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GRANDES. BATALLAS DE LA ANTIGUA GRECIA DOSSIER os PELOPONESO JENOFONTE Y LOS DIEZ MIL VIVIR PARA CONTARLO EL IMPERIO MACEDONICO LAS VICTORIAS DE ‘ALEJANDRO GRIEGOS VS. PERSAS MARATON, SALAMINA, LOS 309 DE LAS TERMOPILAS.. ENTRE EL MITO Y » LA HISTORIA © 6s SIETE CONTRA TEBAS Y LOS HEROES TROYANOS LA GUERRA DEL ~~ Una combinacién de boténicos seleccionados entre mas de 40 plantas aromaticas de excelente calidad provenientes de todos los tincones de! mundo. 150 aos de tradicién y maestrfa, Mezclado y equilibrado seq in la tradicion, todavia hoy. La elaboracién del vermouth como forma de arte. Cada gota. Dia a dia. xeon EL ARTE DEL VERMOUTH www.disfruta-de-un-consumo-responsable.com 15° EDITORIAL La Hélade, en pie de guerra esde los mismos mitos sobre los que se funds su civilizacién ~los Siete contra Tebas, la Guerra de Troya-, la historia de la Antigua Grecia se escr- biéa golpe de espada y lanza en los campos de batalla. Hacia 2000 a.C., a cextincién de la matriarcal cultura minoica a manos de los belicosos invasores micé nicos dio a luz una nueva identidad griega, que se refleja en esa mitologia guerrera, Los legendarios héroes de la epopeya troyana ~Aquiles, Héctor, Paris, Helena...-, inmortales gracias la Minda de Homero, probablemente son trastntos literarios de hechos y personajes reales de la época micénica, ‘También esta Ilegé a su fin y, en el siglo V a.C. -el de Pericles y elesplendor dela demo- -~ONLINE MurHIsTORAS ‘SUMARIO. GRANDES BATALLAS DELAANTIGUA GRECIA Pal PE OR P REPORTAJES Troya, entre elmito ylahistoria 26 Laexpedicién de os DiezMil 76 Duelo detitanes: | Guerra Médica 34 LaGuerra de Corinto Heroes icénicos: ll Guerra Médica 42 ElfindeEspartaen Leuctra 92 DOSSIER: Guerra del Peloponeso52 _Alejandroy el Impetio maced6nico 100 WTO) Poe a Girerecer Mihéroe 8 Entrevista: Roger Crowley 108 Laslistas de MH 10 Historiaalternativa 112 Fotos con historia 14 Panorama 114 Curiosidades 50/74 Historiaenelarte 120 Muy HisToRAT MIHEROINA a SOLEDAD BECERRIL Politica y profesora Madrid, 1944), ‘ue la primera ministra de la democracia Y primera Defensor del Puebio. En 2018 publicd Afos de soledad (Galaxia Gutenberg), donde recoge los recuerdos de su larga carrera, desde } ‘comienzos de 1970 hasta 2017. La ex ministra de Cultura se adentré en la politica para contribuir a la recuperacion de la democracia y con el deseo de estimular la transigencia, el didlogo y la concordia. Por eso, no sorprende que nos muestre su admiracion por la figura de la conocida joven judia, autora de un diario intimo que invita a compartir los valores que Becerril también defiende. Ana Frank ivir en un piso sin poder salir la calle, sin hacer ruido, con las pocas cosas que una se pudo llevar consigo, sin asomarse al baledn, y tener 13 afios, debe ser vivirsinentendernada delo que sucede, sin comprender las razones de ese confinamiento. Qué nos sucede? ;Por que vivimos asf’ ;Cudindo podremos salir? ‘Y los demas también viven como nosotros? Estas preguntas se las haria Ana Frank (1929-1945) en los primeros tiemposde reclusién en la “casa deatris’, como dice ell en st diario, en Amsterdam con sus padres. Alli se mantuvieron a salvo de la persecucién nazi durante casi dos aio. A esta joven heroina le debemos uno de los relatos mis realistas y desoladores de cémo fueron las vidas y miserias por las que pasaron aquellos que, por su origen judio, pri ‘mero fueron sefialados, luego separados de sus familias y después llevados unos 2 campos de concentracién y otros, millones, a campos de exterminio, Esto sucedié ayer en la Europa culta, civilizada, en la Europa industrializada, en la de grandes pensadores, filsofos y escritores, grandes ingenicros y empresarios. La mayoria callaron lo que sabian que sucedia; callaron porque tenian miedo a las represalis, porque era mejor colaborar con el negocio; tenfan miedo a Jevantar la voz, miedo a perder sus confortables vidas, ‘Ana, cuyo diario constituye un documento trascendental para conocer y transmitit lo que fue el Holocausto, debié compren- der al poco tiempo de su reclu- sién todo lo que sucedia a su alrededor: por que vivian en silencio, por qué tenian lo po- co que tenian, por qué se mo- ‘Sobre estas linea, el matrimonio Frank pasea con sus hi Jas Ana-con apenas unos meses-y Margot en Frankfurt. vvian de manera tan sigilosa. ¥ tuvo el coraje de ponerlo por escrito, y gracias ala publicacién de su diario generaciones y generaciones de europeos, mayores y muy jévenes, hemos sabido lo que aquel infierno supuso durante aios. PARA NO CAER EN EL OLVIDO Visité la exposicién Auschwitz con mi nicta de doce afos, ‘que habia letdo el Diario de Ana Frank (publicado por pri- mera vez en 1947 por Otto Frank, el tinico superviviente de la familia), No tuve que explicarle muchas cosas, por- que los zapatos amontonados, los pantalones y camisas de rayas, los cacillos para beber, las gafas despojadas, las literas de listones de madera y el vagén que transportaba alos condenados muestran casi tod, aunque no explican nada, porque no hay explicacién posible. Lavida cotidiana, los sentimientos y pensamientos de Ana Frank, recogidos en ese diario, son una lecci6n tan grande como la de los mejores historiadores anglosajones, que nos da una nifa sobre la locu- ra que se adueié del corazon de Europa -Hitler- y que al- ‘gunos supervivientes pudie- ron Iegar a describir. Ella no pudo. La familia de Ana fue delatada, y ella Ilevada al cam- po de concentracién de Aus- chwitz, donde debié ver el ‘gran arco de entrada que, con grandes letras de hierro que son para no olvidar, dice: “El trabajo nos hace libres” Luego murié en el campo de Bergen- Belsen, al norte de Alemania, pocos dias antes de la legada de los ingleses. (2 er cca rote eae Bers os Pees cours En LAS LISTAS DE MH 10 personajes excesivos y escandalosos Del Imperio Romano al siglo XX, ofrecemos un muestrario en orden cronolégico de algunos hombres y mujeres que pasaron a la historia tanto por su faceta publica —emperadores, emperatrices, pontifices, reyes, escritores, visionarios, dictadores- como por su “mala reputacin” personal, que no siempre estuvo del todo justificada. i Caligula Masala, _ Tia de Caligula por su ma trimonio con Claudio ela Contaba 15 afios; , casi 50-,noleva ala zaga en fama escandalosa: su nombre es sindnimo de ninfémana, puede que in- Justamente fas fuertes elisicas no eran precisa mcd : mente feminists). Se dice See eee ree Sakeneanirs wor eee Siserts tartaboe eee my cond aped dolycieca prueba de su locura, tal vez producto de en- saueeEtecsqstoony es IIS con la ramera Eacla itachi or el record de cotos en tundia gané 200 225). De fo que nohay duda es de suambici, que la lev acasarseconun viep ya Cconspirar contra &ljunto a suamante, Cayo Sti, Fueron ejecutados, an, € Gerto: que asesinaba p Estatua de Mesalina souuynisTerA Heliogabalo 1 culebrén imperial romano alcanz6 su cénit con la subida al trono de este adolescente ~14 afos- nacido en Siriay campedn del escdndloy el exce~ 50. Otra vez, se cree que ls fuentes exageran para denigraio. Sequin es- tas, rompié todas las tradciones rligiosas ~reemplaaé a Jupiter por el ios Sol nvicto, se cas6 con una vestal- y todos los tabues sexuales: two cin- ‘0 esposas, un marido el esciavo Hieracles- y muchos amantes, a los (ue buscaba superdotados; se maqullaba. deplaba y prosttuia y quiso cambiar quitrgicamente de género. Murié en un complot, como Caligua Enrique VIII segundo rey de la Casa “Tutor en nglatera divide a los historiadores. Para unos, fue siempre un monstruo despétice cuyalascivia pro- ddujoun osma en la Iglesia; pera otros, pasé de principe enacertista y modernizador ‘amonarea absoluto y san- ‘gunario tras una erferme- ‘dad, Pero lo de excesivo no ‘selo quita nate: se caso ‘sis veces, mandé decaptar ‘dos de sus esposas que, Por certo, eran primas-, Ca- tana Howard y Ana Bolena, Yy para desposar a esta repu- ‘6 @ Catalina de Aragon y rompié con el papado, dan- do lugar asia nacimiento de lalglesia angicana ya una feroz persecucién religiosa. Alejandro VI » Valenciano de nacimiento -Rodetic o Rodkigo de Borja-y romano por la plrpura ecestal, el papa ‘Borgia esta rodeado, como toda su famifa, de un hhalo de escéndalo muchas veces ifundado 0 mit- 0 (por ejemplo, su exagerada leyenda negra de en: \enenador oe! rumor dela relacion inoestuosa con ‘3 hij). Pero lo cierto es que tuvo al menos diez Hi Josde varias mujeres Jos mas célebres: César, Lu- crecia y Jofré-, que alcarz6 el papado por métodos dudosos fue acusado de simonia) y que estuvo en- \welto en mil intrigas polticas y palaciegas, muy Heron tt Catalina la Grande Marqués de Sade (1740-1814) Para libertino, ninguno mas ‘notorio que Donatien Alphon- se Francois de Sade, mas conocido por su titulo nobi lianio y por haber originado et termino “sadismo”. No esta claro hasta qué punto Sade fue sédico en la vida real mas alld de dos episodios de juventud ~el escindalo de Arcuell (1768) y el incidente de Marsella(1772}- deforma. dos y ampiiicados por la imaginacion popu de sus leyendas parecen ba sarse en el incendiario cont ido (ateismo, parafilas, cr ‘men, sodomia, violaciones) de sus novelas y cuenios: lusting, Juliette, Aline y Val ‘cour, Las 120 jornadas de ‘Sodoma... Por todo ello -su obra y suireputacién- pasé un total de 27 afios en céreo les y manicomios durante el Antiguo Régimen, la Revolu cién Francesa y el Imperio de Napoleon Bonaparte. Arthur Rimbaud ro gran provocador fue el en fant terble por excelencia de la Iteratura francesa. Poeta y re- belde desde los 7 aos ~iba por las calles de su cludad, Charle- vile, con pancartas que rezaban Muara Dios"-, alos 15 se fugd para probar suerte en Paris; 2 fos 17 inicio una tormentosa rela- ‘in con Paul Verlaine, casado y diez afios mayor, con el que vivid en Londres; alos 21 ya habia escri- to toda su obra-E! barco abrio, Vo ‘cales, Una temporada en el inferno, lluminaciones.. pionera del simbots: mo y el sureaiismo. Convertido suoesi- vamente en vagabundo, mercenario y ‘mercader en Etopia, a enfermar de Cancer regresé a Francia para morr RET UUeL cere ue eer en Peer er Benito Mussolini Ellider del fascism italiano ~y dictador de su pais desde 4922 hasta su ejecucion en los momentos finales dela ‘Segunda Guerra Mundial fue ‘un personaje histriénico de {estualidad bufonesea y ora foria grancilocuente. Las ma- ‘sas adoraban la teatralidad excesiva del Duce, que en su eli se vela como continua dor de Augusto. ¥ una parte de aquel mito era su condi clon de depredador sexual, ‘promocionada enire sus se- uidores. Asi, aunque casado “en segunda nupeias- con la “madre y esposa ejempla” Fachele Guid, con la que tu- vo cco hos, sus amantes llegaron a ser cuatrocientas; la mas importante, Clara Pe- taco, junto a la que muri, [pero hubo otras destacads: Madeleine Coraboeut, Mar- ‘henta Sarfatt uy Heron 13 FOTOS CON HISTORIA Objetivo: el Polo Sur Desde finales del siglo XIX hasta principios de la década de 1920, se produjo una intensa exploracién cientifica y geolégica en la que hasta 16 expediciones de ocho paises diferentes se pusieron en marcha hacia la Antartida. La limitacion de recursos convertia esta aventura en una hazafia de resistencia que puso a prueba los limites tisicos y mentales de los exploradores. Estas cinco iinstantaneas, tomadas por los miembros de la expedicion Terra Nova (1910- 1912), son parte del testimonio grafico del periplo del grupo polar comandado Por el briténico Robert Falcon Scott, que tuvo un tragico final PORMARIA FERNANDEZ Fe! s4uuynisrora La lucha antartica por ser el primero Londres el 1 de junio de 1910 con destino al Polo Sur, acompefiado por un geélogo, un z0dlogo, un ciujano, ‘un fotogralp, un ingeniero, un experto en esqui, un meteo- 16ogo yun fisico, Todos ols foemaban la expedicion Tera ‘Nova, aunque oficaimente conccida como la British An tarcte Expedtion 1910, la tercora dos exploraciones br {énicas en la Antértida durante el siglo XX y una de las ‘mas signifcativas de la edad heraica dela exploracion de este continente. EI nombre popular de la expedicion proviene del que toni el barco en el que legs el grupo de exploradores hasta el continente antarica, \Uiderado por Scot, un experimentado explorador, cap tn de la Marina Real Brténica, el equipo se retrasé por las ventscas y pronto se quedk sin suministros. Aun ai lograron superar todas las tempestades quelmpuso el ‘camino y aleanzaron el Polo Sur el 17 de enero de 1912 FE: \capitin Robert Falcon Scot (1868-1912) sali de ‘Aunque fue tan solo para descubrir que la expedicion oruega bajo e mando del explorador Roald Amund- sen-se les habia adelantado, Las dificutades en|a.ruta de vuelta hacka el barco que tenia que devolveros al Reino Unido fueron imposibies de superar por los de la Terra Nova. Scott murid ~con la Ultima carta que habla recibido de su esposa entre las ‘manos—_|unto con sus exploradores,a finales de marzo. ‘Sus cuerpos, sus diaries y algunas placas de fotogratia fueron encontrados ocho meses despues. Ena foto, tomada por Lawrence Oates, Soot, junto a tres miembros dela expedicin (de zquierda a derecha: ‘Bowers, Wilson y Evans), posa junto ala tenda de cam Pata de Amurcisen donde se iza la bandera de Noruega, prueba que demostraba que os exploradores nérdicos ha- bian legado al Poo Sur antes que la expedcion inglesa; cexactamente, se les habian adelantado cco semanas, uy HsronA 18 t — “ ‘ficial George Abbot, el habil marinero Harry Dickson, el suboficial Frank Browning, el gaélogo Raymond Priestley el teniente Victor Campbell (lider del grupo) y el de Dinao, un personaje mitolégico que, hu- _ delos Siete contra Tebas, un episodio que, aunque Leones, entrada yerido de st hermano Egipto, habriallegado hasta mitoldgico, ilustra el establecimiento de coalicio- alamurala_lascostasegens Este mito hadado orgenamultitud nes como estrategia habitual. En esta ocasidn, Saoiae de especulaciones sobre el origen de los grie gos. dos principes desterrados (Polinices de Tebas y easter Tideo de Calidén), animados por el rey de Argos, es una huella Adrasto, deseoso de engrandecer su poder en la visible de su SIETE CONTRA TEBAS regi6n, organizaron una liga en la que participa~ ancestalpoderio. _Existe un precedente de alianzas griegas frente a ron muchos guerreros destacados para marchar tun enemigo comin Se trata de la llamada Guerra contra el rey tebano, Fteocles. corey eet EL FINAL DE MICENAS Y EL RETORNO DE LOS HIJOS DE HERCULES érols 0 Heracles 08 uno do los doses mas primitvas del patesn grego Personae Htetercmte cae nic isa, ase ta con Se 498 tna cud dee peninsila el Peloponeso de a que, a su muerte, sus descon tes eelanexpulsadoo Su hij Hilo hallo raf entre os dros, a cuyo soberano ha aydado Heretls,yacabaria por lderrioe Este puebo, etuado mucho masa norte Protagontara mae sdearo of amado retro de ls herseldae ura raion © mgt Gon conta qe os doros e digleron hala el Peloponeo, reconqltando que ceian tu egtmoterttoro, Tod ese epiado, que se nara enclave ia enla cba de Eur des Los rica ha sda relaconago por michoshstoladors cn a destruccin de Ios paacios de Micens y Pts hacia 1100.0, momento que stale decve dea lizacon mednes, nque no ay unarimidadlaivasion de pusbos del norte es una de las expicaciones para subtotal el perado de prmacia Je Meenas sus cudades jas Los dors ~cenominacion csi cua geogalare ext defnida-posran B) Metis aay) ber sido los més conocides tracios, macedonios u otras tibus del norte. J Sowur HisTORA mitologia en clave de afrentas personales y de aventuras heroicas. Era lo comin en la época: no se daba una inter~ pretacién estratégica o cconé mica a los grandes aconteci- mientos belicos. La motivacién casi siempre era por enfrenta- rmiento de personalidades, muchas veces por rivalidades en amores y otras por odios familiares. Enel caso quenos ocupa, Ficocles de Tebas habia expulsado de la ciudad a sthhermano Polinices, y este queria ser restituido y suspiraba por la venganza. En definitiva, as visiones que hoy nos parecen logicas y subyacentes a cualquier con- flict eran por entonces algo demasiado prosaico. A ello se une la realidad de que la guerra era la mejor ‘manera para un lider de lograrel respeto yla gloria, UNA GUERRA DE HEROES Por eso Homero, en su gran poema épico, la Tiada ~una delas obras mds influyentes de todos los tiem- pos-, narra también la Guerra de Troya en clave hheroica, algo que chocacon nuestra mentalidad ra- ciomalista Sel ataca no por susriquezas ni st posi- cin estratégica, sino porque el troyano Paris rapta ala princesa Helena, esposa de Menelao de Esparta, a su vez hermano del principal caudillo micénico, ‘Agamenén. La gran coalicién de los griegos (Ila ‘mados aqueos por Homero) se forma para vengar esta afrenta Y, ya desde la primera l- nea de la obra ~"Canta, oh diosa, la colera de Aquiles; cera funesta que caus6 infinitos males a los aqueos y precipité al Hades muchas almas va- lerosas de héroes’-, veremos que las rivalidades entre sts jefes trastocan el curso légico de los acontecimientos Aquiles, al comenzar el primer canto dela tiada, se ha enfadado con Aga- rmenén, el jefe supremo de la expedi- EI protagonismo de Micenas arranca del Bi nce, en la Grecia continental ny aa) ao ‘in griega a Troya, porque este le ha arrebatado a una mujer troyana quele habia correspondido en el botin de uno de sus ataques. Ofendido, Aquiles seniegaa luchar,y su particular “huelga” ocasiona- 14 muchos males a su propio efército, de cuyo jefe, Agamendn, abomtinard continuamente. Uno de los mayores debates de la ciencia histérica ssi sucedié alguna vez ls Guerra de Troya y, en se- gundo término, silo narrado por Homero tuvo re- lacién con la realidad, Si retrocediéramos dos siglos atrds, veriamos que hubo otro debate previo: sila propia ciudad de Troyaexistié. A mediados del XIX se habia concluido que era tn enclave de ficcién, Pero ls excavaciones, a partirde 1870, de Heinrich Schliemann en la colina de Hisarlik (Turguia),con- tinuadas después por otrosa finales del siglo XX y tambign en el XI, tumbarian todas las reticencias queen su momento manifestaron loserucltos. EL hallazgo de sucesivos estratos en la excavacién, que corresponden a las diferentes etapas histéricas del enclave, ha permitido encontrar rastrosde >> MoTivos PERSONALES. La Hada, como fra comtin en la ‘Antigiedad, no fundamenta la ‘guerra en lo Politico 0 fo ‘econdmico, sino en asuntos de amores, yrivalidades, Como el rapto de Helena de Troya {abajo, en una uma funeraria| etrusca), Muy HsrorA st UN DEBATE HISTORICO. Los expertos yao dudan de la historicidad de Tioya (arriba, en una acuarela de Poter Connolly) pero dlscuten aun la de la guerra, aunque con mayoria a favor. EL HEROE DE LA ILIADA. ‘Aquiles (dcha. ‘encarnado por Brad Pitt en Troya, 2004) es el ol ‘gran guerrero cgriego en la leyenda dela Guerra de Troya, que dada la rminuciosidad de rombres y detalles esta seguramente asada en hhechos reales. s2uur nisToRA destruccién violenta en varios de ellos, lo que animaa pensar que en alguna fase fue tomado por tun ¢fército rival. Ahorabien, no esta claro, ya que en alggin caso a ctistrofe pudo deberse aun terremo- to, segtin los anquedtogos. Los historiadores actuales estan dvididos, pero esalgo mayoritario el bando de los tamados "positivistas® respecto a su existencia, EL DETALLADO CATALOGO DE NAVES En favor de estos