Su&rez. (De
bemos advertir que este signo no está tomado de documento original, sino de copia inserta
•( en el Tumbo de Sobrado, tomo II, núm. XXVil).
/
■ r.'t
'
f
X
Tomo IV.-l.
NÚMERO I
NÚMERO II
NÚMERO III.
NÚMERO IV
NÚMERO V
NÚMERO VI
NÚMERO VII
NÚMERO VIII
NÚMERO IX
NÚMERO X
NÚMERO XI
NÚMERO XII
NÚMERO XIII
NÚMERO XIV
NÚMERO XV
NÚMERO XVI
NÚMERO XVII
NÚMERO XVIII
/
In nomine patris et filii et sps. sci. amen.
Era M.C.L.XXXV1I .Vil. dies post kls. martias. In
presentía imperatoris dni. adefonsi apud legionem acci
dit quedam intenti oí inter homines de castro toraph per-
nominatos Johannes petriz. Petrum xaniz. Pelagium
gudesteiz. Michaelem didaz. qui erat uozeyrus de conci
lio de Castro toraph! et inter canonicum Sci. Jacobi no
mine Randum et erat dns. petrus ibi arcliieps. Sci. Ja
cobi. Intentio reuera erat super terminum cuiusdam
uille Sci. Jacobi pernominata arquilinus et dicebat pre-‘
dictus canonicus Sci. Jacobi quod homines de castro*
toraph per forcia et cum torto prendiderant terminum et
hereditatem de predicta uilla arquilinus et insuper fece
runt ibi aldeam. Homines uero de castro toraph nega
bant hoc.
Deinde dns. imperator audita ex utraque parte ra
tionem iudicauit quod dns. Bernaldus zamorensis eps. in
cuius termino, et Stephano romanzi et alter de ipsas
iustitias de zamoraí ueniront ad arquilinus et facerent
exquisitionem de sapientibus senibus uiris qui in tempo-
Tomo IV.—1.
60 APÉNDICES
NÚMERO XIX
NÚMERO XX
NÚMERO XXI
N ÚMERO XXII
NÚMERO XXIII
NÚMERO XXIV
NÚMERO XXV
NÚMERO XXVI
NÚMERO XXVII
NÚMERO XXVIII
NÚMERO XXIX
NÚMERO XXX
NÚMERO XXXI
NÚMERO XXXII
NÚMERO XXXIII
NÚMERO XXXIV
NÚMERO XXXV
NÚMERO XXXVI
NÚMERO XXXVII
NÚMERO XXXVIII
NÚMERO XXXIX
NÚMERO XL
NÚMERO XLI
(1) Este paréntesis está tomado de la copia inserta en el Tumbo A, fol. 51,
104 APÉNDICES
NÚMERO XLII
NÚMERO XT,TTT
NÚMERO XLIV
APÉNDICES 111
NÚMERO XLV
NÚMERO XLVI
NÚMERO XLVII
NÚMERO XLVIII
NÚMERO XLIX
NÚMERO L
NÚMERO LI
Santiago.
(1) Como las Bulas pequeñas de Alejandro no tienen más fecha que lq
del mes y día, es difícil señalar el año en que fueron expedidas.
126 APÉNDICES
NÚMERO LII
NÚMERO LUI
Bula del Papa Alejandro III por la cual se aprueban las Cons
tituciones del Cabildo de Santiago.
NÚMERO LIV
142 APÉNDICES
NÚMERO LV
I
tueritis inuenire. ac de castro Cottouade cuna tota terra
sua cum omnibus terminis et pertinentiis suis, quod
uobis et ecclesie do et concedo cum uniuersis cautis et
incautationibus que ibi sunt. Itaque nulli deinceps nisi
uicario uestro uel ecclesie uestre licitum sit ab habitato
ribus ipsius burgi uel ab aliis ad predictum castrum uel
burgum pertinentibus pro fossado, seu fossadaria, pedi-
dalia uel alia quacumque uoce regia aliquid exigere uel
accipere. Si quis etc...
Facta cliarta apud Salamanticam XVII kalondas
ianuarii sub era MCCXVIII. Regnante rege. etc...
NÚMERO LVI
que nec per se nec per aliquem alium, neque sua uolun-
tate nec mandato neque consilio capiet uel furabitur
aut capi uel furari consentiet illa uel aliquod eorum et
si aliquo factum fueriti faciet illud uel illa ad fidelita
tem restitui bona fide et sine malo ingenio secundum
totum posse suum. Quod si non fecerit! sit propterea
proditor, et si quis nostrum eum qui ui uel furto istud
commiserit defenderit aut in Regno suo receperit aut
auxilium ad recuperandum Castellum uel castella sicut
predictum est non prestiteriti amittat sua Castella fide
litatis. et dentur alteri et neque fideles, neque domus aut
Capitulum eorum aliquam offensam contrahant aut in
famiam pro Castello per uim uel per furtum uel per
proditionem amisso.