filtimos no se puede dejar de la- do que Homero fue muy detalista en su descrip cién de la guerra, ylaman la atencién aspectos como el “catdlogo de las naves griegas” que forma parte del Canto II dela Tada. Es esta una larga enuumeracidn de todos los con- tingentes de barcos aqucos participantes, que fueron veintinueve segtin esta lista, y se detalla cuiéntas galeras formaban cada uno (un total de 1.186), la ciudad dela que procedian, el nombre de su comandante y también el de sus principales guerreros. Homero también describe alas fuerzas troyanas enumerando a sus aliados, procedentes de Ja regidn de Anatolia y de ciudades vinculadas al Imperio hitita, el cual también envié directamente algunas fuerzas para ayudar en su defensa El catalogo de naves es uno de los argumentos principales en favor de la existencia de una gran batalla, ya que, por lo prolijo de la informacién, no sabe pensar en un mero invento de ficcidn. Ms bien, se ha formulado la teoria de que Homero (u otro literato que introdujese la lista posterior- mente) pretendia impresionar a la audiencia con sti memoria. No olvidemos que la Iliada era un poema oral, que los rapsodas recitaban sin pape- les. Por otro lado, la relacidn de lugares y nombres proporciona tna informacién preciosa sobre en- claves dela cultura micénica, algunos de los cuales todavia hoy no han sido localizados. Una de las grandes inodgnitas dela Guerra de Troya «s silos efectivos movilizados por los griegosalcan- zaron el fenomenal ntimero que se deriva de esta lista, 1.186 barcos a unos ciento veinte soldados por embarcacién (cantidad mencionada también por Homero) habria significado mis de 120.000 ata cantes aqueos. Enfrente, los troyanos y sus aiados serian un total de 50.000 personas Parece que habria habido algo de exageracién lite- raria en la narracién homérica. Al menos esta ¢s a conclusién del historiador militar Barry Strauss, quien en st libro La Guerra de Troya (Edhasa, 2008) menciona datos como que la flota deta ciu- dad de Ugarit (en la costa de ls actual Siria), una de las grandes potencias maritimas de la época, estaba formada por algo mas de 150 barcos. Es de pensar entonces que reunir una cantidad de naves que multiplica por diez esa cifra pudiera resultar harto complicado. Respecto a las fuerzas troyanas, parecen también muy elevadas sise comparan con Jos-47.000 hombres que el mismisimo emperador hhitita Muwatalli Il habia logrado reunir cien afios antes para combatir contra el faraén egipcio Ram- sés IT en la gran Batalla de Qadesh. Si tomamos en cuenta que‘Troya era tuna ciudad dependiente 0 afiliada al imperio hitita, resulta dificil pensar que pudiera igualar sus efectivos. LOS PUEBLOS DEL MAR Mis allé de las cifras, sigue abierto el interrogante de por qué seatacé Troya. Una de las teorias que hha ganado seguidores en cl iltimo siglo es la de que formase parte de las invasiones llevadas a ca- bo por los Pueblos del Mar. Esta habria sido una confederacién de pueblos de Grecia y de diversas islas del Mediterrineo que asolaron multitud de enclaves del Oriente Proximo en un periodo de tiempo que resultaria compatible con la cronolo: gia del ataque a Troya El nombre de Pueblos del Mar fue utilizado por los faraones egipcios para describir a unos agre- sores que en 1184..C, llegaron a invadirles, sien- El ataque a Troya podria formar parte de las invasiones que llevaron a cabo los Pueblos del Mar EL CABALLO DE TROYA... ZERA EN REALIDAD UN BARCO? 2 eld area del cabal de Tye despa el desen- [_ tee ura oso apc as cs ea raion homey qu parece poo vroaniUna esa vg para savor as dda equ oatlact ala Mo oa ning gran quo de macer,sp nbaro alos que ena doaea te soa lamacabalor: Horeroya esha a mettion “cabatoe de mar ona cna prarefeiaee oe eros pepe En 2016, esta ora ecb epaarazo do Un espace on arquecigia hava | rtorFencsco bon Gea Unerad Ge Aare Chien svn quo entatagornubladaharia pode coe en Tegal as Woyance como tbo un po de bro de organ ni eee eee obec) Sala deco’ ona ceza Ge un cabal. esa nave wcbia ne in grego nombre de nppos ave rien cabal) Los sodas (lege se brian eon on bodega dea enbarccion. En Spies co Tors“ flea we hacer ti earl Minera conocienca dou pose maker sar Sobre estas lneas,e do rechazados por Ramsés II tras varias batallas. _famoso Fue su hazaiia més atrevida, pero también se pue- caballo de de rastear la presencia delos Pueblos del Maren Toya gin la destruccién del prospero reino de Ugarithacia Un grabs 1175a.C.y, por supuesto, en la propia Troya hacia 1180. Incluso podrian haber sido los causantes del siibito final del Imperio hitita. La hipotesis principal es que los Pueblos del Mar fueran los aqueos de Homero, bandas de pira- tas errantes procedentes de diferentes puntos de Ja actual Grecia y sus islas, que vivian del botin obtenido en Ia guerra y el saqueo. Los nombres dados en las fuentes egipcias 0 hititas a estos pue- blos, ast como sus representaciones grificas en relieves, avalan esta tesis. Si asi fuera, la confe- deracién descrita por Homero no se encontraria demasiado lejos de la realidad de unos guerreros implacables unidos por el ansia de botin, uy Histor 33 % a * Tapeh ete iron tevlKe econ at ule Merete. frente a las playas de la bahia de Marat6n, todavia yacen las cenizas de loS\soldados atenienses y persas que cayeron en una batalla mitica;.que supUso el momento algido.del primer gran conflicto entre Oriente y_Oc: Ree eG CIRO HEL GRANDE. Elascenso tone del Imperio det primero de fos reyes de la dinastia aqueménida (arrba, en un ‘aguafuerte) desencadené un terremoto politico: tras Horarse del yugo med, se lanzo ‘.una expansion sin precedentes or todo Oriente Proximo. omy isToR a mayoria de los historiadores, con Herd- doto [ver recuadro 2) a la cabeza, consi- dera que el origen delas Guerras Médicas, hay que buscario en la sucesién de aconte- cimientos que provoes el ascenso de Ciro I el Grande, el primer rey de la dinastia aqueménida, al trono del Imperio persa. Ciro aca dillé a su pueblo para liberarse del yugo medo y extender sus dominios por todo Oriente Priximo hhasta dar forma aun nuevo Imperio que parecia no tener limites, Lasambiciones expansionistas del rey persa eran insaciables y el enfrentamiento con los griegos asentados en Asia no se haria esperar En aquel entonces, los jonios (pueblo de cultura helénica que residia en Asia Menor) vivian so- metidos bajo el reinado de Creso, rey de Lidia. El monatca aproveché el clima de inestabilidad rei- nante en a zona para invadir los teritorios veci nos a su frontera occidental, convencido de que los persas no reaccionarian al estar demasiado ‘CRESO, ULTIMO REY DE LIDIA. Creyo ue los persas no le atacarian: se equivoc6 y cayé en Sardes (el rey en un dnfora, 546 a.C). ‘ocupados en extender sus dominios. El ex- «eso de confianza de Creso le llev6 a cometer tun error estratégico que le costaria caro, Ciro presents batalla a su ejército en Capadocia y le “oblig6 a emprender una apresurada retirada para evita su total destruccién. Refugiado en Ia ciuded de Sardes, Creso confiaba en que st repliegue y el desarme de su ejército servirian para apaciguar a su enemigo. Eley de Lidia volvié a equivocarse y las tropas persas se presentaron ante las murallas de Sardes para sitiarla. Despuésde dos semanas de asedio, la ciudad cayé, y Ciro conquist6 toda Lidia 547 aC. UN IMPERIO EN EXPANSION Ante el avance imparable de los persas, las ciuda- des jonias se vieron obligadas a someterse a ellos Aquellas que se atrevieron a desafiar la autoridad de Ciro y participaron en una revueltalidia contra 4a ocupacién sufrieron una represién implacable. Ante los brutales métodos aplicados por los persas, :uuchos de sus habitantes optaron porelexilio ha- ciacl Mediterrineo occidental, donde se fundaban nuevas ciudades griegas. Las islas de mayor tama- fo frentea la costa jonia mantuvieron su indepen- dencia durante cierto tiempo, pero en 518 aC. los persas se habian hecho con el control de toda Asia Menor y la mayoria de ls isla orientales del Egeo, entre llas Lesbos y Samos. Los persas encontraron la ocasién que habjan estado esperando para extender su hegemonia en la regién con ocasién de la rebelién jonia provocada tras los sticesos que tuvieron lugar en Naxos, la mas pros- pera de las islas Cicladas (archipiélago situado en el Egeo meridional). Tras una revuclta interna, el pue- blo de a isla habia expulsado a la oligarquia domi- nante, que exiliada en Mileto habia pedido ayuda al tirano Aristagoras para recuperar el poder perdi. Aristgoras vio en esta solicitud la oportunidad que esperaba para dominar Ia isla pero alc de las fuerzas necesarias para emprender con ga rantias una campana militar acudié a Artafernes, al sitrapa persa que gobernaba Lidia, en busca de ayuda. Laconquista de Naxos parecia facil yabriria clcamino ala expansion persa por el Egeo, antesala delosterritoriosde la Greciacontinental. Ante esta perspectiva, Dario, el rey persa en ese momento, dio su consentimiento a la operacién y se organizé tuna flota de 200 trirremes dispuesta al asalto. Sus teipulaciones habian sido reclutadas entre los puer tos griegos de Asia Menor, mientras que la fuerza de combate estaba integrada por soldados persas reclutados en las posesiones del Imperio, El ataque no pillé por sor presa a los habitantes de Naxos, que, advertidos de la presencia de la flotaene- miga por los comerciantes que navegaban entre las Ci cladas, tuvieron tiempo de reforzar las defensas dela ciudad y acumular viveres para resist un prolongado # asedio, Tras cuatro meses El expansionismo de Ciro era insaciable: de infructuosos ataques, los persas se vieron obli- gados a retirarse sin conseguir su objetivo. Ante este fracaso inesperado, Aristigoras decidié cambiar de bando y liderar una sublevacién de Jos jonios contra los persas. Las causas que pro- vocaron su traicién se derivaron de sus compro- ‘isos incumplidos: habia quedado en una pos ci6n incémoda y decidié aprovechar en su favor eldescontento latente que exist jonias hacia los persas para ofrecerse a dirigir una revuelta contra los opresores, encarnados en las figuras de los tiranos (ver recuadro 1). La suble- vacién consiguié derrocar a muchos de ellos, que buscaron la proteccién de Artafernes. en las ciudades LAASTUTA CAMPANA DE MARDONIO Tras recuperar su libertad, los jonios se prepara- ron para una guerra inminente contra los persas, Juntoa sus aliados atenienses, se lanzaron contra Sardes en un ataque por sorpresa que cogié des- prevenido a Artafernes, que en el iltimo momen- to consiguié refugiarse en Ia acrépolis de la ciudad, ala espera de refuerzos que no tardaron en Ile- gar. La presencia de un gran cjército persa forzé Suna apresurada retirada griega, que acabé en una cadtica desbandada en la au Ki ont neing REBELION DE LOS JONIOS. Fue uno de los detonantes de la guena. El pueblo de la Isla de Naxos expuls6 a la oligarquia dominante, que, refugiada en la cercana Mlileto {hoy en Anatolia, Turguia: arriba, ruinas dea ciudad), pico ayuda al trano ‘Aistagoras para tecuperar el poder perdido fn a revuelia, muy Histon s7 EL CHOQUE DECISIVO. En Maratén se resolv el final de la Primera. Guerra Médica, fen una fecha indeterminada del verano de 490.a.0. En este grabado coloreado, se entrentan las ‘ropas del giego Mileiades et Joven y de los persas Dats y Artafernes. our ston > Los intentos por extender la rebelién a otros territorios sometidos no tuvieron éxito, ante la répida reaccién de los persas. La muerte de Aristégoras supuso tun duro golpe para un mo- Vimiento que se mostraba inmune al desaliento, ero que carecia del liderazgo politico y militar necesario para aleanzar sus objetivos. Tras varios aftos de conilicto enquistado, la Pri- mera Guerra Médica co- menz6 en 492 .C. Arta- fernes habia optado por la conciliacidn al adoptar medidas como la reduc- [JL CO cidnde los tributos ola te- ayy tirada de las tropas persas — SG Uf acantonadas en la region, con la excepcion del ger cito de Mardonio, yerno de Dario que habia sido El todopoderoso Dario, un gran ejército para aplastar a los griegos enviado para hacerse cargo de la situacién mili- tar. Mardonio se aprestré a destitui alos tianos que atin se mantenian en el poder y permit la instauracién de gobiernos democriticos regidos bajo el principio de isonomia (igualdad de todos ante laley). Estas decisiones le acarrearon las sim patiasy el apoyo de los griegos, que desconocian Ja verdadera intencién que se ocultaba tras st nombramiento: sentar las bases para consolidar lavance persa hacia el Egeo. Para cumplir su misién oculta, Mardonio penetré en Tracia y conquisté la ciudad de Tasos, apode- randose de su flota de triremes. Desde alli, avan- 26 siguiendo la costa norte del Egeo en direccién a Macedonia. Gracias a su hébil combinacién de ‘maniobras politicas y militares, los persas habian Jogrado adentrarse en la Grecia continental sin encontrar obstaculos. Sin embargo, cuando nada parecfa interponerse en st camino, una tempes- {ad hizo naufragar ala mayor parte de los barcos dea flta de Mardonio. Debido ala fuerza de Tos elementos, los persas fracasaron en su primer in- tento por apoderarse de Grecia, pero no estaban dispuestos a arrojar tan pronto la toalla. Asi, al afio siguiente -491 a.C.-, el rey Dario envié embajadores a los Estados mas poderosos de Grecia con un rega- lo simbélico de tierra y agua que debia ser co- rrespondido de igual for- ‘ma como sefial de some- reunid timiento. Todos se doblegaron menos Atenas y Esparta, que ejecutaron a los enviados persas. FORMIDABLE EJERCITO INVASOR El todopaderoso rey Dario, poco acostumbrado a uelo desafiasen, reunié un gran ejrcito con el que pensaba aplastar el orgullo griego Las fuentes his toricas de la época hablan de un contingente com- puesto por més de 600.000 hombres, en su mayoria tropas iranies procedentes del corazén del Imperio petsa, Estimaciones més realistas sitian esa cifra €n 25.000 soldados embarcadosen una flota de 600 TIRANOS Y SATRAPAS E: los tertorlos ocupados fen Asia Menor, los reyes persas decidieron situar ‘a destacados miembros de la aristocracia local como gober- adores. De esa forma, se ga rantizaban la lealtad de estas nuevas regiones anexionadas a ‘su extenso Imperio. Estos man- dalarios eran conocidos como “tiranos”, palabra del idioma lidio -y por tanto de origen in- doeuropeo- que era usada por los griegos para definira aque- los gobernantes que, sin gozar ddl apoyo popular, ejerefan un poder absolute y solitaro sin el hereditaria. ‘aproximadamen' derecho que podia otorgar la pertenenca a una monarquia Los tiranos rendian cuentas y eran responsables de sus ac- tos de gobiemo ante un funcio- aro persa de alto rango que residia en la ciudad de Sardes, ‘antigua capital del reino de Li dia (que estaba situado en lo ‘que hoy en dia es el teritorio ‘asiatico de Turquia). Este dr ‘gente recibia el nombre de 'sa- ‘rapa’, una palabra del persa ‘antiguo que podria traducirse tector del teritorio. barcos. Esta expedicidn militar estaba al mando de dos jefes: Dati, un curtido comandante veterano de la rebelién jonia, y Artafernes, hijo del sitrapa de Lidia llamado como al. Su objetivo era establecer ‘una cabeza de puente en Atenas desde laque lanzar ‘una ofensiva a mayor escala y con fuerzas superio- res contra el resto del territoriogriego. El ejército de invasién avanz6 por el archipiélago de las Cicladas; en la isla de Eubea, encontraron laprimera resistencia en la ciudad de Eretria. Los atenienses, que habfan establecido una colonia en Jacereana Caleis, movilizaron a 4,000 de sus ciuda- danos para acudir en ayuda de Eretria, pero > come pro- LA FLOTA DE ) MARDONIO. Elestratega y ‘noble persa se ‘poder en ‘Tasos de los trirremes gFiegos (zda., ‘mrosaico) y siguié por et Egeo hacia Macedonia, pero tuna tempestad hizo nautragar a a mayor parte de los barcos de su flota HERODOTO, UN CRONISTA PARA LA POSTERIDAD a teecnaciiny lined [sriectrns lcs oa Pree ov arate del und Ui oe eben on gen mete sinmnca de cra arent apo sarertoy ethan Eourmgecee Slicumccaimedgiesnct Siero como pcre dn io: ee tye! pert doce taco porenorizde de unos hechos ae psaso Tessas ai rees Imad del igoV a on Pa eee da or ronura con ol roma eee ees eter Ceri lo ecoeron one ae oie armonos etusran ea janet aconlocnierioe de Run anequ, pare docunen- tic sore qo eatoerte fete rere Obra nab con un gan nue fo vstesigoey potagonsae Grecos to bs tehow De eae ae paneer aie vate y de ss anes. fe eee fermacion porta ors trortos greeny pases tra sosgecapor moms evident, por alae incase Ge Herod Droge sn re a vote te wetnonce fables ue perm! fee bianco de ante Médicas, que sirvié a las go- neraciones posteriores de his toriadores para conocer unos acontecimientos que e! paso de los siglos amenazaba con ente- mrar bajo sucesivos estratos de ‘olvido, Aunque podemos encon: trar antecedentes del deseo de ‘consignar para la posteridad los. ‘grandes logtos de los gober nantes en todas las grandes ci: vilizaciones del Mundo Antiguo, la importancia de la Historia de Herédoto radica en su intento do ofrecer una version objet: vva del pasado, que fuera mas alld de la simple recoleccién de narraciones interesadas en ‘ensalzar la imagen de un per ‘sonaje en concreto, En su obra, el historiador y geégrafo nacido en Halicarnaso se pregunté por las causas de los hechos, con e! propésito de proporcionar co- nocimiento a sus lectores. De esta forma, dio inicio a una tr: dicjon cultural y clenti- fica que ha perdura- do hasta nuestros dias. Estatua (siglo XIX) de Herodoto de Halicamaso, ubicada frente al Parlamento austriaco en Viena. so wr ston ‘cuando Hlegaron se encontraron a sus lideres discutiendo sobre si debian presentar o no resisten- cia. Ante esas dudas, los atenicnses decidieron vol- ver Sobre sus pasos y la ciudad se enfrents en soli- tario a su destino. Cuando el impresionante ¢jército de Datisy Artafernes se desplegé ante sus murallas, era demasiado tarde para negocia Los persas atacaron con decisin en sucesivos asl tos, que se saldaron con numerosas bajas porambas partes. Se habia cumplido una semana de cruentos combates frente alos muros de la ciudad cuando tuna facciSn de sus habitantes,partidaria dela rendi- cin, abrié las puertas de as murallas para franquear dl paso a los invasores. En contra de la clemencia que los traidores habfan esperado, los persasdestru- yeron Eretria hasta los cimientos y sometieron a la esclavitud ala mayoria desu poblacin La victoria supuso una inyeccién de moral para los ppersas, que prosiguicron su avance con la intencign de desembarcar cerca de Atenas. Hipias, antiguo ti- tano dela ciudad forzado al exilio, los acompaé como guia y consejero, Fue él quien recomend al cjército persa desembarcar en la bahia de Maratén, ‘un lugar caracterizado por una amplia lanura don- de podria desplegar todo su poder. Los mandos militares griegos tenian claro que de- bian atacar al enemigo en cuanto pusiera pie en tie- 1a firme, para impedir el ataque contra Atenas. Ha- bian conseguido reunir una fuerza compuesta por 9.000 hophias, nombre que recibian los ciudadanos- soldados de las polis griegas, apoyados por varios Disa) centenares de hombres de Platca, una ciudad aliada Alllegaralallanura de Maraton, el eército griego se situé en una posicién clevada a lo largo del trazado de la calzada que conducia hasta Atenas, al espera de recibir refuerzos procedentes de Esparta, Antes de partir hacia l campo de batalla, os atenienses habian enviado a Filipides, su mejor corredor, con tuna peticién de ayuda para los espartanos. Filipides recorrié més de 220 kilometros en menos de dos dias para entregar el mensaje. Los espartanos acep- taron enviar un pequefio contingente que demord su partida hasta que legara la luna lena. VICTORIA GRIEGA CONTRA PRONOSTICO Ito mando griego, formado por diez generales, decidié someter a votacidn el siguiente paso, Lami tad sedecant6 por atacar mientras que el resto con sideré que lo mis sensato era esperar. Fl empate lo rompis el voto de calidad del polemarca Calimaco. Este magistrado se mostré partidario de un asalto inmediato, pero antes de que los hoplitas pudieran estarlistoslos persas avanzaron hasta situarse frente a las posiciones que ocupaban los atenienses. Con esta maniobra pretendian atraerlos hacia la lanura para entablar un combate en campo abierto, en el ue esperaban imponer su superioridad numérica. Las primeras lineas de los dos ejéritos estaban sepa zadas por una distancia inferior a un par de kiléme- tros.¥ asi,en una fecha del verano de 490 a.C. sobre la que los historiadores de nuestros dias todavia no se han puesto de acuerdo, ambos bandos se prepa raron para tna batalla que parecia inminente. Los atenienses decidieron atacar a primera hora de la ‘mafiana, cuando les persas todavia no habian tenido ticmpo de despertarse dl todo. Los hoplitas avanza- ronal paso en perfectasformaciones cerradas, pero cuando se pusieron a tio de las flechas yjabalinas dl enemigo cargaron ala carrera, onvirtiéndose en MiTICA CARRERA. Ladel ateniense Fiipides (abajo, estatua) para pedir ayuda a sparta en ia una temible fuerza de choque. Batalla de Las fils pers consiguieron rechazarelempuje del Maraton.En su centro griego, peroenosflancoslosatenienses des- MONO" 6 trozaron su precaria cohesion y dispersaron a sus Nsttuyoel unidades. En un ripido movimiento de tenaza, _Pruobe lipica. los griegos cayeron sobre el grucso del ején to enemigo sembrando el panico. Larépida actuacién delos experimentados oficiales persas consiguié mantener la disciplina entre sus hombres y salvarlos de la total aniquilacin. Tras organizar una deses- perada retirada, embarcaron alos super vivientes en los barcos atracados frente ala costa. Sobre el campo de batalla de Maratén queda- 4 ron los cuerpos sin vida de ‘iis de 6.000 de sus solda- dos. Los griegos tan solo perdicron 192 hoplita. Los refuerz0s espartanos Hegaron al dia siguiente y solo tuvieron tiempo de comprobar la magni tud de la derrota persa y elogiar a los atenienses por su victoria, Enun in tento de contrarrestar su fracaso, Datis puso rumbo a Atenas con Ia esperanza de capturarla por mar, Los vi- gins divisaron en el horizonte ala flota enemiga y tuvieron tiempo de avisar a los victorio- sos hoplitas de Maratén, que en luna extenuante marcha @ paso ligero lograron llegar a tiempo de unirse a la guarnicién Cuando Datis comprobé con asombro que la ciudad estaba bien protegi mis remedio que desistir y regresar a ‘Asia Menor para asumir ante Dario las cconsecuencias de su fracas. La democracia ateniense ~ciudadanos uunidos en defensa de la libertad y el bien comiin- habia salido victoriosa, pero los griegos sabian que la guerra no habia terminado y que los humilla dos persas volverian a intentarlo, No se equivocaron. MEDICA Modelos de Soca ec . ala historia como ejemplos de resistencia frente a a bi co invasion ehemiga. Junto Pye rice m cn) Perel) Tc) Neh crete W-le-ler-tt Neel E-Ut-)-v2-M oli) een , _ cierto ae ee % bili 08 CSU ow eed eer seay ty a totter ‘sactificio. Aqui, interpretado Ps o - eT pare 3 a Ree eat Cnr Vs Pe ‘VENGANZA PERSA. a.C.}; el primero, cast gar @ Atenas por su apo- yo alas ciudades de Asia Menor que en la revuelta jénica de 499-493 aC. se E habian alzado contra su padre, pero también ven gar la vieja afrenta de la ejecucién de los embaja~ iban desde Gibraltar hasta el Mar Negro dores persas (491 a.C.), alos queen lugar de tr: tar con el debido respeto, tanto en Atenas como en Esparta habian arrojadoa un po7o. A esto se sumaba la derrota de Maraton. La preparacién de la campaia le Hev6 a Jerjes cuatro afios y,adems del reclutamiento del enor- ‘me contingente de soldados por todo el Imperio, encargado a los satrapas habia desde rudos campesinos del Punjab a nubios cubiertos con pieles de leén y leopardo-, incluyé dos notables obras de ingenieria: la excavacién de un canal en elistmo del monte Athos para que pasaran sus naves ~Dario habia perdido en la zona muchos barcos y hombres, estrellados contra las rocas- y Ja construccién de un puente de pontones sobre el Helesponto (en Ia actualidad, estrecho de los Dar- danelos) para que cruzaran las tropas terrestres. EL DIVIDIDO MUNDO GRIEGO Las noticias de tales preparativos provocaron alar- ‘ma entre los griegos, que celebraron tn par de en- cuentros ~otofio de 482 a.C. y primavera de 480 .C.- para decidir qué hacer. Hay que aclarar que, por entonces, Grecia no existia como tal. El mun- do griego ~1a Hélade- se componia de mis de un nillar de comunidades ~polis~ que se extendian desde las Coltumnas de Hercules (Gibraltar) hasta elextremo oriental del Mar 7 Negro, en la actual Geor- gia. Su union era inexis- tente; compartian lengua y religion, pero muchas se hallaban en guerra entre st Y otras se encontraban per- fectamente integradas en el Imperio aqueménida y combatian en sus flas. De hecho, las Guerras Médicas, s que n especial la segunda, fueron un paso funda- ‘mental en la creacién de una identidad griega. Las abrumadoras dimensiones del ejército de Jerjes aconsejaban no oponerse al avance persa, cuya victoria se daba por descontada, pese al an- tecedente de Maratén. Eso es lo que decidieron polis tan importantes como Macedonia, Tesalia ¥; mis tarde, Tebas, mientras Argos se declaraba sospechosamente neutral. De todo ese millar de comtinidades, solo unas treinta decidieron resis tir. Elliderazgo recayé sin discusién sobre Espar- ta, la mayor potencia terrestre, seguida de Atenas, Ja potencia maritima. Jerjes habia planteado una ofensiva anfibia, que la coalicién griega intents frenar con un bloqueo dual: por tierra en el desf- ladero de las Termépilas y por mar en cl estrecho de Artemisio. Ambos encuentros tuvieron lugar a aver, en agosto o septiembre de 480 a.C. EL SACRIFICIO DE LEONIDAS Y LOS 300 Pocas batallas han sido tan celebradas a lo largo de la historia como ejemplos de valor y entrega como la de las Termépilas, en la que Le6nidas ~ tuno delos dos reyes de Esparta~ y sus 300 guerre- 10s (ademas de muchos otros de distintas regio- nes) perecieron intentando detener el avance per- sa. Las Termépilas fue una derrota transformada de inmediato en victoria moral, pues el sacrificio no se habia hecho en nombre de un rey, sino de las ibertades griegasy el bien comin La coalicién helena decidié que el lugar indica- do para cerrar el paso de Jerjes hacia el sur de Ia peninsula Baleénica (Boecia, Atica y el Pelo poneso) era el desfiladero de las Termapilas, TEMISTOCLES, EL VALOR DE LA ASTUCIA alos oe esta nistoria es el dal general ateriense Temistoces, que encabezs ol bande de quienes ‘querian oponerse alavaston per ‘88 SILeonidasha sido dentitcado ‘or su valor con el modelo heroico e Aquiles, la figura de Temistocies ‘rae a la mente la astucia de Utes, Fue gracias a un ard suyo que los persas entrron on ios estrechos de Salaminayy, antes de eso, habia ‘Sombado los lugares anos que Pericles se encargé de rehabiitar fetos debian aprovsio: su nombre y, desde enton: arse do agua do (008, fue consider- ‘mensajes en do un heroe, Joe que animaba alos fone a de sertar de la lta de Jerjes. “Tambien fue 6 responsable de po- oro naval de chad. Cuando (on 403 a.C. tue descubierta una mn portante mina de plata, convencio a Jos atenieses de que los bonetcios ‘30 cedicaran a constr una tota ‘e 200 trremes.Tervstoctes tue ‘envado al destero por intigas po- IMteas y acabo al servicio dol rey persa Artajeres |, hijo de Jeries uy Hsror 4 LABATALLA DE LAS TERMOPILAS sax é MH G50 MPH para Gembvacengloges gem rces perms one Paraso OBRADE UN ‘TRAIDOR. series pudo Lesnidas, ‘euando un criego llamado Efialtes guid a las tropa. petsas por un ‘camino de rmontafia: la senda Anopea, Mente Paraso > en la frontera con Tesalia. Dada su estrechez unos 30 metros de ancho entonces; mucho mais amplio en la actualidad, debido a cambios geol. gicos-, se podria anular la enorme superioridad numérica de los persas con un reducido mimero de hoplitas (ciudadanos-soldados de las pals). Pero la alianza tenia un problema a finales del ve- rano de 480 a.C., Esparta se encontraba inmersa en lacelebracién dela festividad religiosa de las Car- nneas, durante la cual se prohibia hacer la guerra. fae a uae se jesus cn deca sata nis ‘oeiaa ono depegane porhargncclter. OR Iroc nee a 2) COUTRAATAQUE areata greg es, on rea, tana emboszaa se sen conta Prlponeso Sis pepe canoes muchas byes 4 poe Las mates nas 10900 onbies as topes dee pera) ‘marin or agen Anope a atarecet Foca manga de ia suite sper al oceses (ue guaran el sence 5 ARENT Large, go ten se ‘saa alone persy tne my cueta oenora Gon sis bus nis. los persas, aes ian Tecate peal de ‘iechas y proyecties, Por ese motivo solo se permiti,y de forma excep- cional, la participacién de 300 espartanos ~esa fue también la causa de que no llegaran a tiempo para auxiliar a losatenienses en Maratén~. Leénidas sa- bia que era una misién suicida -se lo habia dicho 1 Oréculo de Delfos- y escogis a 300 guerreros de ite que tenian ya un hijo varén, lo que dejabaase- guradala descendencia. Combatieron ademas gue- rreros de otras polis -sobre todo, tespios, focenses y locrios opuntios~:en total, unos 7.000 hombres. Jerjes llegé al desfiladero y estuvo varios dias espe rando a que los gri Ia vista de un ejército tan colosal, decidieran apartar se. Luego envié a un espia que volvié contando que los hombres se dedicaban a haacer ejercicios gimnisticos =desnudos- y a peinarse unas cabelleras extraordi nariamente largas. Fue su consejero Demarato, rey Atené espartano exiliado, quien hubo de explicarle que es taban preparindose para combatir hasta la muerte El quinto dia primero de la batalla, Jerjes no aguant6 mis y lanzé6 un decidido ataque con mil medas que suftieron una brutal escabechina y causaron muy pocas bajas entre los griegos. La capacidad bélica de estos tiltimos era muy supe- rior debido tanto al armamento -lanzas més lar gas y escudos més fuertes- como a tacticas como Ia famosa falange gricga o las huidas fingidas, que los espartanos ejecutaban como nadie. Al dia siguiente, Jerjes decidié recurrir a sus mejores hombres, el cuerpo delos 10.000 inmortales, que volvieron a estrellarse contra el muro griego. Fue entonces cuando el soberano persa tuvo un golpe de suerte: un griego de Tesalia Hamado Efialtes le hablé de un camino montafioso que rodeaba las Termépilas -la senda Anopea- y se oftecié a guiarles. LeGnidas sabia de la existen cia de ese paso y habia dejado alli una guardia de 1,000 focenses, pero cuando los persas lleg los hallaron completamente desprevenidos y no tuvieron el menor problema para pasar La maniobra dejé rodeados alos griegos, muchos de los cuales iniciaron una retirada d no se sabe si con el permiso de Lednt pero otras decidieron morir luchande: no solo Jerjes orden incendiar S; los refugiados lo vieron cuando hufan MEJORES los 300 espartanos famo- ARMAS. sos, sino también 700 tes- La capacidad pios y 400 tebanos fueron _bélica de los ‘gFiegos era muy superior, debido sobre todo a la ‘mayor longitud de las lanzas y altamaho y a resistencia del ‘escudo. También masacrados por las flechas 4 _persas (un arma que los C _espartanos despreciaban porque permitia matar a distancia y sin riesgo). En una muestra de lo mucho que le habia irritado la d gracias a la insolencia griega de opo- famosa falange nérsele, Jerjes, que en la batalla habia perdido a griegay a las huidas fingidas de los espartanos, 20.000 hombres y dos hermanastros, ordené la decapitacién del cadaver de Le6nidas. ARDE ATENAS La noticia de la caida de las Termépilas legs a Artemisio cuando la batalla naval se encontraba cen pleno apogeo. La flota griega habia sufrido un considerable nimero de bajas, pero otro tanto les ocutriaa los persas ~que adems habian perdido muchos barcos en un par de vendavales-, por lo que el enfrentamiento acababa en tablas. Dado que ya no era necesario proteger el flanco de las Termépilas, los griegos decidieron retirarse O ALLI eee at Pearce ed i mar ererertont arrears ern Geet penne etter uy HisTorA 7 sour nistoR a la isla de Salamina. Los persas iniciaron el camino hacia el sur y arrasaron Tespias y Platea, algo que determiné una decisidn extraordinaria: Ia evactiacién de Atenas, citidad que Jerjes tom6 y ordend incendiay, incluyendo los lugares sagrados dela Acropolis, un triste especticulo que los refu- giadosatenienses contemplaron desde la distancia Gran parte de Grecia estaba ya en manos persas, pero para completar la conquista quedaba el Pelo: poneso, Con el fin de cerrarles el paso, las fuerzas de la coalicién se hicieron entonces fuertes en el istmo de Corinto, La experiencia de las Termopi- las le habla ensefiado a Jerjes la dificultad de ata- car una posicin gricga bien defendida, por lo que parecié mis aconsejable superar alos griegos por mar. EI resultado fue la Batalla de Salamina, un enfrentamiento crucial en esta guerra y uno de los combates navales mas importantes de la historia, EL ERROR ESTRATEGICO DE JERJES Siempre ha desconcertado a los historiadoresel he- cho de que Jerjes metieraa suflota en los estrechos de Salamina, dos angostos canales dentro del golfo Sarénico donde susnaves, mucho mas numerosas, debian combatir en wn espacio reducido; algo que, como se habia comprobado en Artemisio, favo- recia alos griegos. La respuesta mis plausible es que cayé en la trampa tendida por el brillante ge- neal Temistocles [ver recuadro 1], que, mediante ta desinformaciin proporcionada por un supuesto traidor, papel interpretado por su sirviente Sicino, le hizo creer quela flota griega huiria, erjes viola 1e.como un chogue entre la libertad y latania, Seguin esta visi, la joven ddemocraciaateniense ylaslbertades ‘delas pols griegas se enfrentaron altotalitarismo del primer gran impe- fio de la historia en un combate en 1 que unos luchaban por sus pring piosy otros por obediencia cega a lun morarea absolto.§: la cura de la demooracia occidental los funda mertos de nuesras saciedades se ‘encuentran en|a Antigua Grecia, se argumenta,rada seria gual de haber ‘vendo el imperio aqueménida. Por 0, Siar Mil decia que la Batalla de Maratén era mis importante para ORIENTE Y OCCIDENTE: UN RELATO POLEMICO ‘26 Guerras Médcas han sido _Inglaterraque lade Hastings, yTe- ‘censideradas un hitouriversal _rstocles ha sido comparado reitera- .einterpretadas tradicionalmen- _damente con Churchill (zda). Pero este andiisis tiene también sus detractores.En 1978, el crt- c0,y teérico palestino Edward Said ppublicd Orientaismo, una obra de enorme repercusién en la que de- runciaba ls ‘persistentes y sutles Ptejuicios eurovéntricos contra los pueblos drabes-isiimicos y sucul tua’; en su opinién, una interpreta cin interesada y carente de rigor estinada a favorecer los intereses coloniales¢ imperialistas de Occ dnte. Elinicio de esa cortinte lo stuaba justamente Said en ol rlato que hace Esquilo de a Batali de Salamina en Los persas. oportunidad de acabar con la armada enemiga y decidir una guerra que le estaba costando mas de lo previsto. No se sabe con exactitud lo que ocurrié en Salamina, pero la flota persa queds seriamente dafada (perdid entre 200 y 300 naves, de un total de 600). El dramaturgo Esquilo, que lich all, re- cre6 luego la batalla en su obra Los persasy dio tes timonio de como estos se ahogaban por no saber nadar,unadestreza que era parte esencial de la forma- cidn de cualquier griego. ‘Tambien se sabe por He- rédoto que en el bando de Jerjes combtid, al mando de sus cinco barcos, una mujer griega, Artemisia I, reina de Halicarnaso, quien Ie habia advertido contra cl peligro de entrar en los estrechos, consejo que este desoys. Al final, Jerjes contemplé la masacredesde el trono que, como en las Termepilas, se habia hecho instalar en un alto- zano, esta vez cl monte Aigaleos. ‘Tras el desastre de Salamina, Jers volvié apresura- damente a Persia, porque temia quedarse atrapado en la Hdlade silos griegos destrufan los puentes del Helesponto. Para terminarla trea, puso al general Mardonio al mando de un numeroso ejcito. En el verano de 479 aC, la alianza griega reunid ‘una impresionante fuerza de entre 40.000 y 50.000 soldados ~aun asi, la mitad que sus contrincantes- conla que cruz elistmo de Corinto salié a buscar al enemigo fucra del Peloponeso. Mardonio se retins entoncesa Beocia, donde acampé cerca dela ciudad de Platea. Las tropasgriegas,al mando de Pausanias, se asentaron en las colinas de losalrededores. Sig tun compas de espera de once dias en el que nadie uiso un enfrentamiento directo; los griegos, en par- ticular, porque rehuian el combate en campo abierto con lacaballeria persa y esperaban una mejor opor- UUU Los griegos salieron a buscar batalla fuera del Peloponeso con una ‘nna tunidad, Esta aparecié de forma inesperada: las tropas de Pausanias empezaron @ quedarse sin suministros sobre todo, sin agua, por- aque los arqueros persas les impedian acercarse a las fuentes naturales de a zona, Pausanias intent entonces un traslado nocturno a otro sitio, pero al amanecer Mar- donio detects este movimiento lo interpret6 como una retirada, por lo que ordend atacar. Enel choquesubsiguient se comprobs una vez mis lasuperioridad dela infanteria griega: los pesados escudos y as largas lanzas de les hoplitas pudieron contra las lanzas cortas y los escudos de mimbre persis, Pero tuvo lugar, ademas, otro hecho decisivo: ‘Mardonio murié en mitad de la batalla, aleanzado cnt Ta cabeza por la piedra lanzada por un esparta- no llamado Aeimnesto. Ello desat el caos entre sus hombres, que empezaron a huir desorganizadamen- te yfueron masacrados, tanto durantela retirada co- ‘mo en su propio campamento -las cifras de muertos se cuentan por decenas de miles-. Pesea no ser tan celebrada como las anteriores, a Batalla de Platea -unida ala de Micala, librada el mismo dia enlacosta de Jonia— fue la que marcé Ja derrota definitiva de los persas y el fin de la guerra. A partir de entonces, la iniciativa en los posteriores enfrentamientos con el Imperio aque: ménida corresponderia a Grecia. we BAJO UNA LLUVIA DE FLECHAS. Los 200 espartanos -ademés de 700 tespios y 400 tebanos- murieron acribilados por flechas, un arma que ‘despreciaban porque permitia matar a distancia y sin riesgo (iustracion. CURIOSIDADES POR MARIA FERNANDEZ RE Alejandro Magno y su mentor Aristoteles jandro (a Ia derecha, maestro y discipulo en una ilustracién del siglo XIX) 0 «pensar como un griego y luchar como un birbaro». Esta capacidad de lucha le valié al macedonio para someter a Grecia. Por su parte, Aristételes aproveché Filipo le pagé por instruir a su hijo para proseguir con sus investigaciones y trabajos durante el resto de su vi- da, Ademés de dinero ~segtin relata Diogenes 4l filsofo reclamé al monarca que restaurase su patria, destruida atios antes por los ¢jércitos macedonios. Y asi, en el afo 340 a.C,, Estagira recuperé su forma y comen- zaron a regresar sus antiguos habitantes. En 336 a.C, sin embargo, Alejandro hizo cjecutar a un so- brino de Aristoteles, Calistenes de Olinto, a quien acusaba de traidor. Dado que las eecucio tenderse a los familiares, Aristoteles se refugié un afo en sus propiedades de Estagira; luego, en 334 a.C, se trasladé 4 Atenas para fundar el Liceo, una institucién pedagégica que durante afios compitié con la Academia platénica Se cuenta la leyenda, Aristételes enseié a Ale- la pequefia fortuna que ss macedonias solian ex- rare ecu pearance ee eae Se or) Pere ner ret sow ston Musica en el combate los hopitas adoptaban la posicion de ataque y las trompetas volvian a sonar, mientras los oficiales alentaban a sus solda: dos para que no desertaran, La falange empujaba con loses ‘cudos y reaizaba golpes de lanza. Al aproximarse al ener 190, los cticos helenos cesaban para atender alas Genes. La misica dela Artigua Grecia es todavia todo un enigma. Sin embargo, se sabe que estaba muy presente en la socie >» facciones politicas amigas en otras ciudades- Estado, hizo de las guerras civiles algo comiin ~y muy cruento- en el mundo griego, Asi, lo que en su origen era un tipo de conflictolimitado se con- virtié en una lucha sin cuartel que incluia atrocida- des a gran escala, como la devastacién de extensos terttorios y la destruccién de ciudades enteras. PENTECONTECIA: NACE UN IMPERIO Esta guerra, quecerré dramaticamente dl siglo V aC. -el dorado siglo de Pericles- es el sucesomejor ‘conocido de Grecia gracias a la Historia de la Gue- 11a del Peloponeso, de Tucidides (460-396 a.C.). El historiador afirma que Esparta atac6 a Atenas “por- ‘que temia que losatenienses se hicicran mis poderosos, al ver que la mayor parte de la Helade se encontraba bajo su contro!’ En cambio, ‘otros defienden que quien inicié la guerra fue la capital ‘del Atica con su desmesura- dda ambicin expansionista y su arrogancia (e incluso atribuyen a Pericles lainten- Desde el final de las Guerras Médicas, surgieron fricciones entre Atenas y otras polis: Argos, Corinto... cin de desviar Ia atencién de sus conciudadanos sobre su excesivo gasto en la construcciin de los propileos de la Acropolis implicindoles en un con- flicto belico con sus vecinos, para que no tuvieran ‘casién de pedirle cuentas) Sea como fuere, ls afios que transcurrieron en- treel final de las Guerras Médicas (479 a.C.) y el inicio de la del Peloponeso (431 a.C.) estuvieron marcados, en efecto, por el desarrollo de Atenas como uno de los poderes hegeménicos del mundo mediterrneo. Tras repeler los griegos unidos la in- vasidn persa, la ciudad lider de la Liga de Delos ha- ‘bia decidido mantener esta coalicién de numerosas polis del Atica, en teoria con cardcter meramente disuasorio. Pero lo cierto es que, en dicho periodo ~al cual Tucidides denomi- na Pentecontecia: etapa de cincuenta afios-, Atenas se convirtié de facto en el Imperio ateniense: para ‘mediados de siglo, los per- sas habian sido expulsados del Egeo y obligados a ce- der una vasta cantidad de territorios alos atenienses, dirigidos desde 469 a.C. porel gran politico y militar Pericles, al tiempo que los ex socios independientes de la Liga de De los tban siendo reducidos a Estados tributarios de 1a polis principal. Estos tributos fueron empleados para el mantenimiento de una potente flota y para financiar colosales proyectos de obras publicase ‘Atenas, como la reconstruccién de sts murallas los llamados Muros Largos -, ala que Esparta se oponia con vehemencia [ver recuadro 1 LA ESCALADA DEL CONFLICTO Asi, a poco de iniciarse la Pentecontecia, ya co- ‘menzaron a surgir fricciones entre Atenas y las po- lis ~Argos, Corinto... de la Liga del Peloponeso, comandada por Esparta. En 465 aC., esta rivalidad latente se volvié explicita al estallar una revuelta de ilotas (siervas) en Esparta, conocida como la rebe lidn del monte Itome, Para sofocatl losespartanos Atenas incluida, yeesta envi6 un contingente considerable solictaron la ayuda de toda Grec Sin embargo, al llegar los soldados atenienses a Lacedemonia, fueron rechazados y enviados de vuelta a casa por los espartanos, mientras que alas tropas de los restantesaliados se darse, Segin Tucidides, losespartanos actuaron de este modo por temor a que sus rivales cambiasen de bando y apoyaran a los ilotas; pero la ofensa fue tal, que Atenas rompis su alianza con Esparta Cuando finalmente los rebeldes se rindieron, los atenienses, en venganza estratégica, Naupacto, en el Golfo de Corinto. es permitié que- Mis tarde, en 460 a.C., Ate nas aproveché una dis. puta entre la ciudad de Megara y Corinto, am- bas aliadas de Espar ta, para sellar una alianza con la primera, obte niendo asf un punto de apo yo fundamental en el istmo corintio, Acto seguido, se des- encadené un contlicto gue iba a prolongarse durante quince aftos la historiografia actual lo ha rebaut Guerr del Pelopo neso [ver recuadro 2]- y en el cual Atenas luché intermitentemente contra Esparta, Corinto, Egina y otros Estados griegos. Al f- nal, temiendo tuna invasién espartana masiva del Atica, los atenienses devolvieron los territorios que habian ge nado en la Grecia conti nental y tanto Atenas como Esparta se IMPERIO EMERGENTE. Durante lo que ucidides lama Pentecontecia, ‘Atenas (ala lzquierda, vista actual de la ‘Acrépols) vive esplendor, (gracias en parte al gobernante y militar Percies {arnba, busto). Con la expulsion de os medos dol Egeo y una agresiva colonial se convinis paulatinamente fen el Imperio atoniense, NAUPACTO O LEPANTO. Esta estratégica dad del Goto de Corinto (abajo, vista desde los restos de sus murallas) jugé un pape! importante en a pugna Atenas Esparia. En 1571 seria escenario de la mica Batalla, de Lepanto, Hubo tres detonantes de la guerra: la stasis de Epidamno, la defeccién de Potidea y el Decreto contra Mégara reconocieron mutuamente el derecho a con- trolar sus respectivas alianzas. Oficialmente, esta guerra concluyé con la Paz de los Trcinta Ais, firmada en el inviemo de 445 a.C UNA PAZ DE TREINTA ANOS QUE DURO DIEZ Pero este tratado de buena voluntad se iba a de- mostrar ineficaz papel mojado mucho treinta afios que prometia durar Tres hechos leva ron ala reanudacin de las hostilidades: el enfren tamiento entre atenienses y corintios por la isa de Cerca (Ia actual Corfi), la defeccién de Potidea, colonia de Atenas, yel decreto contra Mégara. En dl fondo latia la verdadera causa, que no era otra aque la pugna entre la cada vez mas extraordinaria- mente poderosa Atenas y la relegada Esparta. En 435 a.C,, Corinto intervino en la stasis (guerra civil) entre demécratas y oligarcas de su colonia adridtica de Epidammno, a la que envio clerucos (colonos) y una guarnicién militar para apoyar a Jos primeros. Los segundos pidieron ayuda a Cor cira -también antigua colonia de Corinto y esta asedi6 por mar Epidamno con cuarenta barcos, al ntes delos. EL Pireo protegido por los ‘Muros Largos 4 ‘segn un grabado del siglo XIX. ss tiempo que por tierra la cercaban los oligarcas exi- liados y sus aliadosilirios. Los corintios doblaron Jn apuesta mandando una expedicién formada por naves y contingentes peloponesios y jonios, y los cérciros solicitaron entonces el arbitraje de la Liga del Peloponeso y del Oréculo de Delfos. Como los corintios se opusieron, se entablé al fin una batalla naval frente al promontorio de Leucimna, en Cér cira,con inesperada victoria de esta Dos aiios después de aque triunfo, en 433 a.C. Crcira solict6 su admisién en la Liga de Delos, a sabiendas de que Corinto preparaba tna gran flota para consumar su revancha. Plutarco afirma quc, en respuesta los atenienses les enviaron una limi- tada flota disuasoria -solo diez trirremes- y, poste riormentey a sugerencia de Pericles, otraescuadra de veinte, si bien con la orden expresa de no entrar en combate con los corintios mientras no atacasen cia, una vez derrotados en las Guerras Médicas, Esparta raté de lmpe dir ~sin éxto-la reconstruccién de las derruidas muralas de Atenas y ‘su ampliacion mediante fs llamados Muros Largos, un auténtico corredor de seguridad que la conectaba con el puerto de E! Pireoy la corwertia de he- ‘cho en una especie de isia en tetra fi- ‘me, inexpugnable para una fuerza ata Tz la salida de los persas de Gre- directamente la capital. Pero entretanto se habia Iniciado la Batalla de Sibota entre las flota corintia ¥ céreiray, justo antes de la victoria de los corin- tios, estos divisaron la escuadra de veintenaves ate nienses que se acercaba e,ignorando su magnitud real, se rtiraron. A raiz de aquello, Cércira se vio forzada a un pacto con Atenas que conllevé la pre- sencia ateniense en sus puertos y el consiguiente aumento de su expansién hacia el Oeste LABATALLA DE POTIDEA Los intereses atenienscs y corintios chocaron también en el norte del Egeo en torno a Potidea, ciudad de la Calcidica y miembro de la Liga de Delos que, al mismo tiempo, mantenfa buenas re laciones con Corinto. Atenas ordend con arrogan- cia a su colonia romper esos lazos con una serie cante exclusivamente terrestre, como Jaespartana: merced a estas murallas, ‘Atenas podia confiar en su poderosa flota para ponerla a salvo en caso de Conficto con otras cudades del conti- nnente griego. Por el contario, sn elias los atenienses habrian estado indefen- ‘50s ante un ataque por tierray sujetos, de ese modo, al control de Esparta. Los Muros Largos, segiin los descri- be Tucidides, sumaban un total de 148 MURALLAS PARA DEFENDER LA DEMOCRACIA estadios de longitud (25.770 metros) ¥ se hallaban divididos en varios seg: ‘mentos: el Muro de Falero el recinto de Atenas y l ciruito de El Pireo. Las disensiones en tornoa las obras de reconsiruccion de las muralias de Ate- ‘nas supusieron el primer punto impor tante de friecién entre esta y Esparta, iniciando el deteriow de sus relacio- nes que acabaria desembocando en la ‘Guerra del Peloponeso, de gestos; entre ellos, derribar la muralla que la separaba de la peninsula de Palene ~para quedar asi expuestaal escrutinio ateniense- y no aceptar & partir de ese momento la presencia de magistra- dos corintios en la ciudad. Pero Potidea contaba con dl secreto apoyo de Esparta y del rey macedo- nio Pérdicas II -Ios espartanos les habian prome- tido invadir el Atica en caso de que losatenienses les atacasen- y anuncié st retirada de Delos en 432 a, Cz eslo que se conoce como “defeccién de Potidea” Acto seguido, acogié dentro de sus mu- rallas a un cuerpo expedicionario mandado por Aristeo de Corinto (aungue “técnicamente" no se rompia la Paz de los Treinta Afos, al tratarse de ‘un contingente de voluntaris). Ante esta rebeliin, Pericles envié treinta trirremes cen mision de castigo, pero el envio se reveld pronto insuficiente. Por ello, se concentré en doblegar > TRIRREMES CONTRA. POTIDEA. Pericles envio treinta naves {abgjo, una ilustracion) para sofocar la rebelion de esta colonia, pero fue insufciente yacabaria ‘mandando ‘muchas mas ‘al mando del general Calas, Yelmo de tipo corintio (Korys) codbe pina once oes un um Peacos cane ies seconbae ann angan debe: apeméa or rea cho tt Las fuerzas espartanas Un hoplita era el soldado de infanteria esada de la antigua Grecia. Su nombre proviene de hoplon, que era el tipo de escudo que usaba. Formaba parte de los. diez regimientos de que constaba el eérci- toy luchaba formando bloques compactos llamados falanges. En la falange espartana, el Estado faciitaba la «panoplia» (coleccion de armas), a diferencia del resto de las ciudades griegas, Hoplén ‘Arena cts acuta, os cba rns con soe sina are ene! mcbazs quer, ‘Elo porina aban caralywacorn prea cone mado Conscveress ‘4+.rap sso supose daze daneopramangar st aras cereias (arzay espa ta 2s Lapteocon sara dato relate desir ra que 20025) Feb cao ono (zoo contetes uate caret pcs ‘mega hate wore A teres ‘Demet fine y cone rer oe Se sxlaan ors > aMacedonin: se apoders de Terma, siti6 Pidna y oblig asia Pérdicas afirmarla paz con Atenas. A continuacién, mandé nuevas tropas,dirigidas por el estratego Callas, para atacar a los insurrectos. La Batalla de Potidea se desarrolé en las inmedin- ciones de la ciudad; Tucidides la considera, unto con laanterior de Sibota, uno deloscatalizadores de a Guerra del Peloponeso. Las fuerzas atenienses de Calias lograron imponerse sobre las tropas corintias comandadas por Aristeo, levemente inferiores en rimero. Ala batalla seguiria un largo y extenuante asedio que organizé Formidn, al haber muerto Ca lias en el transcurso del combate; se extendié hasta dao 429a.C, yaen plena guerra, y finaliab con la toma de Potidea por parte de Atenas. Pero antes, tras concluir la batalla, los ultrajados corintios comenzaron a presionar a Esparta pa- ze ‘zoguaee pr unconpahoe dea ete dura Ne ereercescre lnrtras —Linnnese made [ semper seen Srradetens roe} oraz de ‘ce erachasa| ra que tomara medidas contra Atenas. Al mismo tiempo, Corinto ayudaba de tapadillo ala asedia- da Potidea infiltrando grupos de soldados en la ciudad para reforzar sus defensas. Todo ello era una violacién flagrante, en realidad, de la Paz de los Treinta Atos, que, entre otros aspectos, habia «stipulado que las Ligas de Delos y del Peloponeso respetarian mutuamente sus “astntos internos’, DEL DECRETO DE MEGARA ALA RUPTURA Una nueva provocacién surgi, tambien en 432.8.C., ena forma de un decreto ateniense que impo- nia estrictas sanciones comerciales a Mégara con dudosas excusas: quedaba excluida del mercado de Atenas y a sus mercaderes se les prohibia uti lizar los puertos del Imperio. Este embargo, co- Arquidamo Il, rey de Esparta, diric 5 hasta sumuerte (427 aC.) nocido como Decreto de Mégara, fute ignorado por Tucidides como detonante de la guerra, pero los historiadores modernos seftalan que apartar a Megara de la prosperidad ateniense la redujo a la postracién econémica y, por tanto, lo consideran tuna catisa mas del conflicto. Asi las cosas, los espartanos convocaron una reunién urgente de la Liga del Peloponeso. Se invit6, asimismo, a representantes de Atenas, y enseguida la reunién se convirti6 en escenario del acalorado debate entre atenienses y corintios. Estos reprocharon a los espartanos su pasividad advirtigndoles de que, si seguian inactivos, pronto se hallarian rodeados de enemigos y sin ningtin aliado. Por su parte, Atenas recordé a Esparta su historial de victorias militares contra Persia en Las Guerras Médicas y la previno de los peligros de enfrentarse a un Estado tan poderoso. Impertur- bable ante estas amenazas, la asamblea espartana ots finalmente tuna resolucién: cran losatenien- ses quienes habian roto la paz y declarado, en esencia, la guerra. La contienda estaba servida. La primera fase de esta recibe el nombre de Guerra Arquidmica (431-421 aC.) por Arquidamo II, rey LA PRIMERA GUERRA DEL PELOPONESO magna obra, que hubiera mas ‘que una guerra merece dora de tal nombre, Solo en tiempos re cientes se ha empezado a lamar asi, por su cardcter continuado, prolongado ~de 460 a 445 a.C.~y claramente antecesor de la “segun- dda” guerra, alla serie de contiendas ‘menores que enfrentaton a Espar ta, Tebas y otros aliados de su Liga con los dela Liga de Delos enca- bezada por Atenas, que en esta ‘oacasién contaron ademas con el apoyo de la peloponesia Argos. El ‘cambio de bando de Mégara, ‘com- pradat por Atenas, y a suspicacia ‘espartana ante el crecimiento del Imperio aleniense -y el de sus mu- Te no considers, en su La sibiia de! Oréculo de Qeifos segdin la representé ‘Miguel Angel en la CapillaSixtina. rallas~ estuvieron detras del arran- que de las escaramuzas, entre las que hubo algunas muy notables. Por ejemplo, la Segunda Guerra Sagrada (449-448 a.C.), que two ‘por objeto de deseo el mitico Ord culo de Detfos, santuario y lugar al que Esparia quiso independizar de la regidn ala que pertenecia, Féci- da. Pericles detendié los derechos de los focidos sobre Delfos con un ejército y consiguié arrancar el Oré- culo de las manos espartanas y de- volvérselo a sus primitivos duets. Elentrentamiento fue corto, veloz y ‘mucho menos encarnizado que la Tercera Guerra Sagrada, librada ya cen et siglo IV aC. entre Tebas y Fé- ida por idéntico motivo, de Esparta que, sin ser un entusiasta del conflicto (craamigo de Pericles), dirigié os ataques pelopo nesios contra el Atica hasta su muerte en 427 a.C ESTALLA LA GUERRA ARQUIDAMICA Esparta y sus aliados, excepto Corinto, eran domi- nips con base predominante en tierra, capaces de reunir grandes cjérctos terrestres practicamente invenciblesen campo abierto; el Imperio ateniense, porel contrario, aunque instaurado en la penin- sula del Atica, se extendia entre las islas del Egeo, Por ell, la inical estrategia espartana consisti6 en innvadir el territorio que rodeaba Atenas ysitiarla. Pero, pese a que asi la privaban del produc- > UNA PLAGA TERRIBLE, Enel cuadro La Poste de Atenas (1652) se recrea luna escena de Ja devastacion ccausada por esta epidemia nla ciudad de 490 2427 aC. muy Hsronaet a cor) Peete PERICLES Y SU , DISCURSO FUNEBRE ieee LAS HCE amado “primer cludadano ara a Alenas que con ceso el asedio. Para salvar la vida, muchos pobla- 4 Atenas por Tuciddes, e1 tanto ahinco habia contrbuido dores del Atica abandonaron sus granjas y se ins- sabogado, orador, politico, __adesarrolar (el debe).Ademés _talaron dentro de los Muros Largos, entre Atenas estratega y milter Pericles (495- de todo esto, esel autorde uno -—_y BI Pireo, desde donde vieron a los peloponesios 429...) fue sinduda el per- de los discursos mas célebres destruir sus vitiedos, olivares y trigales. Ademés, Se, Se los espartanos solo hacian incursiones durante tante, para bien y para mal, en _nocemos por estar recogido en GeuddscwAmindes luyaidal Goonaeare periodos intermitentes de tres semanas: siguiendo ro envano.es denominada con loponesa se trata del Discur. Ja tradicién hoplita,regresaban periédicamentea frecuencia “el siglo de Pericles. so hinobrou Oracén Knebre, sue casas para partciparen la cosecha y controlar Promocioné las artes, la ltera- que Pericles pronuncia ante sus, alos ilotas. Durante el sitio, Arquidamo traté de tura, la flosofia, el debate polti- conciudadanos para, en medio arrancar una negociacién a Pericles, pero este yla 0, la arquitectura y, en definii- del dosastre dela guerra yla Asamblea ateniense se negaron a parlamentar Me-lncimoccy elpogaso plage recor evo ea Paritamentc, comenraron las seconcs bélics e su polis como nadie antes democraca aieniense y a iber- scented aa uae, ‘i después de él (elhaber):a tad de la que gozan y laimpor- _-_~Propiamente dichas, en la primavera de 431 a.C., avez, su ambicién desmedi- _tancia del espelo al impero de con el ataque de Tebas contra Platea, ciudad aliada he poobamucelre cece | alex Gok timaloenbellecte> de losatenienses y hostil ala supremacfa tebana en ‘motores de la Guerra del Pelo- por el historiador, es un pasaje Ja Liga Beocia. El asalto fracas6 y 330 prisioneros oneso, que results en.un de- de fuerza insuperable. tebanos fueron masacrados En estos primeros afios, Atenas, ademis de defen- cour nistonu derse, desplegé asimismo tuna intensa actividad mil tar invadié la vecina regién ide Megiride, expulsé a los habitantes de Egina para establecer en la isla a sus clerucos y se lanz6 a por el control absoluto del Golfo de Corinto y dela ruta