Si uero predictas conuenientias alteruter nostrum in
aliqua parte obseruare neglexerit! condonamus archie-
piscopis et episcopis et rogamus atque concedimus ut
per commune interdictum totius regni et per sentenciara
excomunicationis in persona eius qui hoc obseruare ne
glexeriti compellat nos ad eorum obseruationem. Et si
archiepiscopus aut episcopi alterius regnorum neglexe
rint ferre prodictam sententiam! reliqui regni archiepi-
scopi et episcopi dent testimonium fidelibus contra eos.
et supplicamus dno. pape ac Petimus ut conuenientiam
istam confirmet, et sententiam pro eius obseruatione
latam dignetur ratam habere.
Et concedimus fidelibus quod si super his uel super
aliis emergentibus nouis questionibus aliqua dubitatio
siue contentio euenerit secundum eorum arbitrium ter
minetur et suscipiatur a nobis secundum predictam dis
tinti onem.
Et si fideles uel alter eorum pro diffinienda aliqua
contentione que emerserit inter nos noluerit habere iu-
dices de regnis nostris secum uel pro se! nos debemus
eos illis dare quales ipsi uoluerint. et obseruare quod illi
uel per se uel cum eis iudicauerint. Et si noluerimus eos
illis dar ei ipsi habeant potestatem eligendi iudices unde-
im APÉNDICES
cumque uoluerint. et quod illi per se uel cum eis aut al
tero eorum judicauerint. uterque nostrum obseruabit
uel amittet sua castella fidelitatis. Et omnia que supra-
dicta suntí in carta ista intelligimus et obseruabimus
bona fide et sine malo ingenio.
Et nos ambo reges prefati prodictarum conuenentia-
rum cartas per abecedarium diuisas propriis manibus
roboramus atque confirmamus et tam signis quam sigil
lis nostris eas munimus.
NÚMERO LVII
\
15t> APÉNDICES
NÚMERO LVIII
NÚMERO LIX
ADICIÓN
NÚMERO LX
NÚMERO LXI
Bula del Papa Lucio III, por la cual ordena á los Prelados de
Lisboa y Évora que reconozcan como Metropolitano al
Arzobispo de Santiago.
NÚMERO LXII
LAUS DEO,
E1USQUE
PAginas.
Pftgin as
Papa Eugenio III.— Pleito con el Monasterio de Ante
altares.—Expedición á Almería.—Venida á Santiago de
un gran ejército de Cruzados. — Sepelio en la Basílica
compostelana de la Emperatriz D.a Berenguela.—
Muerte del Arzobispo D. Pedro I.—El Códice de Ca
lixto II...............................................................................221
Cap. XII.—Fundación del hospital de San Lázaro de
Santiago. — Elección de D. Bernardo, Obispo de Si-
gíienza. —Convenio con el Monasterio de Antealtares.—
Fallecimiento de D. Bernardo.—Elección del Arcediano
D. Pelayo Camundo. —Bula de Anastasio IV.—Cues
tión de la Primacía.—Estatuto acerca de las fiestas de
Santiago.—Fallecimiento de D. Pelayo.......................... 247
Cap. XIII.—El Arzobispo D. Martín Martínez.—Es des
pojado de la Sede por el Bey D. Fernando II.—Elec
ción anticanónica del Arcediano D. Fernando Cortés.—
I). Pedro Grudestéiz Electo y Administrador de la Sede
compostelana.—Vuelta de D. Martín á Santiago.—Su
' fallecimiento..................................................................... 263
Cap. XIV.—Elección de D. Pedro Grudestéiz.—Donaciones
del Bey D. Fernando II.—El Maestro Mateo.—Pobla
ción de la villa de Noya.—El castillo de Cedofeita.—
Estatutos en favor de los Beneficiados que se dedicaban
al estudio.—Ligero bosquejo de la organización del
Clero Catedral en esta época.—Fundación de la Orden
militar de Santiago.— Canónigos ilustres compostela-
nos en este tiempo.—Hospitales en el camino de
Santiago.............................................................................288
Cap. XV.—El Arzobispo D. Pedro Suárez de Deza.—Be-
formas que introdujo en el régimen y administración
de la Diócesis.—Estatutos capitulares.—Bulas confir
matorias de los privilegios y posesiones de la Iglesia.—
Sus gestiones para regularizar la cobranza de los Votos
de Santiago, y para constituir la Provincia eclesiástica
compostelana.....................................................................311
Cap. XVI.—Donaciones del Bey D. Fernando II.—Prestí-
176 ÍNDICE
Páginas.
gio del Arzobispo D. Pedro en Galicia.—Su expedición
á Portugal.—Muerte del Rey D. Fernando II. 331
APÉNDICES
N.°—Años de C. Páginas.
N.°—Años de C. Páginas.
178 índice