hacia el Mediterraneo occidental ATENAS CONTRAATACA Asien el mismo 431 aC, Pericles envio unaescua- dra de cien triremes la conquista dela costa del Peloponeso. En Metone, defendida por el brillante general espartano Brisidas,fracas6 el empefio, pero Ia flota tuvo éxito en Elide y en otros lugares, como Ja colonia corintia de Solio ola isla de Cefalonia, en laboca del golfo. Mis tarde, en la primavera de 430 .C., 4.000 hoplitas atenienses y otros combatientes aliados, a bordo de cien naves propias y cincuenta de Quios y Lesbos, arrasaron la campifia de Epi- dauro, Trecén, Halias y Hermione, en la peninsula ppeloponesia, lo que miné la moral espartana. ‘Atungite no tanto como para rendirla: ese verano, justo cuando ~como veremos a continuacién— mas dispuesta estaba Atenasa negociarlapaz por las di- ficultades que atravesaba, Fsparta envio una nutrida c ilustre embajada a Persia para tratar de conseguir apoyo financiero del gigante asiitico contra Atenas. La mantobra fue desbaratada por los atenienses gracias a una provechosa casualidad. De caminoa Persia, losembajadores pararon en la Corte del rey odrisioSitalces pa- ra persuadirio de aban- donar la Liga de Delos, Jo que conveniaa Espar- tapara el auxilioa la s- tiada Potidea ¢ incluso para sublevar a toda la Calcidica. Pero hete aqui que se hallaban de paso en la Corte de Sitalees, a su vez, dos embajadores atenien- ses, que convencieron al hijo del soberano, Sddoco ~que acababa de recibir la ciudadania ateniense-, para ueles entregara alos enviados peloponesios. De este modo, los integrantes de la expedicion fue- ron apresados, conducidos a Atenas Y ejecutads sin juicio previo. A juicio de Tucidides, la desaparicién de Pericles, muerto en la Plaga de Atenas, fue un desastre para esta Como se ha dicho, en el verano de 430 a.C, Atenas pasaba por un momento ‘muy dificil, no tanto por el prolon ado sitio pelopone- sio como por una epidemia que diczmaba a sts habi- tantes. La llamada Plaga de ‘Atenas, originada al pare- cer en Etiopla se habia in- troducido en la ciudad por l puerto de El Pireo y propagado a toda velocidad entre una densa poblacién que viviaapiiada dentro de las murallas en precarias condiciones higiénicas, La naturaleza dela enfermedad signe siendo objeto de debate entre los patdlogos: peste bubénica, gripe, viruela o -lo mis probable~ ficbretfoidea. EL FIN DE PERICLES De resultas de esta plaga, en tres afios perecerian al menos 4.300 personas. A ello habia que sumar elagotamiento del tesoro de Atenea, desangrado por la escalada bélica, yla temporal caida en des- gracia de Pericles, al que, pasada la cuforia de su emocionante Discurso fiinebre [ver recuadro 3], el pueblo acusaba ahora de todos sus males, y que seria por ello degradado y multado. No obstante, en 429 aC. Pericles recobré su puesto alfrente del ejército con los maxims honores. Pero algo mucho peor lo aguardaba: primero, a muerte de sus hijos Jantipo y Paralos a causa de la plaga.. yy luego la suya propia, por el mismo motivo, en el oto- fio de ese aito. A juicio de Tucidides, su desapa- ricidn fue un desastre para Atenas. Lo ciertoes quel vacio de poder que dejé fue ocupado en lo sucesivo por personajes contrapuestos, cuyas hi- has internas afectaron ala larga al desempeiio bélico: en lo politico, Bucrates yLisicles, yen o militar, el demagogo Cleén, prodive a la gue- rra a ultranza y sin con- cesiones, y el aristécrata Nicias, partidario del enten- dimiento con Esparta, cuya visiin acabaria prevaleciendo a Japostre. Pero atin faltaba mucho para legara la Paz de Nicias, que ademas, como se veri acontinuacién, ibaa ser todo menosdefinitiva, DOSSIER II ‘Aas ) orad Muerto Pericles, la Guerra Arquidamica siguié su curso durante casi una’ década, hasta la firma de la Paz de Nicias en 421 a.C, Pero este tratado fue roto al poco tiempo y los combates se reanuidaron en él Peloponeso, Pace ek MU ae Rote te McA ai Mole Ment cU ac cw Rac =U lnOe =a) * ue el desastre de la expedicion a Sicilia y la ulterior contienda de Decelig 5 deleUiar- ole“ aIN Mal iat MeL lays BLN og 9 lel) tellers as i jefe militar, exten ‘an con crec do lag Beocia y Etolia y comenzéa erigir bases fortifica igo. Asi, Atenas, ahora o das alrededor de Esparta. ~y furibundo antiespartano- Cleén a Los primeros frutos de esa nueva estrategia Ile- JUVENTUD. MASACRADA. iron en 429-428 a. con el éto del cpa paca de Acamamiaen la que a lots del stelenae For- Saco da logréeacerrar en el Golo de Corinto ala ineaen umerosa escuadta peloponesia co- a toda la Cnemo, con lo que Atenas afianzd [ver recuad: Groner 1 conservé Naupacto (Lepanto) y427a.C cigegs HalsanisbeodsiipidslaMages) Ieeiplos gud eee Greia-lscolonlas en sur delt peninsula falda a Pata, cuatro aos antes Esta vex,>> 990 uy HsTorIA 6s LEON, Eldemagogo ymiitar ateniense sucedi al llorado Pericles, de! que habia. sido feroz rival Coseché éitos beicos antes ‘de motir en la Batala de Antipolis (422 aC.). Amba, ‘durante el ‘debate de Mitiene, segin tun grabado. > con la ayuda de un gran ¢ército espartano, los tebanos vencieron la resistencia de la sitiada ciudad, aliada de Atenas, ya continuacién se co- braron una brutal venganza por la masacte de sus prisioneros: cinco jueces de Esparta desplazados a tal efecto a Platea complacieron a Tebas y refren- daron la jecuciéin de los 225 defensores captura- dds, trasla cual la polis fue arrasada y sus mujeres Yysus tierras fueron tomadas como botin. LA STASIS DE CORCIRA ‘Tampoco le fue del todo bien a Atenas en el si- gutiente conflicto en el que se involuicrd, la guerra SIRACUSA, aac Nicias pers ‘mucho tiempo, tras su llegada a Sictia, antes de atacar e| puerto de esta gran cudad, ‘momento que representa e! ‘grabado. El rolvaso decidié la batalla a favor ide Esparta DESTRUCCION TOTAL La cabaileria siracusana y los hopitas espartanos acabaron con el ecito ateniense, cortindole la retirada (lustracion). Los 5,000 hombres mmurieron o fueron esclavizados en quel combate. ows nisToRM el mencionado contingente ateniense. La victoria final fue para Esparta y fue absoluta, ya que ade- mis de recuperar Tegea para su érea de influencia logré romper la coalicién democratica, varios de cuyos miembros regresaron al manto protector de Ia Liga del Peloponeso con la cabeza gacha SICILIA, LA DEBACLE sta buena racha -mala para Atenas~ iba a tener su episodio mas trigico en 415 a.C. Ese aio, legs la noticia a Atenas de que uno de sus aliados mis La Batalla de Siracusa fue una masac guerra sin remedio lejanos en la Hamada Magna Grecia (Sicilia y dl sur de Italia), Segesta, habia entrado en guerra con la vecina Selinunte por disputas fronterizas. Los sclinuntios pidieron ayuda a Siracusa, que atacé Segesta por tierra y mar, y los atenienses se vieron ante la disyuntiva de intervenir: los sira- cusanos eran de etnia doria, como los espartanos, yaliados de estos. Segesta prometié sufragar los gastos del viaje y la contienda Hay que decir que a Atenas no la movian uni camente la solidaridad y el altruismo, ni mucho menos: exaltados por Alcibiades, que enseguida se erigid en gran defensor de la expedicién, los Sticos se plantearon la conquista de toda Sicilia, incluso de toda Italia. Ya solo Siracusa, la mayor ciudad siciliana, era casi del tamafio de Atenas, y doblegarla supondria disponer de una ingente cantidad de recursos. No a todos les convencia la idea, y quizé para abortarla se acus6 a Alcibia- des de sacrilegio, pero lo nico que se logré con ello fue que el valeroso guerrero, para escapar a la accién de la justicia, desertara y se pasara al bando espartano, lo cual contribuyé no poco a ta debacle, Nicias qued6 al mando de las fuerzas expedicio- narias, consistentes en més cien trirremes y 5.000 hombres -la lor y nata de la juventud ateniense— entre infanteria y tropas ligeras (la caballeria se Jimit6 a unos treinta efectivos, otro fallo determi- nante en el resultado). Tras su llegada a Sicilia a finales de verano, varias ciudades se unicron en el acto a la causa ateniense, pero Nicias pospuso el ataque contra Siracusa en lugar de efectuarlo de inmediato y, ante la aproximacién del invierno, su ejéreito hubo de retirarse a sus cuarteles, lo que supuso perder un tiempo precioso: el retraso per- miti6 a los siracusanos solicitar la ayuda directa de Esparta, que, dando por rota la paz, envié al general Gilipo a Sicilia con numerosos refuerzos. Atenas reaccioné mandando a su vez una nueva flota dirigida por Deméstenes, pero ya era tarde. ‘Tras una serie de choques menores, la batalla en el puerto de Siracusa y la posterior retirada se convirtieron en una masacre de proporciones inimaginables: la caballeria siracusana y los hopli- tas de Gilipo mataron o esclavizaron a todos los atenienses sin excepcién. Una generacién entera reci6 en aquel desastre, que matcé sin remedio posible el curso de la guerra, ‘TERCERA PARTE: GUERRA EN DECELIA Envalentonados por el triunfo en Sicilia, los lace- demonios resolvieron llevar la guerra de nuevo a territorio ateniense. Siguiendo el consejo del ‘traidor” Alcibiades, fortficaron Decelia, cerca de Atenas, yevitaron asi que los atenienses pudieran utilizar sus tierras: fue el inicio de la iltima parte dl conilicto del Peloponeso, la Guerra de Dece- lia, también llamada decelica 0 jonica (413-404 a.C)), Elaislamiento de Decelia corté el envio de stiministros a Atenas por tierra, obligando a que fueran transportados por mar con un coste ma- Yor, que siguio ahogando sus ya depauperadas re servas de emergencia. Por si fuera poco, el trabajo en las minas de plata cercanas quedé completa ‘mente interrumpido, ya que unos 20.000 esclavos fueron liberados por los hoplita: Todo ddl Imperio ateniense, con spartanos. enemigos y aliadi erc tesoro casi agotados, sus astilleros vacios y sus jovenes muertos o prisioneros en ticrras Iejanas. Sin embargo, ain le quedaban algunos cartuchos y logré sobrevivir casi una década. En ello influ yeron varios factores; quiza el mas determinante fue el regreso a su bando natal del muy brillante Alcibiades, que fue puesto al frente dela flota y coseché importantes victorias navales. Ademés, Ita oligirquica que, en 411 a.C., im puso como forma de gobiernoen Atenas el deno- minado Consejo de los Cuatrocientos, Alcibiad logré asimismo restituir la democracia -aunque no seria por demasiado tiempo dos tarde, en 409 .C. ERTEDE CIBIADES, Se cuenta que el controvertido estratega ~que ccambié varias veces de bando alo largo de la teas haber huido aria errota de Egospotamos, ‘muri acribilado por una luvia de fechas (grabado), DEBRASIDAS ALISANDRO, El primero fue el rival espartano de Ciedn, y cayo igual que él en Antipolis (arriba, fen un grabado defendiendo el puerto de Methoni) el segundo, el gran estratega de Esparta que vencié a Atenas, > Batalla de Cicico -en la que la flota espar- tana quedé parcialmente destruida— y recobré bbuena parte de su poderio y prosperidad. Seria, empeto, su canto del cisne, Lisandro, el nuevo navarco (almirante) espartano, un formidable es tratega y diplomitico, pronto revirtié la situacion a favor, otra vez, de los lacedemonios. Atenas recibia del Helesponto, vital para su mera suupervivencia tras la pérdida de Decelia, Ante la perspectiva de una hambruna fatal, la flota ate- niense no tuyo otra opcién que enfrentarse a la de sus enemigos y, haciendo gala de una astuta stra tegia, Lisandro la derroté completamente en 405 a.C. en la Batalla de Egosp6tamos. Ciento sesenta ATENAS SE RINDE Lo primero que hizo fue amenazar con un blo- queo de su flota cl suministro de cereales que y ocho navios atenienses resultaron hundidos y casi 400 marineros fueron capturados: solo doce barcos se salvaron, varios de los cuales huyeron a Chipre por temor a las represalias de la Asamblea. A continuacién vino un prolongado asedio de la TUCIDIDES, PADRE DEL RIGOR HISTORICO i Herécto, el gran cronista de las Guerras Médicas, es considerado Gprmernstnor st ieee G06 reann zquierda) seria ol primer historiador centtico” por os estrictos estin- dates que apicé en historia de la Guerra del Poloponesa en cuanto reco- pilacién de pruebas y andlisis del corflcio en términos de causa-etecto, sin Feferencia alguna alaintervencicn de los dioses, como # mismo se encar- ‘96 de resatar con indisimulado orgullo en el prologo de su obra. Pese a su ‘gran importancia, saberios muy poco de su vida-la fuente mas fable sobre ‘esta es el propio historiador, que nos refiere en el mencionado ltro suna- ‘onalidad ~ateniense- su pertenencia ala lustre familia de los Flaidas, su profesion miltary algunos otros datos, como que contraj la Plaga de Ate- has. También ge le considera al padre del “ealismo pailice™, que analiza las relaciones ent las naciones en funcién de su poder y no dela justia, Las condiciones duras: se la priv is Mi dcbilitada polis, que al fin, acuciada por el ham- bre y las enfermedades, firmé st rendiciin en 404 a.C., seguida por la mayoria de sus aliados (salvo los demécratas de Samos, que pelearon hasta el Ultimo aliento). Las condiciones de esta fueron duras: se privé a Atenas de sus Muro: flota y todas sus posesiones de ultram haber sido peores, ya que Corinto y Tebas recla- maban ni més ni menos que la destruccién de la ciudad y la esclavitud de sus habitantes; pero Es- parta rechaz6 este ensaitamiento con quienes, a pesar de todo, habian prestado un gran servicio a Grecia en los dificles tiempos de las Guerras Médicas. La clemencia tuvo su contrapartida: a partir de ese momento, Atenas pasaria a incorporarse al sistema politico de Esparta ya depender subsidia riamente de esta. Asi se le impuso en un princi pioel gobiemo oligirquico de los Treinta Tiranos, de la rendicién de Atenas fueron con Critias y Teramenes a la cabeza, quedando suspendidas las libertades democriticas. No obs- tante, al aio siguiente, en 403 a.C., un golpe del general Trasibulo derrocs a los oligarcas y resta- blecié la democracia, aunque esta nunca volveria a ser lo que fue, CONSECUENCIAS DE LA CONTIENDA Porque, més allé de otras consecuencias alas que se aludia al principio de este Dossier ~el ascenso de Esparta, el empobrecimiento general de la Hé- lade, la implantacién de las guetras civiles entre polis como forma brutal de dirimir disensio- nes.., la mis trascendental para la historia seria esa dela que habla David Deutsch: que la quiebra del suefio de Atenas interrumpid el progreso de la humanidad durante siglos...y por eso atin no s0- mosinmortales. OL LOS TREINTA TIRANOS, Fue el gobiemo impuesto por Esparta a ‘Atenas tras la derrota final de esta: Critias, sofista y tio carnal de Platon, forms parte de 6 ‘como se ve enesta llustracion| de Percy Hague Jowet. uy Histon 73 CURIOSIDADES Los espartanos también eran supersticiosos extrahaban hasta. los propios griegos. Parece ser que los habitantes de Lacedemonia eran xendfobos, y conse~ {ur la ciudadania era casi un imposible para cualquiera {que no fuera espartanc. Herédoto cuenta que solo dos lo ‘consiguieron: un adivino y su hermano. Esto indica otro de sus rasgos mas definitorios: si todos los griegos eran muy ‘upersticiosos, ellos lo eran todavia mas, hasta el punto cde que dejaron de ir ala Batalla de Maratén en apoyo de los atenienses porla fiesta de las Careias en honor de ‘Apolo. Lo mismo sucederia en las Termopilas. ‘Antes de iniciarla marcha hacia el combate, era habitual ‘que el rey espartano ofreciera sacrificios; silos presagios ‘eran benignos, se llevaba una antorcha de fuego al altar situado en las fronteras de Laconia, donde se oftecia otro sacrfcio. Si volvia a haber buen auguro, entonces el {ército podta marchar poriando el fuego. En el grabado, representacién del sacrificlo de un cordero ante el mo: narea espartane. Un adivino interpretaba las senales para cemnitir un presagio que el rey atendia. La estructura de los Inmortales la unidad del ejército persa més, comobienseitalael historiadorcli- en la que viajaban mujeres y sus cria- Ag irenion sico, teniala particularidad de quedebia dos. Partian siempre ala contienda con 10.000 soldados) se la conocié estar formada tinicamente por persas. lujosos vestidos y,en palabras de Her6- como los Inmortales después de que Representan la mistica que envuelve a doto, su avituallamiento se transporta- cLhistoriador Herédoto afirmara que cualquier cuerpo de dite militar: siem- ba de forma independiente al del resto siempre mantenian la misma composi- pre hay un grupo escogido al que se le del contingente. Dentro del Baivara. dé:Si un hombre resultabe muertoo teme porsu preparactin yvalentia, bam delos Inmortales hable ademis ain enfermo, la vacant que dejaba se an Hiazarabams (1.000 combatientes), ‘cubria al momento, asi que el totalde |. ‘cuyos miembros eran seleccionados {ste cuerpo nunca constaba de menos LA ELITE MILITAR poiclepieiapireinclnrne ni demas que de 10.000 guerreros», Por Adems de las batallas en las que ven- a, Estos hombres eran denominados tanto, la visién que se da en cl film 300 ¢ieron en Asia Menor y Egipto, ese ca- melophoroi o “portadores de manza- (donde se afirma que este apelativo lo re-_ Fcter de cuerpo permanente provocé nas", porque sus lanzas estaban rema- cibian por st invencibilidad) es errénea. Ue la fama de esta unidad creciese con _tadas en manzanas de oro, y eran los Con todo, y siempre segin Herddoto, «1 tlempe. Asimismo, les granjeé algu- doryphoroi -que en griego se traduce los Inmortales si contaban con cierta 0s beneficios y ventajas dentro del como “soldados armados con lanza preparacién extra,alser una delas pocas ™ismo cfécito:disfrutaban de algunos de su rey, No obstante, parece que su Unidadesdel efecto quenuncaerades. lujosimpensables para otros sokdados. nombre oficial era el de arstibara (ite movilizada al terminar la guerra. Ade- Siempre los acompafiaba una caravana_ralmente,«portadores de lanzas») PORMARIA FERNANDEZ REI JERJES | ERA TAN MALO COMO LO PINTAN um ee Peete eta epecte meprtaratetnens Peseta parmiaeeers rerzeniaene ri Pep ippesetee inherent are renner Pperapy tlre een rationed racepemecdery ape rial pert apna wie interretado por digo Santor), extrema, fo que demostraba que ta eerie Meal peel intraptnpe perl eer ererrcry Sehgal a, (eel phoma a aS Prieta rere ins pheipyeipenh reer mr reper metafile = ieaheerotnalnentel ot entre : ner §Representaciones pias ttar a bree spear sem peelennpil penal one cias Pein opr meuniere eerie inane shearer tmanneneter ie rea : ee ‘en especial las aR op ; RM rtigune, cobra mportanca curate le Leneereetat eh perlodos de confites baleos En época Ge guera, el signiteado de os mensajes {leroflja una escona en cada cra la Troneda runcaseotge al azar Enlanumismata dla antigua Grecia tnconramos unto en as Guerras M- EL PRINCIPE QUE PUDO REINAR Ass de luchar a su lado, Jenofonte conocié bien al principe Ciro. Le admiraba y; ras su muerte en la Batalla ‘de Cunaxa, escribi6 un retrato > 25 afios,y eran instruidos y ambiciosos. La total, esta primera etapa supuso una agotadora cursode este semblanza de Ciro que Jenofonte incluye en su marcha terrestre de 1.300km ~como ir de Madrid gran ro, que ica presenta al principe persa como un in- hasta Bruselas- antes de enfrentarse con el pode- enmarca a dividuo casi perfecto, de gran generosidad, va~_rosoy bien descansado ejército de Artajerjes, que Mesopotamia for, decisidnyy sentido de la justicia, Por su parte, les superaba muchas veces en niimero. Siro debié de estimar lo bastante a Jenofonte — Elencuentro, conocido historicamente como Ba- jumo eon a Tigi, os 40,000 legaron como para pedirle que no tomara parte en los tallade Cunaaa (3 de septiembre de 401 a.) fue a Cunaxa, el combates, pues sabemos que, cuando el ¢ército brutal. Los de Ciro esperarona pie firme a los de escenario dela —_partié, él no estaba entre los soldados sino que _Artajerjes y se alarmaron cuando vieron avanzar ran batalla, los acompafiaba como elemento civil. Es posible 1a masa bélica que se les echaba encima, apoya- «qe el propio Ciro le encargase redactar tna cré- da por carros falcados persas, cuyos ejes estaban nica de la expedicidn, a la que Jenofonte llamé_provistos de largas laminas afiladas que cortaban. Anébasis, traducible como “La marcha tierra como navajas. Los griegos, haciendo exhibicién LA PANOPLIA DEL HOPLITA GRIEGO rmedados del siglo Vil coraza ihran Aiezsessinsstonine ase pringa a aracersico de far uerpo dl hops tora penada gegafomaca” el eaco, rmatago porhophiasSu nombre deriva en penachoy gr em palabra Ropon un term- bas debronc para novanigua pots famarales-”guarecer ils pines, Cid apiaza mésconspicua Susarmas ean une de a equpora veces uno lor espada dehero de tha cola y oes cuadrangu ble Wo, muy mane- [ars oblong, pues a largo jae, cra yagi deo 600ahoe quo perutéUnalanca de doeme- tata mila os cambios en su tts, para tachar a mas timamento fueron sobre odo distal. en os prime- formalee parol fundanen- fos timpos ambien une tos pemanecieron.Elequpo _jabatna.Elpeso del equipo Const (panopa)eonstaba —speraba en anja os 90 delescids,heehove madera Klos, de manera queen lt, Siem triers | putin onsale Riciekindiees Gonamqenmes Prop ee ‘que se quardaba bajo techo por un esclavo que segula al su panoplla. ¢ Semmeguoerspoebicia hapltastedne pares, eae | aur nistona La muerte de Ciro en la Batalla de Cunaxa convirtié la victoria de los griegos en una derrota total: quedaron sin botin en tierra hostil de valor, gritaron sti vor de guerra, el peén, y echaron a correr hacia los enemigos, que retro- cedieron espantados. Cuando Ciro lo vio, lanzé st tropa personal de 600 jinetes contra el centro del ejército rival, donde le esperaba su hermano Artajerjes rodeado a su vez por los jinetes de su guardia, que eran 6.000, pero que cedieron ante el {mpetu de los de Ciro. E propio Ciro fue en busca de Artajerjes y consiguié herira su hermano atra- vesindole la coraza, pero en ese acto recibié una herida de jabalina por debajo del ojo que lo mats al instante, mientras que su hermano fue atendido por sus médicos y salvé la vida. La muerte de Ciro convirtié la victoria que hu- biieran propiciado los griegos con su valor en una derrota total, pues el cército del principe se des- hizo tras conocerse la noticia. ¥ ali quedaron los sriegos -que, segin Jenofonte, no habian perdido tun solo hombre en la batalla sin botin, sin apoyo yen tierra hostil. Comenzaron a retirarse junto a los restos del derrotado ejército de Ciro, pero los que ahora tenian el mando, buscando congraciar- se con Artajerjes, los traicionaron y asesinaron a todos los generales griegos, entre ellos Préxeno, con el pretexto de unas supuestas negociaciones. LALARGA VUELTA A CASA Aquella fue la hora de Jenofonte, quien reorga- niz6 ala tropa, escogid a nuevos generales y par- tig hacia el norte remontando el curso del Tigris. Marché agénicamente por entre asirios, cardu- os, armenios y fasianos hasta alcanzar la costa del mar Negro en Trebisonda. Esta segunda etapa, de 1,000 km, resulté la mas dificil, pues marcha- ban con el ejército de Artajerjes persiguiéndoles a retaguardia mientras se defendian de un antiguo aliado de Ciro que ahora buscaba congraciarse con su hermano atacando a los griegos. En Trebisonda se sinticron a salvo al ver el mar por el que era posible regresar asu pais, pero sus calamidades continuaron. No habia barcos para todos, asi que unos cuantos recorrieron por mar la costa sur del mar Negro mientras otros retor- naron por tierra. En esta tercera etapa tuvieron que cubrir otros mil kilémetros antes de llegar a Bizancio, donde no los quisieron acoger. Indigna- dos, forzaron la entrada y comenzaron el saqueo, pero Jenofonte los detuvo. A su mando, cruzaron el mar de Marmara y culminaron el tiltimo tre- cho de a interminable marcha en la ciudad grie- ga de Pérgamo, donde Jenofonte pasé el mando de las tropas a otro general, Tibron, quien las en- ols inmediatamente en st ejército para volver a combatir contra los persas De los 13.000 hombres que salieron de Sardes, 8.000 habian sobrevivido a aquella larga ago nia de fatiga, hambre, frio y sangre que suptso Ia aventura, Y muy pocos consiguieron sacar de ella una parte de las riquezas con las que habjan sofiado al alistarse. Decididamente, los dioses nunca estuvieron a favor deaquella empresa. Mil ALFIN, ELMAR, Tras una marcha agénica, Jenofonte y sus hombres aleanzaron la costa de! mar Negro en ‘Trebisonda Gustracién). uy Histor 83 ~ LAGUERR; -DECORINTO Este conflicto armado entre Estados griegos -antiguos aliados pero viejos enemigos- supuso el principio de ja decadencia de Esparta, la potencia dominante tras la Guerra del Peloponeso, y el ascenso de Tebas. 2: 4UAN ANTONIO GUERRERO ae S¢RITOR: 1-1 i at us = Ha in ‘CORINTO. Esta polis grioga, FOCIDA ‘ATACADA. La guerra tuvo uno de sus detonantes en el ataque de los Deocios a esta, region, una de cuyas ciudades mas importantes ra Delos (abajo, ruinas de su teatro, ras la Guerra del Peloponeso, Esparta inicio una politica de expansion mas alli de los limites de dicha rea. Asimis- mo, se negé a compartir con sus aliados, Corinto y Tebas, el botin de la victoria Los tebanos se sinticron ademés irri- tados por la permanencia espartana en Tesalia, hasta entonces bajo influencia de Tebas. En 401- 400 a.,, tras la derrota del rebelde persa Ciro el Joven en Cunaxa, las ciudades griegas del Asia Menor quedaron expuestas al ataque persa y un ército espartano, encabezado por el rey Ageli- sao II, acudié en su apoyo, pero Tebas y Corinto se negaron a participar en esta campafa. Persia, por su parte, comenzé a sobornar a los griegos para que se rebelaran contra Esparta. Los énimos se fueron caldeando hasta que lograron conven- cet alos focios para que invadieran Lécrida, alia- da de Beocia, Cuando los beocios respondicron planificando un ataque contra Ficida, esta solic téayudaa Esparta. La guerra habia estalladoy no haria més que extenderse Los espartanos decidieron llevar a cabo una inva sion de Beocia en pinza, La fuerza principal, man- dada por el rey Pausanias, se concentrariaen la Te- geitida, en la Grecia central, y avanzariaa través del territorio corintio por el oeste mientras Lisandro, 1 comandante en jefe en la Guerra del Pelopone- so, encabezaria las fuerzas foci por el este. Ambas pinzas convergerian en Haliarto, en la orlla sur del Jago Copaides. Lisandro contaba con unos dos mil focios, algunos espartanos y ottos aliados pelopo- nésicos de las zonas al sur dela antigua Tesaia. Al avanzar, leg a Orcémeno, en la costa noroeste y consiguié que sus habitantes cambiaran de bando. Luego continué descendiendo por las orilas del lago ycapturé Lebadea, avanzando hacia Haliarto, UN ASALTO PRECIPITADO Mientras, los beocios y los tebanos solicitaron ayuda a Atenas, que de inmediato la concedié enviando un contingente, bajo el mando de Tra sibulo, que llegé velozmente a Tebas y se encargé Esparta se nego a compartir con sus aliados, Tebas el botin de la Guerra del Peloponeso CNIDO, UN ENCUENTRO NAVAL DESCONOCIDO. Uurante la campafia de Agesilao en Persia, os Jaqueménidas y os espartanos habian con seguido reunir grandes flotas mediante el re- clutamiento de naves en las polis bajo su control, formando asi un contingente de algo mass de un ‘centenar de tiremes ~120 sagun la mayoria de las fuentes~, que fue puesto bajo al mando de Pr ‘sandro, a pesar de carecer de experiencia naval Los persas habian logrado poner las fotasfenicia, cilciay chiprita bajo el mando del general ate- niense Conén, quien actuaba desde Rodas, de la ‘que se apoders en 396 a. C. Dos afios después, ‘en agosto de 394 a.C., las dos fiotas se encon- traron cerca de Cnido, pero apenas existen datos {que nos permitan reconstrulr la decisiva batala ‘aval all Worada. De hecho, aunque la fecha es ‘segura al haber coineldido con un eclipse solar el dia 14, Diodoro la sitda en un lugar diferente, ccorca de Fisco, a unos 120 kilometros de Cnido, € indica que Conén disponia de ‘mas de noventa’ Itiromes trente aloe achenta y cinoo de Pisandr, a pesar de que antes habia afmado que Conén fentré en Rodas con algo mas de ochenta naves, recibiendo all otras tantas fericis y diez clicias, lo que daria ciento setenta trrremes, Jenofonte ~ {que se interesé poco por los asunios navales se limita a afirmar que la flota lacedemonia era clara- ‘mente inferlor a la fenica del satrapa persa Farna- 'bazo y la chiprota de Conén, ‘Apesar de esa inferioridad y de que toda el ala i- ‘Quierda lacedemonia huyé antes del choque y el dela defensa de a ciudad, relevando al graeso del ejército tebano. Mientras, este se puso en marcha a su ver para detener a Lisandro. Segiin Jenofonte, Lisandro llegé a Haliarto unos diasantes que Pausanias con el grucso de las fterzas espartanas, Impaciente, decidié no esperar y apo- derarse dela ciudad. Pero los tebanos ya disponian de un contingente en el interior para defenderla. EL asalto fracas6 tan pronto como el grueso del ercito tebano legs. La version del historiador beocio Plu- tarco, muy posterior, es algo diferente. Sega él, las fuerzas tebanas habian legado a la ciudad antes que Lisandro y; tras apostar el grueso de las mismas en las cercanias, dejaron un contingente en el interior. CAEN LISANDRO Y PAUSANIAS Durante el ataque, las fuerzas tebanas del exte- rior se aproximaron sin ser vistas, emboscando a Lisandro, que murié en el combate. Los derro- tados se retiraron hacia las montafias, donde se hicieron fuertes y rechazaron a sus perseguido: res. Las pérdidas de los espartanos fueron de un rillar de hombres, mientras que los tebanos solo resto de los buques aliados sigué su ejemplo du- rante el combats, los espartanos lucharon con de- rnuedo, especialmente las naves cercanas ala de P- ‘sandr, que pref una muerte honrosa antes que ‘escapar ignominiosamente, hasta que finalmente se vieron superados. Fueron muchas las navess hundi das ~el espolén era un arma temibie- y las captura- das, sufriendo la flta espartanala mayoria de las Naves de pérdidas, una derrota aplastante que supuso el fin combate de lahegemonia naval de Esparta, fenicias y ‘Trasla derrota, Condn y Farnabazolimplaron me= asirias en una {édicamente de guarniciones lacedemonias todala ilustracién del costa del Asia Menor y las isias del Ezeo oriental siglo XIX. i walt “eS sufrieron unas 300 bajas Cuando la fuerza principal espartana, conducida por Pausanias,llegé ante Haliarto, los atenienses también habian llegado desde Tebas. Aunque el rey espartano penso plantear una nueva batalla, quiso recuperar el cuerpo de Lisandro que yacia cerca delas murallas, por lo que solicité una tre- gua. En Esparta, Pausenias fue acusado de haber- se retrasado en sti encuentro con Lisandro y ni siquiera haber sido capaz de recuperar el cadiver del general, Por ello, Pausanias huy6 a Tegea, don- de moriria en el exilio. Esparta habia perdido en Haliarto, ademas de la batalla, a dos de sus > muy Histon a7 CHOQUE EN HALIARTO. En esta ciudad de Beocia (arriba, sus grabado del Siglo XIX) se prodijo la primera batalla Felevante de la Guerra de Corinto #CUNA DE Los ESPARTANOS. Lacedemonia 0 Laconia fue la region de la peninsula peloponesia euyo centro Politico erala ‘cludad de Esparta (aqui vista del Cabo Ténaro) > lideres militares mas expertos, y no le qued6 otra salida que reclamar el regreso de Agesilao IT de su campafia contra los persas, NEMEA, LA COHESION ESPARTANA Conscientes de que lo ocurrido no era l final, am- bos oponentes se prepararon para nuevos y mis se- tos enfrentamientos. finales de ese afi, Corinto y Argos entraronen la gucrra como aliadosde Atcnas y Tebas. En Corinto se cred wn Consejo para dirigit los asuntos de estaalianza , entre lasprimeras dec siones, se enviaron emisarios a otras polis menores enbusca de apoyo, recibiendo el de muchas de ellas. Entretanto, Ageslao habia recibido de mal grado la orden de volver a Grecia, pero! cruz6 el He lesponto y marché al oeste través de Tracia, Durante la primavera de 394 a.C,, tras el éxito de Haliarto, los beocios trataron de reforzar su fron- tera norte, lo que dio lugar a diversas escaramuuzas enla Grecia central. Pero, al acercarse el verano, la coalicién antiespartana accedié ala propuesta del corintio Timolao para invadir répidamente Lacede- ‘moni, impidiendo que los espartanos sumaran mis aliados. Pero para cuando los aliados, enfrascados enencllas por la jefatura 0 por la dispesicién y pro- fundidad de las falanges, se decidicron y marcha- ron hacia el sur a través dela Angélide, los lacede- ‘monios, que intuyeron o supicron los preparativos enemigos, se habian preparado y los invasores solo pudicron llegar a Nemea, desde donde avanzaron a Jo largo dela ribera izquierda del rio, mientras los lacedemonios y los suyos hicieron lo propio desde Sicién, El encuentro tuvo lugar en terreno llano en- tre los lechos de los rios Longopétamos y Nemea, que servia de frontera entre los Estados de Sicién y Corinto. Lo que siguié seria una de las batallas mis famosas de la historia de Grecia. Las fuerzas presentadas por ambos bandos eran, segtin Jenofonte, muy similares y bastante impor- tantes. Los lacedemonios juntaron 6.000 hoplitas, la columna vertebral de su ejéreito, a los que se incorporaron otros 7.500 entre las tribus aliadas, hasta sumar 13.500 quinientos hoplitas. Juntoa ellos, seiscientos jinetes lacedemonios, unos tres- cientos arqueros cretenses y cuatrocientos honde- ros de otras tribus. Frente a este imponente despliegue, los 6.000 hoplitas atenienses de Trasibulo, mas los argi- vos, beocios, corintios y eubcos, sumaban 24.000 hombres, asi como un nimero indeterminado de tropas ligeras y casi un millar de jinctes entre beocios, atenienses y demas coaligados, Diodoro de Sicilia indica un total de 23.000 hoplitas lace demonios y aliados y de 15.000 para la coalicién antiespartana, alos que se ha de sumar en ambos Jados medio millar de jinetes En el despliegue, los lacedemonios ocuparon el ala derecha, frente a los atenienses, mientras los aqueos del ala izquierda encaraban a los beacios. Segiin Jenofonte, los coaligados, para no verse ro- deados, dicron a la falange una profundidad de dieciséisfilas, salvo los beocios, que la aumenta- ron probablemente a veinticinco, mientras que los lacedemonios y sus aliados debieron formar en LOS NUEVOS GUERREROS Lscand un equilrio entre os dos tpos de tropas, los podirosos hopltas -pesados y lentos-y los potastas — que carecian de potencia decisoria tcrates aliger la Ppanopiia del hopita cambiando el pesado hopion por ot es- ‘cudo mas liana, de madera protegida con cuero, las pesa- ‘das grebas por unas botas de cuero lamadas ifrétidas las ‘comazas pesadas {ueron sustiuidas por otras hechas de tela de lino, quo serdn tipicas de este periado, Fralmente, adop- ‘6 el casco de tipo racio, mas iviano y con mejor visblidad. ‘Aunque menos protogidos, los hopitas eran ahora capaces: de desplazarse mas répidamente y se dotaron de lanzas més largas, de hasta 3,6 mde largo en vez de os 2-3 m an- terioes, para compensar su armamento frente a los hopliias tradicionales e impecir ol acercamiento, Este equipamiento no loge, sin embargo, susttur por completo al anterior. Por el contrario, los peltastas reforzaron su armadura ‘cambiando eu escudo por otro mas grande y oval, que si- ‘guid siendo fabricado en mimbre (y mas tarde recubier fo de madera). Su panoplia incluyé ahora una lanza cor ta que les permitia atacar a los hoplitas y otros infantes, ‘ademas de las radicionales jabalinas y espadas cortas. ‘Algunos, especialmente los mercenatios, pudieron adqui- rir un casco de bronce, de forma oval con carfileras. Hoplitas griegos ‘menos lineas, como solfan, dando asi un frente sin perderla cohesién esel vencedor. Lostacede- £0n Su esgude y és protongado. En cl ala izquierda, los atenien- _ monios, que no podian ver al enemigoacausa de mamentd a ses, frente alos espartanos, enseguida se envalen- la vegetacion, oyeron el cintico deguerra delos— ShaloV aC. tonaron y, tras anunciar que los sacrificios pre vios eran favorables, dieron la voz de ataque. Los beocios iniciaron Ia aproximacién escorandose hacia la derecha, como era habitual en el avance hoplita, en el que cada soldado, instintivamente, se deriva hacia el escudo de su compaiiero, En su movimiento arrastraron con ellos a los atenien- ses y demis aliados, tratando de no separarse. La intencién beocia era desbordar el flanco derecho enemigo confiando en que sus aliados aguanta- rian el empuje contrario, pues en este tipo de ba- tallas el que rompe primero el frente adversario atacantes y avanzaron, derivando también hacia la detecha y extendiéndose tanto que rebasaron a losatenienses de enfrente, a tiempo que sus extremos giraban en angulo para envolvertos. La falange ateniense, cercada, se deshizo enseguida, causindoles los lacedemonios, en perfecta forma- ci6n, numerosas bajas mientras trataban de esca- par. El ala izquierda espartana, formada por alia- dos, se dio a la desbandada, pero los espartanos acudieron y,cortando el paso a sus perseguidores, les atacaron por el lado descubierto, destruyendo unos tras otros hasta que todos empren- > En la Batalla de Nemea, la innovadora maniobra ws envolvente espartana fue la clave de su triunfo En los afios siguientes, el poder de Atenas y Tebas aumentd en sus areas tradicionales de influencia Jos montes Cefiso y Helicén, a finales de agosto de 394 a.C. Segiin Jenofonte, los contingentes ran de nuevo similares, unos 20,000 hoplitas por bando, pero el eército espartano era superior en tropas ligeras. Ageslao y sus espartanos ocuparon el ala derecha, encaradosa los argivos, mientras los orcomenios del ala izquierda quedaban frente a los beocios, ue co- ‘mo lideres de a coalicién ocuparian el ala derecha Biers > dieron la huida.a Corinto. Ocho espartanos dela falange confederada. Ambos eeitos avanza Gist fueron las pérdidas de loslacedemonios, segiin ron uno hasta el otro enabsoluto silencio hasta que, 18.500 soldados _Jenofonte, y bastantes mis entre sus aliados, unos 180metrosde distancia os tebanoslanzaron deinfarteria, mientras que Diodoro asegura que quedaron _sugrito de guerra. Luego,a unos60 metros, los mer~ Espana reunié en tierra 1.100 hombres y unos 2.800 en las fi- _cenarios de Heripidas, veteranos de Ciro, seguidos coeoO ietes 148 de sus enemigos. de los jonios, colios yhelespontios, se adclantaron, ee Nemea no fue una batalla campal al uso, con dos _siguiendo las ticticas habituales, y provocaron la re- Bo arqueros’ _masas de infantes pesados que cho- tirada desus oponentes, queni siquiera esperaron la eretensesy 400 can sin estrategia previa. Hoy se embestida delos espartanos, emprendiendo la huida hhonderos do resalta de ella lo innovador dela hacia el Helicdn. Cuando ya secreiavictorioso, Age (ibe aladee —‘Maniobra envolventeespartan,ele- silao supo que los tebanos y los beocios habian atra- cutada de forma dsciplinada y pre: cisa, aungue se reconoce que para lograrlatuvieron que sacifcar elala izquierda, confiando en ser mis ri- pidos en exploiarel desbordamiento dela filas enemigas. CORONEA: AVANCE OBLICUO / Agesilao II no llegé a tiempo para combatir en Nemea, pero en me- nos de un mes aleanz6 la fron- tera beocia coincidiendo con la Batalla de Cnido [ver recuadro 1), un desastre sin paliativos que comunicé a sus hombres co- mo una victoria, mintiéndoles para evitar deserciones, sobre todo entre los griegos de Asia, El siguiente enfrentamiento se pro- dujo en la lanura beocia de Coro- nea, al sur del lago Copais y entre vesado las fils de los orcomenios yalcanzado la re taguardia, donde se guardaban provisiones, equi- pamiento y el valioso botin cogido a los persas. Agesilao, de inmediato, hizo girara su falange lacedemonia y la dirigié contra los beocios de frente, provocando una especie de batalla dentro de la batalla. Esta maniobra, cjecutada a la perfeccién en medio del ‘combate, se conoce como Ja “contramarcha laconia’. ‘Algunos beocios huye- ron hacia el Helicén ‘mientras otros muchos morian y unos ochenta se refugiaban en el san tuario de Atenea Itonia Jenofonte afirma que su venerado Agesilao, ct- bierto de heridas, permi- tid salira los asilados. Plutarco, ¢l macedonio Polieno y el romano Frontino lo contradi- REFORMA DE IFICRATES. Este general de los peltasias atenienses venelé en Lequeo a los espartanos y fue e! artifice del aligeramiento del uniforme griego (a la derecha, una ilustracién). cen, sin embargo, ase~ gurando que los aliados espartanos abrieron somur ston deliberadamente sus flas para que los beocios las pasaran y que el ataque posterior no fue de flanco, sino desde la retaguandia. El macedonio, ademas, cuenta que Agesiloo, al caer la noche e interrumpir Ja batalla, ordend cubrir con tierra los cadaveres espartanos para que al amanecer los beocios vie- ran sobre el terreno muchos mas caidos propios y desanimados, se negaran a combatir, LA DERROTA DE LOS HOPLITAS EN LEQUEO La victoria espartana no result6 decisiva como de- ‘muestra que, en vez de continuar la invasion, Age- silao, dejando un contingente en Fécide, icenciase al ejército y regresara a Esparta por via mari impedido de hacerlo por tierra por estar ocupado atin el istmo por la Confederacion, arta no habia conseguido el contral del Golfo de ito ni arrebatar a Beociala intluencia en la Gre- cia central, de modo que se produjo una especie de punto mucrio en el que solo se dieron escaramuzas. En el antiguo puerto occidental de Corinto, Le- queo, Ificrates, jefe de los peltastas atenienses, y Calias, al mando de los hoplitas, se enfrentaron ‘unos sciscientos hoplitas que se acercaban a la ciudad sin caballefa,utilizando una téctica cono- ida como la “huida fingida’ Los hoplitas atenien- ses salieron de Corinto y se desplegaron, mientras los peltastas hostigaban a los espartanos, como era lo habitual, lanzandoles jabalinas. Eljefe espartano mand6 un destacamento contralos peltastas, pero estos retrocedicron. Cuando los ho- pitas se dieron la vuelta para regresa, los peltastas hicieron lo mismo, atacéndoles por la retaguardia y causindoles muchas bajas, Vuelta a empezar y repeticin, varias veces, dela jugada, con el mismo resultado, Sin poder recurrir al clasico encuentro frontal, los espartanos se refugiaron en una cima que dominaballa ciudad. Los atenienses, mientras, desplegaron a sus hoplitas,y los espartanos, des- moralizados por las muchas bajas, huyeron hacia Jos barcos perseguidos por los petastas atenienses. En total, los espartanos perdicron casi la mitad de sus hombres. Era la primera vez que los peltastas derrotaban a los hoplitas y la noticia desanim6 a Agesilao, mientras los atenienses recuperaban las fortalezas que los espartanos les habian arrebatado antes. Aunque el puerto de Lequeo siguid siendo es partano, estos se hubieron de limitara operar en sus cercanias durante el resto de la guerra y ya no hubo ‘mas batallas campales. A pesar de esta derrota la falange espartana seguia siendo invicta en el campo de batalla, pero los ene- migos de Esparta habian logrado mantener st alianza ¢ impedido la libertad de movimientos de sus contrarios en la Grecia central. Durante los aiios siguientes, Esparta persistié en derrotar a Co- rinto o a Argos, mientras Atenas y Tebas aprove chaban para aumentar su poder en las zonas que tradicionalmente habian dominado. MONTE HELICON. Esta montafa que flanquea Ja tlanura beocia de Coronea “lugar de a titima victoria cpariana en e! conflito- estaba consagrada a Apolo y las Musas, como ilustra este leo de Claude Lorrain (s. XVID, muy HsronAst FINAL DEL PODER ESPARTANO La Batalla de Esparta habia sido la potencia militar griega mas eficaz y logrado que sus hoplitas fuesen considerados invencibles. En 371 a.C., sin embargo, su auge se deshizo rapidamente. De pronto quedé Claro que era un gigante con pies de barro. JUAN CARLOS LOSADA ESPECIALISTAEN H" MILITARY ESCRITOR GENERAL AUDAZ. Enesta batalla, eltebano Epaminondas ~en la Jmagen, en una ilustracién de Hermann Voge!- encenté con oxo punto, una estrategia que luego seria imitada por = Alejandro Magno. 4 s2ur piston DOMINIO TEMPRANO. Desde poco después de su fundacién, Esparta conguisté a sus ‘vecinos, lo que Ia oblige a ‘controlar un amplo teritorio ‘con muy paces habitantes. En a foto, el Fuerte Veneciano de Meseria, una de las regiones bajo su dominio. tundada por los dorios hacia 900 a.C. en cl sur de la peninsula del Peloponeso, a Jos pocos afios ya dominaba las extensas regiones vecinas de Laconia y Mesenia y habia sometido a sus habitants. Ahi radica la gran diferencia de Esparta res- ecto al resto de polis griegas: con apenas 30,000 Personas y un gército de como mucho 9.000 hombres, debia controlar tn enorme espacio y 4 unos 200,000 nativos. A diferencia de las otras polis dominaba un amplio territorio, lo que tam- bién le confirié la originalidad de no necesitar tierras y colonias allendc los mares; tan solo fun- 46 una colonia, la de Tarento, en el sur de Italia, en 704a.C.,y en un momento en que ain no es- taba plenamente consolidada como potencia. De ‘esta manera se configurd con tn gran aislamie to respecto al conjunto del mundo helenistico. Su exclusivo sistema politico, con dos reyes a la cabeza del poder (diarqufa), contribuy6 ain més a su excepcionalidad Desde el principio, Esparta tuvo que guerrear para asegurarse el control del territorio y frenar los intentos de rebelién de los habitantes autéc- tonos,a los que redujo a la categoria de siervos sin derechos, Eran los llamados ilotas (“los que nada tienen’), propiedad del Estado. Este clima En Esparta solo se permitfan la guerra y la politica; el si de permanente belicosidad fue conformando un caracter, unos valores y un funcionamien- to politico basado en la fuerza. Y dada su gran desventaja demografica, los espartanos recu- rrieron a hacer de cada varén un guerrero ca- paz de vencer en las mis duras adversidades. Ello se plasmé en la agogé, el particular sistema educativo, parte del conjunto de normas legales que la legendaria figura de Licurgo elaboré co- mo reguladora de la vida espartana, PECULIARIDADES DE ESPARTA Cada ciuidadano debia ser un perfecto soldado y aborrecer distracciones tales como el arte (que era casi inexistente), el comercio, los vicios extranje- 10s, el trabajo mantial, los metales preciosos (uti- lizaban barras de hierro como moneda), los lujos y las joyas. Con el fin de mantener la igualdad entre los espartanos y no dividirlos con envidies, también estaba prohibida la propiedad privada. Asi la tierra y los ilotas eran del Estado, que los cedia equitativamente para su explotacin a cada ciudadano varén mayor de 30 ais, los homoioi (os iguales”). Las tinicas actividades permitidas eran la guerra y la politica y, por suptesto, los ¢s- partanos debian tener gran nimero de hijos, que EL BATALLON SAGRADO moi -eroninrsioevirgsnee Fepeeceaaeerneenoeeereeeten aaa eee eee tea terete, eee nee eae So ee Sie aevanenn Ganesan ee eee ees eee oe ee 22 Rie nieaeaee ren eens, ceo serian futuros guerreros. El servicio militar se ex- _merciantes. Tanto ilotas como periecos también gEVERAS tendia de los 20 a los 60 aos. Estaba igualmen- _estaban obligados a suministrar tropas en tiem- EYES, te prohibido que los ciudadanos viviesen en el po de guerra. Ellegslador campo, pues siempre habian de residir en donde _Elresultado fue una sociedad con elmejor ejército _Wcurgo fue el pudiesen oi las trompetas de llamadaen casode de Grecia, cerrada en si misma, aislada y centra- tor del guerra. Obviamente, el trabajo de a tierra recaia da ena represién de losilotas para disuadirles de §SMCOCOH00 en los ilotas y los periecos (“aquellos que viven cualquier rebelién, una sociedad que casisiempre — Scucatwo por alrededor”). Estos si eran libres, tenian algunos se neg6 a combatir fuera de su territorio, Tal fue el que los derechos y eran principalmente artesanos yco- su éxito en el contral politico y militar, que jamés __espartanos se tuvolanecesidad decontar con murallas.Sinem- _sometian a bargo, tenia una debilidad derivada de su clitis: 5 OS 60 AMOS — mo: eran pocos tos ciudadanos-soldados. En los : E tiempos de miximo apogeo no sobrepasaron los 9.000 hombres, y en las posteriores épocas de crisis ni squiera alcanzaron los 1.000, LA RELAJACION LLEGO DE ORIENTE Ello les obligaba a reclutar a mercena- ios y auxiliares ilotas pobremente ar mados (que podian multiplicar por sietea los espartanos), queen caso de buen comportamiento en el campo de batalla podian ser recompensa- dos incluso con la libertad. El cénit del poder de Espar: ta llegé con su victoria sobre Atenas en la Guerra del Pelo- poneso, iniciada a finales del siglo V aC. A partir de entonces inicié una politica imperialista que le permitié contro- larla mayor parte de polis griegas, aunque en un clima constante de guerras- insurrec- ciones contra los que se negaban a aceptar su dominio, en el que los persas también jugaron sus bazas. Pero en los éxitos militares residi6 el germen de su decadencia, El dinero persa corrompié a Esparta Sus soldados, que habian tenido que combatir lejos de sus fronteras y > 4 DIFERENCIAS. SOCIALES. En este grabado se aprecia la diversidad de farmamento etre un hoplta (ala izquierda, on casco y eescudo) y un ita (ala derecha, solo jabalina), Los espartanos se sentian tan seguros que sour ston antes de la batalla de las normas estrictas de Licurgo, saborea- ron las mieles de otras sociedades mas abiertas y lujosas. No fueron pocos los espartanos que se nnegaron avvolver a su pais tras disfrutar del antes prohibido mundo extranjero, y los que lo hicieron llevaron consigo las modas y costumbres extrafas que tanto asustaban. Por otra parte, su economia siguié basindose tinicamente en la agricultura y la ganaderia, siempre con los ilotas como esclavos, por lo que no pudo generar una base financiera sélida con la que pagar sus expediciones militares. Las bajas sufridas en los combates y algunas catis- trofes naturales acentuaron la crisis demografica ¢ hicieron nacer en su seno las diferencias sociales tan temidas, que les hacian més vulnerables tan- IN DE LA COSECHA a Re to ante el extranjero como ante sus ilotas. Esparta, para vencer en la guerra, tuvo que romper su ais- lamiento, pero ello supuso el hundimiento de su estructura social LA BATALLA DE LEUCTRA Ante el desafio de Tebas ala hegemonia de Espar- taesta decidié atacar en Leuctra,regién de Beocia al sur de la capital tebana, en 371 a.C. Los esparta ros, comandados por el rey Cleémbroto I crefan que bastaba su experiencia y el pinico que des- pertaban desde hacia siglos entre sus enemigos. Tal era su confianza que, segiin cuenta Jenofonte, antes de la batalla estuvicron bebiendo abundante vino, lo que al final les pasaria factura. Pero el ¢jét- cito espartano ya no era el de antafio, Contra lo {que muchos sostienen, sus verdaderos hoplitas, las fuerzas de élite, solo eran unos mil hombres, a pe- sar de haber ordenado la movilizacin general de todos los varones de entre 20, 60 aitos. Fl grueso de sus fuerzas eran mercenarios, aliados beocios ¢ ilotas forzados.a la guerra y, por tanto, de poco es- piritu.combativo. Se ha estimado que, en total, al- canzaban los 10.000 hombres, pero posiblemente futesen menos. Enfrente se encontraban los teba- ‘nos y sus aliados, que eran tnos 7.000 hombres. Al mando estaba el general Epaminondas, que ides tuna téctica revolucionaria. Los espartanos desplegaban sus fuerzas en los tres bloques tradicionales (derecha, centro e izquier da), en falanges de ocho filas de fondo pues, al tener pocos efectivos, no podian disponerlos en doce, como en otros tiempos. Sus mejores solda- dos (los homoioi) estaban ala derecha, por donde pensaban romper y envolver al enemigo, mientras que sus aliados se situaban en el centro y la iz quierda, donde también ubicaron a su caballeria Epaminondas acepts el des centrando sus fuerzas de choque en su flanco iz quierdo, All dispuso un cuerpo de 48filas de fon- do, cada una compuesta por 50 hoplitas, con los enlas posiciones de vanguardia, de modo que en ¢se flanco superaba en niimero a los espartanos. En contrapartida, tuvo que de- bilitar y retrasar el centro y la derecha y formar un frente oblicuo con el que contrarrestar el in- tento de envolvimiento enemigo por ese flanco. Mientras, su fuerza de élite, l Batallon Sagrado, permanecia en reserva, pero tambien a su izquier da. La idea era sencilla pero audaz, Consistia en concentrar lo mejor de su ejército en un punto concreto en el que poder descargar toda la fuerza flo y respondié con: mejores hombre con la suficiente energia. Segin palabras del ma- riseal Montgomery se basaba fuerza en el punto crucial de la batalla, en lugar de aplicarla, como en el pasado, de tal forma que resultase débil en todas partes y fuerte en ningu- la mantequilla extendida sobre n concentrar su DERROTA EN CAMPO ABIERTO La lucha la iniciaron las caballerias, pero la es- partana fue répidamente dispersada por la tebana, mejor y més numerosa. Enseguida la derecha de Esparta avanzé hacia el choque, pero apenas pu: dlieron hacer mellaen el sdlido muro que formaba Ja mas numerosa izquierda tebana. Trataron de desbordarla envolviéndola, pero el Batallén Sa gradoactué c impidié la maniobra. Mientras DECISION FATAL. Elrey Cleémbrot Ino spt6 el desatio. de Tebas ala hhegemonia de Esparay (provocd la Batalla de Leuetta, donde cenoontr la ‘muerte. En la ‘imagen, ala laquierda, Cledmbrot> orders ot esto de Leénidas I muy Heron 97 EL ENTRENAMIENTO MILITAR ESPARTANO Luando en Esparta nacia un vat6n, em presentado a los étoros (magistrados), que decidian si era robusto para vivir y si merecia. ‘ser educado; en caso contraro era abandonado. Al alcanzar los. 7 aos, al nifo se le apartaba de la familia y pasaba a ser educado Por el Estado, que hacia de él un perfecto hopita. La gimnasia (dere- ‘cha), los combates, las pruebas de resistencia las flagelaciones y la ‘abstinencia de agua y comida eran parte de actividad diaria. Smut rneamenie, se les educaba en la sobriedad en el vest en las costum- bres y en el lenguale (laconismo). Las nifas eran igualmente entrena- {das fisicamento con el fin de que pudiesen aguantar bien ls rigores de parto. Para mantener el cima de represién hacia os llotas, cada aio se les dectaraba simbdlicamente la querra. Los jovenes esparta- nos tenian que demostrar su mayotia de edad saliendo de noche, por bremente armados, y volver con la cabeza de unilota (prueba cono- ‘ida como eriptea) Entre los 20 y los 20 aos, los hombres vivian y ‘dormian con sus compaferos de tienda en grupos de 15, comian un rancho austero en la misma mesa (sisiia)y se entrenaban juntos. MUERTE tanto, ses verdad que el centro y la derecha DELAMIGO. hana ficrn setocedendy antec enpe de ener los aliados de Esparta, pero pudieron contener- sear. les lostficiente mientras la batalla se decidia en su izquierda (la derecha enemiga). Pronto los ¢s- partanos se vieron rodeados y empezaron a suftir rnumerosas bajas. A la vista de la situacién y dado lo poco motivados que estaban para la batalla, sus Batala de Leuctra, lamenta el deceso de su amigo y companero Pelopidas. sour stor aliados de las otras alas emprendieron la huida y les dejaron solos. Al inal, cerca de la mitad de sus hoplitas, unos 500, resultaron muertos, incluyendo ast rey, Cleémbroto I. Los supervivientes también se retiraron apresuradamente, Era la primera vez aque Esparta era derrotada en campo abierto. Las consectencias fueron demoledoras para los ven- «idos en todos los sentidos, Ante todo, porque En Leuctra se hundid spartana, lo que anima a otras polis a rebelarse se rompié el mito de la invencibilidad esparta- na, cosa que animé a sus rivales y enemigos a Ia rebelién. Pero los efectos practicos tambié fucron inmediatos. Esparta perdi el control de la mayor parte de la peninsula del Peloponeso, como Mesenia y Arcadia, ante las insurreccio- nes desatadas por ilotas apoyados por Tebas, lo que inevitablemente provocé escasez. La crisis moral y cultural también se extendi y el rey su- perviviente, Agesilao II, tuvo que suprimir los Castigos que tradicionalmente se imponian a los espartanos que volvian vivos de la derrota (de bian regresar con el escudo o sobre el escudo, pero jamais sin él), por no poder reemplazar las bajas. Este mismo rey no pudo impedi, en una defensa desesperada, que poco después la capital cayese en manos de Epaminondas. Falto de re- cursos para tratar de rehacerse como potencia, tuvo que alquilara su ejército como mercenarios en guerras civiles en Persia y Egipto. EFIMERA GLORIA DE TEBAS La victoria de Tebas supuso el inicio de su hege- ‘monia sobre el resto de Grecia, De hecho, se con- virtié en su centro politico y cultural, un lugar al que acudian las élites, fuese como visitantes 0 rehenes. En Tebas estuvo el joven Filipo, futuro rey de Macedonia, quien aprendié las tacticas militares tebanas. En 362 a.C., el rey espartano, apoyado por Atenas y otras ciudades, tra- t6 de sacudirse el dominio tebano en Ja Batalla de Mantinea, a la que Esparta solo pudo aportar unos 2.500 hombres. Pero una vez mis, la sorpresa con que actué Epaminondas, que volvié a emplear la tictica de Leuctra, desbaraté a los enemigos. Esparta ya nunca levantaria cabeza y se conver- tiria en una ciudad de segundo orden, aunque independiente, hasta que Roma la conquisté defi- nitivamente doscientos afios después Sin embargo, el jefe tebano murié en Ia batalla, junto con sus principales generales, Faltos de liderazgo, el po- ILUSTRE VISITANTE. Filipe I de Macedonia estivo de joven en Tebas aprendiendo tcticas rmilitares. der tebano se deshizo y, debilitada, Tebas perdis el control sobre el resto de polis. Con ello volvie- zon las guerras civiles y las crisis econdmicas y sociales. Este ambiente favorecié que la pujante Macedonia de Filipo Ilse hiciese con el control politico, en parte por deseo de los propios he- Tenos, cansados del constante clima de inesta bilidad, yen menos de diez afios consiguié el dominio efectivo de toda Grec Desde el punto de vista bélico, la novedad téctica cde Epaminondas, basada en la formacién obli- cua, absolutamente audaz eimaginati- ‘a, marcé un punto de inflexién en Ia historia militar. Fue el primero enatreverse, asumiendo riesgos evidentes, a concentrar fuerzas en un solo punto para romper Ja formacién enemiga, aunque debilitase el resto de su des- « pliegue. Su ejemplo fue luego 3 seguido por los mas destaca- dos militares. Pero, posible- mente, los mas famosos en la imitacién del método fueron Ale- jandro Magno, quien estudié de primera mane la maniobra y la aplic6 contra los persas, y poste riormente Federico II el Grande dePrusia yaen el siglo XVII. Eid Ges DECADENCIA ESPARTANA. Tras esta batalla, Esparta peralié el control de bs tertitorios que dominaba y se vio obligada a alquilar a sus hombres como rmercenarios. En la imagen, el rey ‘Agesiao ti acide en ayuda de Nectanebo | de Egpto. UN HEROE CASI DIVINO. Fue considerado un semidiés M 04, Olver Stone}, Alejandro Magno y Hijo de otro gran estratega, el famoso rey siempre creyd ue habia nacido para conquistar el mundo y, tomando al mitico Aquiles como modelo, se propuso conseguirlo BEATRIZ GONZALEZ PERIODISTA MAESTRO DE EXCEPCION. Alejandro Magno conté entre sus maestro quien le durante tre aos y, segun se dice, le pensar como lun griego y a luchar como un barbaro, Abaio, Aistoeles y Platén en ol famoso fresco de Ratael ¢ preparé para la batalla de la forma mis completa posible. Entre sus ex- cepcionales maestros se encontraba Aristételes, de quien se dice que fue el encargado de ensefarle a pensar como un griego ya luchar como un barbaro, Durante los tres aiios en que se ocupé de su educacién, tra, literatura y geografia, pero sobre todo lo instruyé en el conocimiento de la epopeya ho- mérica de la Iliada, un texto que leg6 a obse sionarlo de tal forma que me: an parte wiles, Emularlo fue siempre un objetivo para él. Y puso todo su lo formé en retérica, geome- de las hazanas de su héroe, A esfuerzo en estar a la altura, Las victorias del macedonio, que comenza ron siendo apenas un adolescente, Hevarian al mundo a admirarlo por su inteligencia, valor y lideres que legaron al poder siglos después, co: mo Julio César 0 Napoledn Bonaparte, conte sarian querer parecerse al temido y respetado Alejandro. Envidiaban de él su sangre fria, sus strategias, su intuicién para la bata porencima de todo, admiraban su de- terminacién, mis extenso y poderoso de la Antigiiedad, Per- s mayor que el desu propio reino. Cuando terminé su excep- cional campaiia, sus soldados habian recorri- do més de 25.000 kilémetros y habian tuchado desde Grecia hasta el rio Indo, una gesta que Ievé la eivilizacién europea a tierras en las que nunca antes habia estado. racias a la que desafié al imperio FIN DE TEBAS, AUGE DE MACEDONIA La primera muestra de que la guerra era un arte en el que Alejandro se movia como pe en el agua tuvo lugar en la Batalla de Quero: nea, donde luché por primera vez junto a su padre. Durante las tltimas décadas, el Batallén Sagrado de Tebas se habia alzado como la in- fanteria m victoriosa, y prueba de ello es que los tebanos desplazaron a los espartanos como los guerreros mas fieros. Pero cuando Filipo IT nbatir contra el ejército de Atena y Tebas, e sufriendo una verda~ dera masacte. Se sabe que el joven Alejandro, que entonces contaba solo 18 afios, ya obtuvo decidié co os acabar la admiracién de todos|os solda dos por su labor en esta batalla, dejaba el camino libre para poner OPORTUNO en marcha un plan, Este consis- MAGNICIDIO. donde se situé al frente de los tia mada menos queen superar a Elasesnafo de hetairoi, su famosa compania sus admirados hérocs dela mi- flip lide, de caballeria. Desde ella luché contra la unidad de élite de la infanteria tebana, desplegada en el extremo derecho de la linea de batalla aliada, y en poco tiempo el combate se decidié con claridad a tologia gricga y forjar un nuevo “Nero ala imperio con el que sts ansias de igquerda— hizo gloria einmortalidad podrian que- rey asu hijo dar finalmente saciadas. los veinte Su gran enemigo a partir de enton- *f08.Se.cree que este pudo ces, elrey persa Dario III, nisiquiera Quneaee BNG0 favor del joven Alejandro. lo tomaba en serio, Pero las sucesi- ja muerte de su Como resultado se creé la Liga de vvas batallas del gran genio militar ysu propio padre Corinto, en la que Filipo II seria ga- peligroso y temerario arrojo le harian rante de la paz. Sus planes, ahora que cambiar de opinién. contaba con la adhesién de los griegos, incluian tun objetivo comuin; una campania de venganza contra los persas. LA BATALLA DEL GRANICO El asesinato de Filipo Il, sin embargo, trastocé En la primavera del afio 334 a estos planes y la mismahistoria. Con apenas 20 primera gran batalla de Alejandro Magno, y SIN TEMORA aos, su hijo Alejandro se convertia en rey, y con ella comenzaria el mito del semidids. Los LAMUERTE. también en jefe de la Liga de Corinto, un papel persas,a las érdenes de un mercenario precisa- Alejandro carga Asia verfa la con el que no todos estuvieron de acuerdo, Fue mente griego, Memnén, lo estaban esperando a sree ies centonces cuando Tebas, Atenas, Tesalia y las orillas del rio Grinico, convencidos de queeste jancecaowine tribus tracias situadas al norte de Macedonia seria un obsticulo dificil de salvar para las fuer- en la Batalla de! aprovecharon para rebelarse. zas macedonias. El experimentado general» Grinico, su En esas primeras semanas como rey, Alejandro primera victoria empez6 a forjar ya su propio mito a base de mostrar tna inquebrantable determinacién: tras enfrentarse contra los rebeldes tracios cer~ ca del rio Danubio, reprimid en una sola se- mana los hostilesilirios y dardanelos y luego se dirigid a Tebas para silenciar la sublevacién, Una vez alli, tomé la ciudad y la arrasé por ‘completo. Solo respet6 los templos ylacasa del poeta Pindaro. La rapidez de Alejandro en reprimir la rebe- lion de Tebas Favorecié la auttomitica sumision de las demas polis griegas. Entre otras razones, porque temian las consecuencias de un desafio similar. Y es que la actuacién del ejército del macedonio habia sido extremadamente dura Cuentan que sus soldados, que recordaban c6- mo enotro tiempo los tebanos habian arrasado suis ciudades, no midieron el castigo. El resulta- do fue una auténtica matanza que se prolongs durante todo un dia, tras el que se esclavizé a los miles de habitantes capturados. La destruccién de Tebas, y el apoyo del resto de Estados griegos tras la victoria de Alejandro, En sus primeras semanas como rey, el Magno se enfrento a los rebeldes tracios en el Danubio y a los hostiles ilirios y dardanelos, y también arrasd Tebas uy Hero 103 AQUILES, ST) encarnado or Colin Farrell en et fm dlrigido ler que esp ndro lo tenia claro y dio la orden pa ra que 3.000 de sus h an al rio eran contra el centro izquierda p dido. Mienteas, él misn acia su derecha, de forma ala derecha macedonia se asenté y la caballe ser masacrada, una situacién qi 5c lanz persa empez6 a se intensified cedonia avanzé sobre el sa. A la caballeria persa no le quedé 3c. Alejandro habia lo- jandro lo reconocian por las blancas que adornaban su casco, muchas de sus lanzas. Una de ellas a el lider tuvo un momento que aprovecharon los jinetes persas pa lanzarse sobre él. Uno de ellos llega hundir hhacha sobre el casco jandro. Asi lo recor Alejandro estuvo a punto mane salvé SalVO »mpié el penacho aunque el casco aguanté austeramente el golpe, el filo del alfanje .c6 los primeros cabellos”. Alejandro habia uperado el incidente, pero enton Ja plu- persa se dispuso a a: No pudo llegar lugarteniente de Alejandro, lo atravesé lai que salv macedonio pudo asf continuar con sus p para los cuales itraba cada vez mas se- eon aN VES En la Batalla del guro de si mismo: el triunfo en el rio Grinico ‘marcé un antes y un después en esta campaia militar que duraria més de una década. ISSOS: CRECE EL MITO Corria el mes de noviembre del aiio 333 a.C., y en este tiempo Algjandro Magno no habia he- cho mas que perfeccionar sus estrategias acon. sejado por su libro de cabecera, la Iliada, de donde entresacaba consejos de tactica militar. Las batallas previas consiguieron que Dario IIL empezase a comprender la verdadera talla de stt adversario, por lo que reunié a decenas de miles de hombres -la cifra varia entre 60.000 y 100.000, segiin las fuentes- para enfrentarse al ejército de Alejandro, compuesto por unos 32.000 soldados de infanteria y otros 5.000 de caballeria. El encuentro tendria lugar en Issos y resullaria otra batalla decisiva. A pesar de la superioridad numérica de las ilas de Dario III lo cierto es que el lugar del enfren: tamiento benefici6 a los macedonios, ya que el ejército persa se encontraba en un estrecho Ila no entre las montafas y el Mediterréneo, por lo que la infanteria no pudo desplegarse. Los persas intentaron ejercer presién sobre Ia te rida falange macedonia, que ocupeel centy6, yal hacerlo abricron un hueco que Alejapdro aproveché para penetrar répidamente a lomos de Bucéfalo, el caballo indomable al que siendo solo un nifo habia consegwido tnontar. Aquel episodio habia provocadd tal asonibr9 en su pa- dre que dirla: “Hijo mio, bilscate wa reino que se iguale a tu grandezas porguie Macedonia es pequefia para ti”, Aisjandra tonié sus palabras al pie de la letra, yahorase encontraba tan cerca del carro de Dario Wiyal que rodeaba sti guardia personal, que ghmpnarca persa emprendié la huiday abandong el campo de batalla. Ese gi- rodel carey d&Ffey de reyes, dindose la vuelta cn, retirada, ¥éndria efectos muy negativos en Ai mortige su ejército, que comenzé a ver la debttidad de su rey. Por primera vez, Dario IIL ~sufidaAina derrota en combate. Poral contrario, el mito de Alejandro se en grandecis. Especialmente, después de que el ‘monarca persa le propusiera cederle todas sus. tierras hasta el rio Hali a cambio de recuperara sit familia, a la que Alejandro habia capturado. Este rechaz6 su propuesta y fund6 la primera ciudad con su nombre, Alejandreta A partir de ese momento, la mayoria de las ciu~ dades por las que avanzaba el ejército macedo- nio acabarian rindiéndose sin presentar batalla: Ia fama que le precedia fue suficiente para ni siquicra intentar detener lo que ya todos EL ARTE Y LAS BATALLAS DEL JOVEN MONARCA ‘as batallaslibradas por el excepcional rey {de los macedonios mientras persoguia eu ssuefto de un nuevo imperio impresionaron tanto a quienes escucharon o eyeron siglos despuds sus proezas, que algunas de ellas {quedaron inmortaizadas para siempre sobre lWenzas 0 mosaicos como el de Issos, una copia romana de una pintura helenistca que aciual- ‘mente forma parte de la coleecién del Museo ‘Arqueol6gico Nacional de Napoles. ‘No es la unica obra de arte que retrata una Victoria de Alejandro. La Batalla de Issos fue también recogida en ol cuadro que entre 1528 1529 pints Albrecht Altdorfer, y que acabé Convirtiéndose en su obra mas famosa. Y de ‘nuevo, esta misma batalla esla que recred an Brueghel el Viejo en uno de sus lienzos, ‘ahora expuesto en el Museo del Louvre, e! ‘mismo lugar donde se encuentra la Batalla del GGrénico pintada por Charles Le Brun en 1665, Este artista, que ya habia pintado Alejandro ‘ya familia de Dario para el rey Luis XIV, es también el autor del famoso cuadro Alejandro Poros. que muestra la Batalla del Hidaspes. En la Batalla de Issos (recreada eneste dleo sobre tabla de Albrecht Altdorter, Tey persa, Dari il, huyé al ver que su rival enfilaba directamente hacia él, una actitud que desmoralz6 a sus tropas. vero 108 Alejandro, antes de cada batalla, invocaba a Fobos, dios de! horror y et Panico (copia del friso del Altar de Pergamo), veian como un hecho. Sin embargo, Tiro decidi plantar cara, Unos siglos antes, la prin cipal ciudad-Estado fenicia ya habia resistido 13 aos de asedio con Nabucodonosor, y por eso la lamaban la inexpugnable. Sin embargo, acabaria cayendo ante los macedonios tras siete meses. EL SITIO DE TIRO Lo cierto es que Alejandro Magno sufrié hasta conseguir rendir Tiro, un islote situado a 800 metros de la costa y completamente rodeado por altisimas murallas, de hasta 45 metros. A SL Yy* Ademis, la flota tiria era muy superior a la que Alejandro tenia a su disposicién en aquel. momento. Esa fue la razén por la que ordené asus ingenicros construir un espigon, con los escombros de la citidad vieja, que uniera la isla a tierra. En la parte delantera de ese espigén se levantarfan dos grandes torres donde coloca rian catapultas con las que atacar, y para que esas torres resisticran el fuego de la batalla las protegerian con piles mojadas. Sin embargo, los tirios consiguieron hacerlas arder tras mandar un navio que usa ‘mo bomba incendiaria. Fue entonces cuando oN LA LUNA NEGRA DE GAUGAMELA ‘eclipse era un acontecimiento de ,gran importancia, que janzaba un mensaje claro al pueblo: anunciaba una catastrofe y auguraba un futuro negro a uienes desafiaran el estado natural de las cosas. Por es0, cuando once dias antes de la gran Batalla de Gaugamela al Sol se escondis, los valientes gue- rteros de Alejandro se temieron lo peor Su interpretacion fue que les esperaba una inminente dertota. También el ejér ito persa lo interpret6 como un mal = tiempos de Alejandro Magno, un s08 av RETORA Fue entonces cuando Alejandro Consiguio convenceries de que sar a la Luna, simbolo do los pe trace! enemigo. Después, convo augur. Sin embargo, entre los mace- donios el temor fue mayor, ya que eran conscientes de la desventaja que supo: hia su clara inferioridad numérica, no para levaniar la moral de sus tropas, eniendido el mensaje divino al revés, ya ue este se debia traducir como que el Sol, simbolo macedénica, iba a eclip- porlo que quien debia temer la derrota su tienda a Aristandro para pedirle que hiciera un sacricio al dios Fobos, yes: te aseguré que la fortuna estaba de su lado, por lo que la vicioria seria suya. Al dia siguiente, el ejército del macedonio tenseaba los dientes, confiado en ga- rar la batalla. Y asi fue: el triunfo lego incluso antes de fo imaginado. La profe- cia de Fobos debi tranquilizar al grue 80 del ejército, que se puso en marcha y.se alej6 de la orlia det rio Tigris bus- cando con decisién el entrentamiento con las huestes aqueménidas. habian Alejandro hizo que debia servir como escarmiento y advertencia Alejandro se dio cuenta de que, sin una buena flota, jamas conseguirfa la derrota de Tiro. Asi que se dirigié a Sidén a buscarla, no sin antes ordenar que volvieran a construir el espigén. A su regreso, se encontré con que este ya ha~ bia sido levantado y Tiro no podia recibir mas suuministros, por estar completamente sitiada frente a las dos nuevas torres. La victoria de Alejandro no tardaria en llegar, y con ella una completa masacre. Dicen que, furioso por el retraso que este frente habla supuesto en sus planes, decidié arrasar Tiro una vez que pudo entrar en la isla. Se calcula que a lo largo del asedio murieron unos 8.000 tirios, mientras que los iiltimos 2.000 supervivientes fueron Crucificados a lo largo de toda la costa, una for ma de ejecucidn particularmente cruel. Por su parte, las mujeres y los nifios acabaron siendo vendidos como esclavos. LA BATALLA DE GAUGAMELA Primero de octubre de 331 a,C, Los 200,000 hombres de Dario ~y sus carros de guerra, ade anis de clefantes~ se enfrentan a los 50,000 de Alejandro en una de las batallas histéric admiradas por su estrategia, Ambos ejércitos se encontraron en Gaugamela, y quienes apos- taban a que la gran superioridad numérica de los persas podria con la habilidad y los recur- sos del gran estratega macedonio volvicron a equivocarse. La tactica empleada por Alejan- ddro Magno sigue estudiandose hoy en dia como ejemplo de que el genio militar puede plantear estrategias con las que alzarse con la victoria a pesar de tener menos medios. Una de sus claves, como en el resto de batallas, fue no dejarse intimidar: separadas sus tropas cn distintas facciones, y estando él al mando de la caballeria en el ala derecha, Alejandro lanzé a stejército al ataque en diagonal, avanzando él mismo al paso de sus unidades de apoyo. El ala izquierda persa se defendid como pudo, pero los macedonios consiguieron abrir una brecha por la que Alejandro se colé para ir a enfren tarse directamente a Dario IIL, ¥ la historia se repitid: el rey persa se vio sin margen de ma niobra y, ante el desconcierto de sus soldados, decidié huir. El gran Alejandro seria coronado rey de Asia en el propio campo de batalla. PROEZA TACTICA. La Batalla de Gaugamela fue uno de los mayores éxitos, LI REa ara omenaay que la historia ha sido injusta con las gestas d sus conquistadores > Latriunfal legada de Colin a Lis boa generé rabia y odio en la Corte, y algunos consejeros del rey Juan le su- Birieron que lo mejor era acabar con 4, pero el monarca portugués era mis inteligente que susasesores y compren- did que elasesinato de Colén solo le su- pondria graves problemas con Castilla GEl descubrimiento de América en- ‘Sombrecié los logros maritimos de Jos portugueses en el [ndico? Lo cierto es que 1492 y Coldn se han convertido en una fecha y tin persona- je decisivos para la historia del mun- do, porque suponen el fin del Medie~ yo y el inicio del descubrimiento de lh globalidad. Los portugueses estin muy enfadados con Colén porque ha hecho que su historia nacional y los grandes logros de sus expediciones ‘maritimas en Africa y Asia hayan que~ dado relegados a un segundo plano. aLa expedicién de Pedro Alvares Cabral marcé el cambio de la épo- ca del reconocimiento a la época del comercio yla conquista? Antes que Cabral, las expediciones de ‘Vasco da Gama permitieron a la Coro- na portuguesa hacerse una idea delva- lor potencial de esosterritoriosy delos ppeligros alos que se iba a enfrentar en «i futuro, Por eso, ordené construir mis barcos para potenciar su flota, de tal forma que pudiera llevar a bordo mis soldados y armas para defenderse de losenemigos que, a buen seguro, se iba encontrar en el Indico, Cuando Alva- res Cabral se hizo a la mar contd con ‘as barcosy soldados, lo que marcé el cambio hacia una épocade conquista y comercio. A partir deentonces, los tér- ‘minos que los portuguesesimpusieron al zamorin de Calicut fueron dristicos: “Sino comercias con nosotros segiin nuestras reglas, acabaremos contigo’: ‘Alos nativos solo les dejaron la opcicn, de someterse 0 mori. 2Cusl fue el papel de Albuquerque? ‘Alfonso de Albuquerque fue una figu- ramiuy importante en la formacién del Imperio portugués. Cuando inicié su expediciin a la India, era un hombre ‘mayor que sus predecesores ytenia tuna amplia vision estratégica, Entendié que para controlar todo el Indico era nece- ‘BEST SELLERS’ PRESTIGIOSOS rowley ha publicado con éxito cua ro obras en castelano: Imperios ‘del mar (2013), Constantnopla 1453(2015), Venecia: ciudad de fortuna (2016) y 5 mar sin fn(2018, todas en Atico de los Libros. La primera obtuvo ‘lpremio del Sunciay Timesal Libro de Historia del afio en 2009 y aparecié en las istas de los ttulos més vendides. En su timo trabejo, cuya portada vemos ‘aqui, cuenta la asombrosa aventura ma- titra de los conquistadores portugue- ‘ses Vasco da Gara, Magallanes, Cabral y Abbuqueraue, que con pocos medios mucho atrojo exploraron Attica y parte ‘de Asia creando el primer Imperio global sario establecer puntos estratégicos en £505 territorios; por ejemplo, Goa, que ‘rala colonia més importante en la In- dia, pero también Malaca, Ormuz (en 1 Golfo) o Adén (en laentrada del Mar Rojo). Le dijo a su rey que con unos

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